El consumo energético y la producción ganadera forman un binomio que se ha creado y consolidado progresivamente desde mediados del siglo XX cuando la Revolución Verde transformó profundamente el sector agrario, impulsando la cría de ganado en instalaciones intensivas.
Esta tendencia se vio favorecida por una época de energía muy barata y de escaso interés hacia temáticas medioambientales. En aquellos tiempos, gastar energía no representaba ni un coste económico relevante para la granja ni una preocupación a nivel medioambiental. |
El estallido de la Guerra de Yom Kipur, antes, y la Revolución Islámica, después, originaron las dos crisis petroleras (1973 y 1978) que cambiaron definitivamente nuestra manera de consumir energía.
Estos y otros eventos durante las siguientes décadas, como las guerras del Golfo y el informe Brundtland, impulsaron múltiples acciones destinadas a mejorar la generación y consumo de energía en muchos sectores.
Si las cuestiones relacionadas con el consumo de energía en las granjas ya estaban en auge en los últimos años, la guerra en Ucrania ha afectado al abastecimiento de combustibles fósiles incrementando sus precios.
Esta situación ha puesto aún más en el centro del debate la necesidad de incrementar la eficiencia y la independencia energética del sector porcino que, después de la producción de leche, representa la segunda actividad ganadera con los consumos energéticos más elevados a nivel de Unión Europea1.
Estos consumos varían considerablemente dependiendo de:
El nivel de automatización.
Las condiciones climáticas.
Las tecnologías adoptadas que, lamentablemente, suelen ser energéticamente poco eficientes.
Si se considera que, en promedio, solo el 4% de la energía usada en el sector agrario proviene de fuentes renovables³, las granjas de cerdos se caracterizan por un amplio uso de energía de origen fósil con consecuencias negativas desde el punto de vista medioambiental y de los costes de producción, que se ven afectados considerablemente por la volatilidad de los precios de dichos combustibles.
Incrementar la eficiencia energética de una granja de cerdos permite reducir su consumo energético sin disminuir su producción ni impactar negativamente sobre otros aspectos relacionados, como:
El Bienestar Animal.
La seguridad de los trabajadores
MEDIDAS DE EFICIENCIA ENERGÉTICA
Desde un punto de vista práctico, es posible mejorar la eficiencia energética en las granjas de cerdos implementando medidas de eficiencia energética y los siguientes tres niveles de acción se pueden identificar tal y como se encuentra esquematizado en la Figura 1:
Nivel de conversión de energía
Nivel de suministro de energía
Ejemplos típicos de este tipo de medida son: |
El segundo nivel de implementación concierne a la conversión energética, puesto que la demanda energética para las diferentes tareas de la granja se cubre convirtiendo las fuentes energéticas suministradas directamente a la granja (ej.: gas y electricidad) en otras formas de energía (ej.: térmica y mecánica).
Estas transformaciones se caracterizan por una eficiencia y unas pérdidas energéticas que, en algunos casos, pueden ser relevantes. Por lo tanto, la principal medida que se implementa en este nivel es usar convertidores energéticos muy eficientes que minimicen dichas pérdidas (ej.: motores, quemadores y fuente de luz). Se recomienda: |
Usualmente, en las granjas de cerdos se adoptan fuentes energéticas de origen fósil y energía eléctrica proveniente de la red nacional, que se caracterizan por cadenas de suministro muy largas, con considerables pérdidas energéticas causadas por procesos como la extracción de las materias primas y su conversión. Para mejorar la eficiencia energética a este nivel, es posible adoptar fuentes energéticas caracterizadas por cadenas de suministro cortas, que minimicen las pérdidas energéticas. En este sentido, resulta fundamental implementar en las granjas sistemas energéticos basados en energías renovables producidas directamente in situ, como energía solar y geotermia. |
IMPLEMENTACIÓN DE MEDIDAS DE EFICIENCIA ENERGÉTICA
Resulta evidente que existen diferentes medidas de eficiencia energética implementables en las granjas porcinas y muchas ya se están implementando.
El verdadero desafío es optimizar esta implementación teniendo en consideración que las granjas porcinas son sistemas complejos caracterizados por una gran variabilidad debida a varios factores:
Tipo de granja
Disponibilidad de fuentes energéticas renovables
Objetivos de producción
Costes de la producción
Las medidas de eficiencia energética no son soluciones universalmente aplicables y, para maximizar su efectividad, resultan indispensables los análisis específicos.
Es necesario, por ejemplo, ajustar la producción de energía renovable al consumo previsto para evitar el sobredimensionamiento de las instalaciones y el consecuente aumento de los costes. Además, hay que considerar factores como la variabilidad temporal (diaria y anual) de la producción y, consecuentemente, la necesidad de almacenar la energía producida.
No es descabellado prever que, en los próximos años, se establezcan sistemas de certificación energética para las granjas4 similares a los que se han adoptado para otros tipos de edificios en conformidad con la Directiva Europea 2002/91/CE y sus siguientes actualizaciones.
En este contexto, se podrían establecer nuevos requerimientos energéticos para las granjas porcinas, por ejemplo, que cada granja no sea simplemente un consumidor de energía, sino que se vuelva un “prosumidor”, es decir, un sistema productivo que no solo consume energía, sino que también la produce a partir de fuentes renovables. |
BIBLIOGRAFIA:
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[2] A. Costantino, E. Fabrizio, A. Biglia, P. Cornale, L. Battaglini, Energy Use for Climate Control of Animal Houses: The State of the Art in Europe, Energy Procedia. 101 (2016) 184–191. https://doi.org/10.1016/j.egypro.2016.11.024.
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[4] E. Fabrizio, A. Costantino, L. Comba, P. Cornale, L. Battaglini, Energy consumption certification of animal housing: results from the EPAnHaus project, in: 2017 ASABE Annu. Int. Meet. Proc., 2017. https://doi.org/10.13031/aim.201701480.
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