Los antibióticos se han utilizado de forma rutinaria en la producción de animales de granja desde la década de 1950, en particular durante la cría intensiva, con el fin de mantener a los animales sanos y aumentar la productividad. El uso de antibióticos en animales ha suscitado la preocupación de que la presión selectiva sobre la población de bacterias promueva la resistencia a los antibióticos.
A pesar de las dificultades para demostrar la transmisión de bacterias resistentes de animales a humanos, muchos estudios han mostrado evidencia de infección humana por bacterias resistentes en animales. El descubrimiento de un gen resistente a colistina mediado por plásmidos (MCR-1) en Escherichia coli comensal de cerdos, productos porcinos y humanos en China, suscitó una preocupación mundial.
La colistina se considera un antibiótico de último recurso ya que es uno de los únicos antibióticos activos en infecciones graves causadas por patógenos resistentes a múltiples fármacos adquiridos en el hospital como Pseudomonas aeruginosa , Acinetobacter baumannii y Enterobacteriaceae.
Esta revisión evalúa la evidencia de los patrones de uso de antibióticos en cerdos sobre la base de artículos publicados en revistas revisadas por pares en inglés entre 2000 y 2017. Se identificaron y revisaron 36 artículos, de los cuales más del 85% de los estudios se realizaron en Europa y América del Norte. Los grupos de penicilinas y tetraciclinas fueron los antibióticos más utilizados en muchos países.
La medicación oral en los períodos de lactancia y postdestete fueron las aplicaciones más comunes de la administración de antibióticos en la producción porcina. El uso de antibióticos está impulsado por enfermedades específicas de la edad y los patógenos comunes que causan estas condiciones, donde los perfiles epidemiológicos varían mucho entre países. Además, el tipo y tamaño de la granja se asociaron con el uso de antibióticos en las granjas más grandes y de acabado que usaban más antibióticos que las granjas más pequeñas y las de granja a término.
Existe una variación en el uso de los antimicrobianos de importancia crítica de mayor prioridad en los seres humanos entre los estudios. Sin embargo, esta revisión indica que todavía se usan comúnmente en la producción porcina, para el tratamiento y la prevención de infecciones. Esta evidencia requiere esfuerzos globales sobre el uso prudente de antibióticos en respuesta a la aparición de resistencia a los antimicrobianos en el sector agrícola.
Conclusiones
Muchas clases de antibióticos utilizados para los seres humanos también se utilizan en los animales destinados a la alimentación, incluida la prioridad más alta de los antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana en la lista de la Organización Mundial de la Salud.
Las clases de penicilinas y tetraciclinas fueron los antibióticos más utilizados en muchos países, por tal motivo se debe mejorar la comprensión del uso de antibióticos y los factores que influyen en el uso de antibióticos ayudará a promover el uso prudente de los antimicrobianos en el ganado.