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¿Qué sabemos sobre prolapsos en cerdas?

Escrito por: Laura Pérez Sala - Licenciada en Veterinaria por la UAB y Master en Sanidad y Producción Porcina por la UdL. Trayectoria profesional se desarrolló en el área del marketing de la industria del Petfood En la actualidad ejerce como Veterinaria especialista en producción porcina y Personal Coach

El prolapso de tejidos rectales y vaginales suele darse de forma esporádica en porcino, en muchas ocasiones asociado con el parto, y lo cierto es que no solemos darle mayor importancia. En ocasiones, aumenta el número de casos, comportándose como un brote y entonces sí que dedicamos un poco más de tiempo a buscar la causa.

Los prolapsos no son solamente un problema de producción, sino que también impacta negativamente en el bienestar de los animales y, de hecho, es uno de los parámetros a valorar según el protocolo de Welfare Quality®.

Cuando hablamos de posibles causas de prolapso, a nuestra mente acude el siguiente listado:

· LECHONES

En lechones, el prolapso del recto suele ser el resultado de:

Trastornos digestivos

El prolapso también puede estar asociado con enteritis severa por cualquier causa, especialmente enteritis causada por salmonelosis o ascariasis en cerdos jóvenes. Otras causas de enteritis pueden incluir micosis intestinal después del uso prolongado de antibióticos.

Trastornos respiratorios

También puede darse por afección de vías respiratorias con tos severa.

· CERDAS

El prolapso vaginal y/o rectal a veces ocurre como consecuencia de la flacidez y relajación del canal del parto en cerdas cercanas al parto. Partos distócicos también pueden ir acompañados de prolapso. El prolapso de la vagina generalmente ocurre primero y es seguido por el prolapso del recto.

Otras afecciones como cistitis, vaginitis u obstrucción uretral pueden ser causa de prolapso.

El estreñimiento o estenosis rectal también se relacionan con el prolapso rectal, y ello nos lleva a deficiencias nutricionales de la dieta como dietas bajas en fibra.

 

La presencia de micotoxinas se asocia a posible causa de prolapso vaginal. La zearalenona, una micotoxina que se encuentra en varios cereales forrajeros, puede causar edema e irritación vulvovaginal en cerdas prepuberales o cerdas adultas. El esfuerzo a menudo conduce al prolapso de la vagina y, quizás, del recto.

También se ha observado una relación con sustancias estrogénicas en los cereales, ciertos pastos (incluida la alfalfa). Pero como en casi todo relacionado con las micotoxinas, nos faltan datos.

 

Se ha descrito que los factores genéticos contribuyen a los prolapsos de la vagina y el útero en algunas razas, aunque una vez más, encontramos poca bibliografía al respecto.

Pero, aunque todos hablamos de las mismas causas, el sector carece de estrategias para reducir la aparición de prolapsos. En realidad, la literatura disponible es más bien escasa y necesitaríamos investigación adicional para aclarar la etiología, para comprender las verdaderas causas que contribuyen a la aparición de prolapsos.

Pese a que este problema no debería superar el 1% del total de cerdas muertas, en EE,UU. han detectado un aumento los últimos 5 años. Ello ha llevado a diferentes equipos de investigación analizar posibles covariables.

 

Iowa Pork Industry Center de la Iowa State University

El Iowa Pork Industry Center de la Iowa State University, inició una encuesta para toda la industria en la que participaron granjas comerciales de cerdos de EE. UU. El objetivo era identificar los factores de riesgo potenciales que se utilizarían para generar hipótesis y probar estrategias de mitigación para prevenir prolapsos en la cerda.

Participaron en el estudio 104 granjas distribuidas geográficamente, con diferentes sistemas de producción y, evidentemente, diferente tasa de incidencia de prolapsos. Semanalmente enviaban datos de mortalidad y prolapso.

El equipo de estudio desarrolló una encuesta para evaluar instalaciones, genética, estado sanitario, estrategias de nutrición, estrategias de manejo como, por ejemplo, atención al parto y condiciones ambientales.

También se realizaron visitas personales a las granjas para puntuar longitud de cola y condición corporal, así como la evaluación de zona perianal.

Se estudiaron las posibles causas asociadas con el número de prolapsos semanales por cada 1.000 cerdas, aplicando varios métodos estadísticos a estos datos, para evaluar los factores de riesgo asociados con la tasa de incidencia de prolapso.

La mortalidad anual por prolapsos fue del 2,7% con oscilación entre granjas del 0,3%-10,3% entre las que tenían menor y mayor incidencia. Según los investigadores, esta amplia variabilidad entre granjas era fundamental para ayudar a comprender las posibles causas de prolapsos.

Principales hallazgos:

Las granjas con mayor incidencia de prolapsos, experimentaban más cambios de tiempo bruscos.

Se estudiaron las causas de mortalidad/eutanasia de las cerdas, el 22% se debió a prolapsos.

La condición corporal se evaluó de forma visual, en el último tercio de la gestación, estableciendo 3 grados:

Según este estudio, las cerdas delgadas tuvieron mayor tendencia a sufrir prolapsos.

Este hallazgo lo relacionaron con el uso de la estrategia alimentaria conocida como “Bump feeding” o incremento del pienso suministrado durante el último tercio de la gestación. El uso de Bump feeding disminuía la incidencia de prolapsos, especialmente en granjas con cerdas delgadas.

Se desarrolló un sistema de puntuación de la región perineal preparto según su aspecto (hinchazón y protrusión de vagina y/o recto) y el riesgo de futuro prolapso:

La mayoría de prolapsos se dieron en animales catalogados como 3.

Tratamiento del agua: El tratamiento del agua parece reducir la incidencia de prolapsos. Lo más interesante es que no solo se observó  menor tasa de prolapsos en granjas con agua tratada, sino también una disminución de la mortalidad total de las cerdas.

No hubo diferencia en el total de nacidos entre las cerdas que prolapsaron y cerdas que no lo hicieron. Las cerdas prolapsadas tuvieron menor número de nacidos vivos en comparación con las cerdas que no prolapsaron.

También se tuvo en cuenta el manejo durante el parto y se observó el impacto de la inspección manual en la aparición posterior de prolapso. No se observaron diferencias significativas entre las cerdas asistidas y las que no, con lo que se determinó que la asistencia al parto no era un factor desencadenante de prolapso.

 

Elanco Knowledge Solutions

Otro estudio liderado por Elanco Knowledge Solutions y con datos de granjas de Norte América obtuvieron resultados similares en factores de riesgo que ambos observaron como por ejemplo el impacto del manejo periparto

En este estudio también tuvieron en cuenta el impacto de presencia de Diarrea Epidémica Porcina (DEP) o PRRS:

La presencia de DEP en la granja tuvo una relación significativa y positiva con los prolapsos en el total de cerdas paridas. Las cerdas procedentes de granjas negativas frente a DEP tuvieron una probabilidad de tener prolapsos uterinos de 1 % a 20 % menor que las granjas DEP positivas.

La presencia de PRRS no determinó diferencias significativas, aunque si que se obtuvieron resultados próximos a la significancia, observándose que las granjas negativas a PRRS tuvieron de -1 % a 20,5 % menos probabilidades de tener muertes debidas a prolapsos por cerda parida que las granjas positivas frente a PRRS.

 

Mariola Grez and Thomas Crenshaw, University of Wisconsin-Madison

La hipocalcemia (concentración baja de calcio en suero) es a menudo considerada como un factor de riesgo en la aparición de prolapso en las cerdas. Sin embargo, se disponen de datos limitados que demuestren que las cerdas periparto sufren hipocalcemia.

En vacas lecheras la hipocalcemia ha sido extensamente estudiada y parece haber una relación entre vacas alimentadas con dietas altas en calcio al final de la gestación y mayor prevalencia de hipocalcemia o “Fiebre de la leche”.

Este experimento, realizado en el Swine Research and Teaching Center de la Universidad de Wisconsin- Madison entre diciembre de 2016 y enero de 2017, tuvo como objetivo examinar la relación entre una alta concentración de calcio en las dietas alimentadas a cerdas multíparas y el desarrollo de hipocalcemia durante la lactancia temprana.

Inesperadamente, las cerdas alimentadas con una dieta alta en calcio durante el mes antes del parto, mostraron una concentración sérica de calcio total constante pero ligeramente más alta que las cerdas alimentadas con una dieta de control (10,93 frente a 9,75 mg / dL). Es decir, una dieta alta en calcio durante el período previo al parto no se asoció con hipocalcemia postparto.

¿Sería ésta una estrategia en cerdas para minimizar aparición de prolapsos? Me temo que habrá que seguir investigando.

 

Las conclusiones e hipótesis de estos estudios marcan un punto de partida de futuras investigaciones para probar y validar, o no, los factores de riesgo detectados.

Lamentablemente hay poca información, no ha sido fácil encontrar referencias contrastadas para esta revisión, y he detectado muy pocos estudios sobre el tema realizados en nuestro país.

Hasta ahora lo considerábamos un mal menor, pero si es cierto que está aumentando la incidencia, ¿no deberíamos poner foco en ello?

 

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