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Prevención de la caudofagia en granjas porcinas: Evaluar riesgos y actuar ante un brote

Escrito por: Elsa Buenaventura Espín - Veterinaria, Servicio de Ordenación Ganadera, Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación , Emma Fàbrega i Romans - Investigadora en Bienestar Animal, IRTA Monells , Mª José Salvador Escalona - Veterinaria, Oficina Comarcal de El Baix Empordà, Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación

En la primera parte de este artículo, repasamos los aspectos relacionados con la conducta del cerdo y los factores que predisponen al desarrollo de conductas como la caudofagia.

 

La normativa vigente (Directiva 2008/120/CE y Recomendación (EU) 2016/336) indica que el raboteo no puede practicarse sistemáticamente como único método de prevención de la caudofagia.

Solo está permitido realizar el raboteo en aquellos casos en los que se demuestre la incidencia y que, una vez realizados los cambios oportunos en el manejo y las infraestructuras, no se hayan podido controlar los brotes de caudofagia.

Tanto la Recomendación (EU) 2016/336 como el conocimiento científico evidencian que los principales factores que pueden intervenir en los brotes de caudofagia, así como favorecerlos o desencadenarlos, ya están identificados.

Cerciorarse de si dichos factores están presentes en la granja es el primer paso a seguir para poder establecer un plan de control y prevención para dejar de practicar el raboteo.

La caudofagia es un proceso multifactorial, por lo que [registrados], en algunos casos, la suma de varios factores puede ser el desencadenante del brote.

Tener conocimiento de qué factores de riesgo se han detectado en la granja facilitará el diseño de un plan de acción para poder mejorar las condiciones que influyen negativamente en los animales.

La evaluación de los datos registrados durante la monitorización de los factores de riesgo y las condiciones de manejo, la revisión de otros aspectos previstos durante un brote de caudofagia, junto con la valoración de la efectividad de las medidas correctoras aplicadas, pueden ayudar a detectar cuáles son las causas subyacentes del origen de los problemas de caudofagia en la granja.

 

MODELO DOCUMENTAL PARA ANALIZAR EL RIESGO

Para analizar los factores de riesgo, se ha propuesto un modelo que incluye tres partes, que deberá llevar a cabo la persona titular conjuntamente con el profesional veterinario de la granja:

 1- FICHA DESCRIPTIVA DE LA EXPLOTACIÓN 

Identificación de aspectos relativos a las infraestructuras y el manejo (condiciones permanentes) que pueden influir en el desarrollo de un brote.

Esta parte únicamente deberá registrarse una vez, sobre cada una de las naves de la granja —a menos que sean idénticas— y no se repetirá salvo que las condiciones cambien de forma.

 2- EVALUACIÓN DE LOS FACTORES DE RIESGO 

Identificación de los «factores cambiantes» en función de la época del año, fase productiva, edad, sistema de alimentación, aspectos nutricionales, materiales de enriquecimiento facilitados a los animales, etc.

Se trata de obtener información de la situación en ese momento puntual.

Se analiza y se revisa lo siguiente:

La evaluación se realizará para cada nave y para cada fase fisiológica que se encuentre en la nave, sobre una muestra establecida de animales, seleccionando un porcentaje de corrales distribuidos por toda la nave de forma que se obtenga una visión general.

 3- PLAN DE ACCIÓN 

Una vez analizados los resultados obtenidos, puede diseñarse un plan de acción para eliminar o controlar los factores de riesgo detectados.

En tal caso, se programarán por escrito acciones correctoras a medio y largo plazo.

Dichas acciones tendrán por objetivo minimizar los riesgos y, si procede, dejar de practicar el raboteo.

También deberá definirse en qué plazo y cómo se comprobará su efectividad.

El presente documento pretende reflejar todos los factores que pueden influir en el desarrollo de la caudofagia. Sin embargo, la experiencia y el conocimiento del ganadero y las características propias de la granja pueden hacer que se incluyan o se incida en otros aspectos.

Es un modelo vivo y transformable, y pretende ser una guía que, como mínimo, incluya todos los aspectos indicados en la Recomendación (EU) 2016/336.

En cualquier caso, si el ganadero dispone de sistemas propios de registro donde se anoten los mismos datos que en el modelo presentado, también serán considerados como válidos.

Simultáneamente, se incluyen unas instrucciones para cumplimentar los registros que contribuyen a analizar si los datos obtenidos se encuentran dentro de los parámetros óptimos o si, por el contrario, perjudican a los animales.

Tanto la evaluación de riesgos como el plan de acción deberán realizarse tantas veces como sea necesario, hasta tener controlados los factores de riesgo y, en este punto, plantearse dejar de practicar el raboteo.

Estos modelos están publicados en la siguiente dirección y se pueden descargar en formato PDF o en formato Word, si se desea modificarlos:

DESCARGAR MODELOS DOCUMENTALES

Actualmente, desde el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, y con la colaboración del Instituto de Investigación y Tecnología Alimentarias (IRTA, por las siglas en catalán), se está desarrollando un proyecto que servirá para que los ganaderos puedan cuantificar los riesgos de su granja, mediante una plataforma digital, y generar la evaluación de riesgos y el plan de acción.

 

FACTORES DE LA EVALUACIÓN DE RIESGOS – ¿QUÉ INFORMACIÓN APORTAN Y CÓMO SE MIDEN?

Introducir indicadores basados en el proyecto Welfare Quality© permite utilizar elementos suficientemente constatados como fiables, precisos y aplicables a cualquier granja de cualquier área geográfica.

A pesar de las ventajas, requieren seguir unas pautas muy concretas para efectuar una valoración adecuada.

La evaluación de riesgos de la explotación debe conducir a decidir en qué momento se abandona el raboteo, debiendo establecerse una comunicación entre el productor de lechones y el receptor.

El productor deberá desrabotar únicamente a aquellos lechones de la granja de destino que solicite el receptor cuando, después de realizar la evaluación de riesgos y aplicar el plan de acción, aún no se haya logrado mantener el control sobre los factores de riesgo.

¿QUÉ CRITERIOS QUE AFECTEN A LA CAUDOFAGIA DEBEN VALORARSE?

¿QUÉ HACER FRENTE A UN BROTE DE CAUDOFAGIA?

Es preciso contar con recursos pensados y preparados para ponerlos en marcha de inmediato:

Disponer de material de enriquecimiento de emergencia, desconocido para los animales y que esté disponible ante los primeros signos de un brote de caudofagia, y añadirlo al corral afectado.

Vigilancia activa de los animales sospechosos.

Identificar al/a los animal/es mordedor/es:

Trasladar a los animales mordedores a otro corral, al que se habrá añadido material de enriquecimiento para situaciones de emergencia (material de diferente naturaleza y muy atractivo para los animales, que sirva de distracción).

El traslado de los animales mordedores nunca deberá ser a un corral donde haya animales de mayor tamaño, ya que por motivos de jerarquía podrían ser atacados y la situación podría empeorar.

Según la calificación de la gravedad de las heridas en la cola, será preferible mover a los animales mordidos al lazareto, donde deberán recibir la atención necesaria (desinfección, antibioterapia y antiinflamatorios).

Es importante curar las lesiones de las colas, para evitar que la sangre atraiga nuevas mordeduras.

Se recomienda que en las fases iniciales de un posible brote no se separe a un cerdo mordido o mordedor solo en un lazareto, sino que por lo menos sean dos.

Así, si las medidas de añadir material de enriquecimiento adicional funcionan, se puede reintroducir a los dos individuos a partir de 72 horas con menor riesgo de peleas.

Reevaluar las medidas introducidas para identificar aquellas áreas donde deban efectuarse cambios más adecuados.

Este proceso de vigilancia y control de las medidas aplicadas debe continuar hasta tener garantizado que dejan de producirse mordeduras de cola. Una vez se hayan detenido las mordeduras de cola, algunas nuevas camadas deberán evaluarse de nuevo, con el objetivo de asegurarse que se puede dejar de mutilar.

 

MATERIALES DE ENRIQUECIMIENTO AMBIENTAL

Los materiales de enriquecimiento requieren un capítulo aparte. Como se ha comentado anteriormente, son un requisito muy importante para evitar la aparición de un brote.

¿QUÉ SON?

Los materiales de enriquecimiento ambiental son elementos que se incorporan a los corrales para satisfacer las necesidades biológicas comportamentales de los animales cuando estos se encuentran en instalaciones cerradas.

En el caso de la especie porcina, el objetivo es satisfacer las necesidades exploratorias de los animales.

Los materiales de enriquecimiento pueden ser de varios tipos, materiales y tejidos, pero está comprobado que los más útiles y efectivos son aquellos capaces de simular los elementos que el animal encontraría si estuviera al aire libre.

Según la normativa vigente, son de suministro obligado a todas las categorías de cerdos, con el cumplimiento de unas características que se desarrollan en la Directiva 2008/120/CE y en la Recomendación (EU) 2016/336/CE.

 CARACTERÍSTICAS BÁSICAS 

A priori, los materiales suministrados:

Deben ser seguros para los animales, no debiendo contener elementos tóxicos, irritantes o traumáticos.

Deben mantenerse en un buen estado higiénico.

Deben estar al alcance de cualquier animal.

Deben renovarse o cambiarse con la frecuencia necesaria, con el objetivo de que los animales no pierdan interés.

 CARACTERÍSTICAS RECOMENDABLES 

Ser explorables: se pueden escarbar, introducir el hocico en ellos y obtener información sobre su origen, textura, olor, composición, etc.

Ser manipulables: se puede cambiar su forma y pueden desplazarse de lugar.

Ser masticables: se pueden romper con los dientes y obtener información sobre su sabor.

Ser comestibles: digestibles, seguros, no tóxicos y, preferiblemente, con beneficios nutricionales.

 

En función de la capacidad de integrar dichas propiedades, y asimilarse más a los materiales en el medio natural, los materiales de enriquecimiento se clasifican en tres niveles:

Óptimos

Subóptimos

De interés reducido

La paja y similares, como el heno, el ensilado o la hierba fresca, cuando se colocan en forma de cama, constituyen el material ideal, puesto que contienen todas las propiedades deseables (explorable, manipulable, masticable y comestible).

Cualquier otro material deberá compararse con la paja para valorar su idoneidad.

El éxito final del material utilizado dependerá de la propia naturaleza de los animales y de la facilidad en el manejo del ganadero. Cada granja deberá determinar cuál es su combinación de éxito, según la climatología, la facilidad de obtención y distribución de los materiales, etc.

En algunos casos, combinar elementos de interés reducido duraderos con otros elementos fácilmente destructibles, como la cuerda o los bloques de paja comprimida de paja, puede hacer que los animales disfruten de materiales en todo momento, y el hecho de renovar parcialmente los elementos puede garantizar un interés permanente y un mayor efecto exploratorio.

En otros casos, la rutina de trabajo de la persona cuidadora puede determinar otros sistemas, como rotación diaria o semanal, la aportación de elementos nuevos con una frecuencia determinada u otras posibilidades, como combinar elementos colgados con otros dispuestos en el suelo o movibles, pero atados con una cadena.

Las posibilidades son casi infinitas y seguramente la experiencia y la observación de los animales serán buenas aliadas para lograr la finalidad esperada.

Solo después de la valoración rigurosa de la interacción de los animales con los elementos dispuestos en el corral como material de enriquecimiento y la ausencia de heridas en las colas podrá considerarse que se ha llevado a cabo una buena aportación.

En el documento de trabajo de los servicios de la Comisión, que acompaña a la Recomendación (EU) 2016/336, se indica una fórmula para calcular el nivel de interacción de los animales con el material facilitado:

Para valorar la eficacia del material, deberá observarse a los animales activos en el corral durante unos minutos, durante la fase activa del día y cuando ya se han acostumbrado a nuestra presencia, y contabilizar:

A: cuántos animales interactúan con los materiales dispuestos en el corral como enriquecimiento.

B: cuántos animales interactúan con los elementos del corral o con otros animales.

Aplicar la fórmula anterior permitirá hacerse una idea de si la suplementación ha tenido éxito o no. Según el porcentaje de interacción, la conducta exploratoria de los cerdos se valorará conforme a lo siguiente:

Asimismo, la simple observación de los animales será una fuente de conocimiento para el ganadero.

Hay signos inequívocos de malestar de los animales, tales como peleas y marcas de mordeduras, beber o manipular el bebedero o el comedero compulsivamente, morder elementos del corral repetidamente, incremento de la agitación en los corrales, etc.

Recurrir a materiales que puedan estar al alcance de las futuras madres (materiales naturales colgados en la parte frontal de las jaulas) para que puedan simular el comportamiento exploratorio o de construcción del nido (papel picado, paja o sistema de paridera sin jaula) mejoran la calidad productiva y reproductiva (beneficia en la bajada de la leche y la postura para el parto).

 

CONCLUSIONES

Abordar el reto de criar cerdos con las colas intactas y tener éxito en los índices productivos no es fácil.

A pesar de que la producción porcina ha avanzado en muchos aspectos técnicos de rendimiento, desgraciadamente la biología no entiende de fórmulas magistrales y el comportamiento natural de los animales está por encima de las condiciones productivas.

Entender lo que los animales necesitan, desde un punto de vista etológico, facilita conseguir reproducir de una forma más acertada las condiciones de crianza en los sistemas de producción actuales.

Con el sistema de evaluación de riesgos se pretende proporcionar una herramienta preventiva específica para el control de la caudofagia, que acerque al ganadero a las singularidades de la especie porcina.

A través de una observación más cuidadosa y unas prácticas de manejo más conscientes, consiga revertir este problema, hasta mantenerlo a unos niveles que le garanticen una producción económicamente adecuada.

Así pues, la adopción de esta iniciativa, tanto por parte de los responsables de las empresas integradoras como de los emprendedores individuales, en los sistemas de producción actual, será el paso previo al éxito.

 

Acceder a información relacionada con la actividad porcina:

 

Leer más sobre Caudofagia: Prevención de caudofagia en granjas porcinas y el reto de criar cerdos con colas intactas

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