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La diarrea postdestete representa uno de los principales problemas que nos encontramos en la producción porcina actual. En esta patología multifactorial, patógenos, control ambiental y nutrición interactúan, modulando la expresión clínica de la misma. Aunque bien conocida, la exigencia productiva actual hace que en ocasiones su control sea complicado.
El momento del destete es uno de los más desafiantes de la vida del lechón, y sin duda, el que marca el mayor riesgo para diferentes enfermedades del cerdo.
El destete supone un grave estrés para el animal y al contrario que en la naturaleza se produce de forma temprana y brusca, ya que el suministro de leche como fuente básica de alimentación desaparece de forma radical, debiendo ingerir pienso y agua para cubrir sus necesidades.
El aparato digestivo del lechón no está listo aún para asimilar los nuevos alimentos, que serán su única fuente nutricional, generando dos problemas principales:
- La anorexia o ausencia de ingesta más o menos prolongada
- La mala digestión y absorción del alimento que genera oportunidades a bacterias oportunistas como Escherichia coli para multiplicarse y provocar problemas.
Por tanto, si logramos que nuestros animales ingieran pienso sólido en cantidad suficiente antes del destete, habremos dado un gran paso en aras de su salud. Esto, sin embargo, presenta varias dificultades que chocan con el actual sistema de producción.
En dicho estudio, se constató que el 100% de los animales que probaron pienso suplementario en paridera arrancaron a comer en las primeras 20 horas tras el destete. Este tiempo fue de más de 50 horas para aquellos que desconocían dicho suplemento.
Por tanto, si nuestra edad de destete es lo más tarde posible y administramos alimento a los lechones durante la lactación con buenas medidas de manejo, como hacerlo en pequeñas cantidades y varias veces al día, habremos ganado un punto básico para asegurar una correcta salud intestinal.
2 la fase de transición Los animales recién separados de sus madres son animales vulnerables. Su ingesta es baja y su capacidad de termorregulación casi inexistente. Además, el consumo energético es alto ya que deben afrontar la adaptación al nuevo medio, las luchas jerárquicas y los tremendos desafíos que su sistema inmune aún inmaduro debe afrontar.
Por ende, las condiciones ambientales de la transición que los aloje deben estar perfectamente controladas, más aún si cabe en la primera semana de ocupación.
TEMPERATURA
Es bien conocido que el frío provoca una disminución de la motilidad intestinal. Esto facilita enormemente la adhesión de E. coli a la pared intestinal y así poder generar su efecto patógeno.
Según avancen los días y semanas podremos ir reduciendo la temperatura para acabar en torno a 21ºC a los 60 días.
Si la temperatura es la adecuada los cerdos no malgastarán energía en cuestiones que disminuyan su rendimiento zootécnico.
Por estas razones se hace muy importante el realizar unas óptimas tareas de limpieza y desinfección en los alojamientos entre sucesivos lotes, así como realizar un manejo todo dentro/ todo fuera y un vaciado adecuados.
Es bien sabido que con frecuencia, cepas patógenas de E. coli son resistentes a antibióticos, pero algunos estudios demuestran que dichos patógenos también son resistentes a multitud de los desinfectantes habituales y aún más en presencia de materia orgánica (Thompson JR et al. 2007).
Todo ello sugiere que la elección de los desinfectantes a emplear, la rotación de los mismos, e incluso el uso sucesivo de varios en cada limpieza y desinfección de las salas de transición constituyen una eficaz herramienta de prevención.
Además de las cantidades y presiones correctas, lo ideal es contar con un punto de agua cada 15 lechones para lograr estos parámetros, ya que, si no, la ingesta se vuelve irregular, creándose un ambiente ideal para la aparición de patologías como la colibacilosis.
La calidad del agua es también fundamental, ya que aguas contaminadas son portadoras de numerosos agentes potencialmente patógenos como Escherichia coli o Clostridium.
Este apartado daría para escribir cientos de páginas. Tras el destete el sistema digestivo del lechón es inmaduro, como vimos en el punto uno, y los requerimientos nutricionales especialmente delicados.
Un problema que se presenta cada día con más frecuencia en las explotaciones porcinas es la dispersión de pesos y edades de los lechones a destete debido a la alta producción de las cerdas reproductoras que se incrementa año tras año.
Existen claras evidencias de que un elevado número de fetos en el útero está vinculado con el retraso del crecimiento de los mismos (Beaulieu et al., 2010).
Como consecuencia de esta hiperproducción, los lechones destetados presentan una gran variabilidad en pesos y edades, lo cual hace que sea sumamente difícil atender a las necesidades de todos ellos ya que son muy diferentes.
Entre los virus, el que con mayor frecuencia nos encontramos es el rotavirus. Un estudio desveló una prevalencia global del 16,7%, siendo el porcentaje de positivos un 32,8% en los lactantes y un 10,2% en los animales destetados (Halaihel et al., 2010).
El coronavirus causante de la diarrea epidémica porcina ha sido responsable en los últimos años de una epidemia global, y es especialmente peligroso para lechones lactantes cuando se presenta por primera vez en la explotación. A nivel de transición, genera diarrea profusa y acuosa, aunque los síntomas no son tan graves.
Para ambas patologías víricas, la inmunización de las reproductoras es clave para frenar su avance, así como la bioseguridad para prevenir su entrada en granja.
Un estudio realizado con vacuna viva oral, demostró ser capaz de reducir la mortalidad asociada a esta patología, así como la aparición de diarrea y la excreción de E. coli patógeno (E. Nadeau et al 2017).
Previamente a la utilización de cualquier vacuna, deberemos realizar un correcto diagnóstico para asegurarnos de cuál causa la diarrea, que patotipos y virotipos se encuentran en la explotación y si estos se ven cubiertos por la vacuna a emplear.
Es importante analizar cuál es el momento óptimo de aplicación según las características del producto y el momento de aparición de la diarrea, así como otros programas vacunales de la explotación.
Debemos también comprobar la compatibilidad con otros tratamientos que se estén realizando en las explotaciones en el caso de emplear vacunas vivas.
Bibliografía
1. Efficacy of a single oral dose of alive bivalent E.coli vaccine against post-weaning diarrhea due to F4 and F18-positive enterotoxigenic E.coli. E Nadeau et al. The Veterinary journal 226 (2017) Pag 32-.39.
2. Effect of creep feed consumption on individual feed intake characteristics and performance of group-housed weanling pigs. Bruininx, E. Journal of animal science 2002.
3. Elika. Fundación Vasca para la seguridad alimentaria. Ficha E. coli.
4. Efficacy of some Disinfectant compounds against porcine bacterial pathogens. Thompson J.R. Pig Journal Vol 60. 2009.
5. Nutrition Partners 2016. Website.
6. Impact of piglet birth weight, birth order, and litter size on subsequent growth performance, carcass quality, muscle composition, and eating quality of pork. Beaulieu et al. 2010. Journal of animal science 88.
7. Enteric calicivirus and rotavirus infections in Pigs. Halaihel et al 2010. Epidemiology and Infection 138
Coliprotec, Elanco y la barra diagonal son marcas registradas de Elanco o sus filiales.
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Coliprotec F4/F18 liofilizado para suspensión oral para porcino. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN: Prevtec Microbia GmbH, Geyerspergerstr. 27, 80689 Múnich, ALEMANIA. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA, Sustancia activa: Cada dosis de la vacuna contiene: Sustancias activas: Escherichia coli, viva no patógena cepa O8:K87* (F4ac): 1,3×108 a 9,0×108 UFC** Escherichia coli, viva no patógena cepa O141:K94* (F18ac): 2,8×108 a 3,0×109 UFC** * no atenuadas **UFC: unidades formadoras de colonias. Indicaciones de uso: Porcino. Para la inmunización activa de porcino a partir de los 18 días de vida contra Escherichia coli enterotoxigénica F4 positiva y F18 positiva, a fin de: – reducir la incidencia de diarrea posdestete (DPD), moderada o grave, causada por E. coli en los lechones infectados; – reducir la excreción fecal de E. coli enterotoxigénica F4 positiva y F18 positiva por los lechones infectados. Establecimiento de la inmunidad: 7 días después de la vacunación. Duración de la inmunidad: 21 días después de la vacunación. Contraindicaciones: Ninguna. No se recomienda vacunar animales que estén en tratamiento con inmunodepresores ni vacunar animales que estén recibiendo un tratamiento antibacteriano eficaz contra E. coli. Precauciones especiales para su uso en animales: Vacunar solamente animales sanos. Los lechones vacunados pueden excretar las cepas vacunales durante al menos 14 días después de la vacunación. Las cepas vacunales se transmiten fácilmente a otros cerdos en contacto con los lechones vacunados. Los cerdos no vacunados en contacto con lechones vacunados albergarán y excretarán las cepas vacunales igual que los lechones vacunados. Durante este tiempo, debe evitarse el contacto de cerdos inmunodeprimidos con los lechones vacunados. Precauciones específicas que debe tomar la persona que administre el medicamento veterinario a los animales: Usar un equipo de protección personal consistente en guantes protectores desechables y gafas de seguridad al manipular el medicamento veterinario. En caso de ingestión accidental, consulte con un médico inmediatamente y muéstrele el prospecto o la etiqueta. En caso de derrame sobre la piel, lave la zona con agua y consulte con un médico inmediatamente y muéstrele el prospecto o la etiqueta. Tiempo de espera: Cero días. Medicamento sujeto a prescripción veterinaria. Nº de registro: EU/2/16/202/001- 003. http://www.ema.europa.eu/docs/es_ES/document_library/ EPAR_-_Product_Information/veterinary/004225/WC500220970.pdf