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Salud urinaria en cerdas: ¿Le damos la importancia que merece en granja?

Escrito por: Álvaro Guerrero Masegosa - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Anselmo Martínez Moreno - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Henar González Ramiro - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Juan Conesa Navarro - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Paula Sánchez Giménez - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L. , Raquel Fernández Rodríguez - Equipo técnico veterinario de Agropor S.L.

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son una patología infradiagnosticada en nuestras granjas, dándole menos importancia de la que deberíamos, pues es fácil que evolucionen, derivando en problemas reproductivos, afectando también al aparato genital, o incluso terminando con la vida de la cerda por fallos sistémicos.

Todo ello, además de afectar al bienestar de las reproductoras, se traduce en pérdidas de producción y de dinero en nuestros sistemas.

LA IMPORTANCIA DE DIAGNOSTICAR LAS INFECCIONES URINARIAS EN CERDAS

La prevalencia es algo controvertida, pues la mayor parte de estudios al respecto se hacen sobre cerdas enviadas a matadero. De ahí, que seguramente estemos valorándola muy por debajo de lo real. En trabajos realizados en granjas comerciales actuales, hablamos de incidencias entre el 41 %1 y el 46 %2,3.

Estas infecciones están causadas por microrganismos oportunistas y no específicos, de origen intestinal o ambiental. Ascienden por la vagina y la uretra, llegando a la vejiga urinaria, donde pueden desencadenar la infección.

El sistema inmunitario del animal está preparado para evadirlas, pero las situaciones de inmunodepresión fisiológica (parto o celo), las enfermedades inmunosupresoras y el estrés pueden favorecer la infección.

 

E. coli es la bacteria responsable en la mayor parte de casos de los últimos trabajos publicados, llegando a causar entre un 50-70 % de los casos. También se encuentran Staphylococcus spp, Streptococcus spp, Proteus spp o Corynebacterium suis, entre otras2,3.

Lo más habitual son las cistitis subclínicas, lo que dificulta su detección. Además, el diagnóstico no es sencillo, pues no hay directrices claras para ello. Sin embargo, es clave para poder establecer un tratamiento certero, minimizando el uso de antibióticos y optimizando el rendimiento y bienestar de las cerdas.

HERRAMIENTAS CLAVE PARA IDENTIFICAR Y PREVENIR LAS INFECCIONES URINARIAS

Ningún método por sí solo es suficiente para diagnosticar una ITU, por lo que hay que tener en cuenta toda la información y técnicas diagnósticas disponibles para una buena interpretación:

Evaluación de signos clínicos

Como posibles signos clínicos se observa:

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