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Sanidad y Coaching: El Secreto para una Granja Eficiente y un Equipo Motivado

Escrito por: Ismael M. Dolso - M.V.Esp. MSc. En Salud y Producción Porcina- JTP FAV-UNRC ismaelmario73@gmail.com , Laura Romeo - Coach Ejecutiva y Ontológico lauraromeocoach@gmail.com

Según nuestra experiencia, el buen clima laboral es un factor indispensable a la hora de pensar en rentabilidad. Si los colaboradores se sienten un eslabón fundamental para el logro del objetivo, estarán más comprometidos. Esta actitud repercute en el bienestar animal, lo cual tiene un impacto directo en la productividad.

Los cerdos sanos y bien cuidados tienen mejores tasas de crecimiento, mayor eficiencia alimenticia y menores tasas de mortalidad. Un ambiente de bajo estrés y una buena nutrición, favorecen el desarrollo de los animales.

Además, puede reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico. La salud de los cerdos es la columna vertebral de la producción. Un Veterinario en sanidad no sólo previene y controla enfermedades, sino que asegura que cada animal alcance su máximo potencial.

Al combinar la experiencia de un sanitarista con las habilidades de un coach, se puede  transformar la dinámica de trabajo. Se crea una sinergia capaz de anticiparse a problemas y resolverlos antes de que afecten la producción. clima laboral

Los colaboradores responsables de cada área están capacitados en la identificación de inconvenientes sanitarios. Al notar una anomalía inmediatamente la comunican y así se previenen brotes antes de que se diseminen los agentes infecciosos. A veces el personal sabe que algo no está funcionando pero como su palabra no es tenida en cuenta, no lo expresan.

El coaching se enfoca en que el equipo tenga confianza y comunicación efectiva: abre posibilidades generando espacios donde todos se sienten capaces de identificar
anomalías y solucionarlas a tiempo. Además, es útil para

Veamos un ejemplo concreto:

 

Son soluciones absolutamente sencillas, pero para modificarlo hay que reconocer que algo no está dando el resultado esperado. Son cosas obvias, pero al no hablarse se traban los procesos.

La capacitación y el empoderamiento del personal son cruciales para el éxito a largo plazo. A menudo, nos damos cuenta que no se les consulta a los colaboradores qué es lo que necesitan para trabajar mejor y optimizar los tiempos. Son ellos los que están en contacto directo todos los días con la producción. Saben qué es lo que está funcionando y qué se podría modificar.  ¿Será que no vemos a nuestros colaboradores como un equipo ganador?

No dimensionamos el valor de esta pregunta, y es clave.
Si creemos que nuestro equipo es ganador, tendremos conversaciones de mayor calidad, los escucharemos y consideremos sus opiniones y sugerencias. Esto los hará sentirse más motivados y comprometidos. Por el contrario, si los consideramos perdedores, sólo les daremos instrucciones sin explicar el propósito, lo que repercutirá en desgano y pérdida de motivación. Creer en la capacidad de nuestro equipo y valorarlos es esencial para crear un ambiente donde todos se sientan parte del éxito.

Compartir el plan de acción es vital. Si no lo hacemos, podríamos encontrarnos con que, aunque tengan las mejores intenciones, sus acciones no contribuyan al objetivo final. clima laboral

Dependiendo del rol de cada uno, debemos proporcionar la información necesaria para que puedan desempeñarse con compromiso y eficacia. No necesitan saber todos los detalles del negocio, pero sí es importante que se sientan tenidos en cuenta y que su labor es esencial para el logro del objetivo. Si no compartimos el plan de batalla, los colaboradores le van a dar batalla al plan.

No siempre se trata de dinero. Una vez que las necesidades básicas están cubiertas, lo que todo ser humano quiere, es ser tenido en cuenta. Es primordial crear un clima propicio para que los colaboradores se animen a expresar sus ideas y sugerencias, y darles feedback de manera efectiva.

Entrenar una buena comunicación los habilita a que se contacten con el médico veterinario si perciben alguna anomalía en la salud de los cerdos, por ejemplo diarrea o tos. Al actuar con rapidez, se evita que se compliquen las enfermedades. Es indispensable tener un equipo comprometido que cumpla el 100% de los acuerdos y, en caso de no poder finalizar una tarea, informen para buscar nuevas soluciones.

Hay herramientas de comunicación y liderazgo que al practicarlas, reducen la rotación de personal y repercuten en la salud y rentabilidad de la granja. Las personas muchas veces no renuncian a las empresas, sino a los malos jefes. Con herramientas de coaching, la confianza entre compañeros crece y todo cambia de color.

Algunos estudios han encontrado que una mayor rotación de personal puede estar relacionada con un aumento en la mortalidad de cerdos (Association between personnel turnover and pig mortality in US swine farms. Lima et al.2018.; The impact of personnel turnover on respiratory disease in swine herds, Sanderson et al, 2015.; Influence of personnel management on pig mortality in Brazilian swine farms. Fernandez et al. 2012).

Todos sabemos que formar personas especializadas tiene un alto costo económico y de tiempo. Es una inversión que las empresas deberían valorar. El clave tener miembros del equipo estimulados no sólo económicamente sino también a nivel laboral (vestuario, ropa de trabajo, baños, etc.).

¿Cómo podemos esperar que los porcentajes de mortandad bajen, si a los colaboradores los estamos rotando cada 2 o 3 meses? Ellos necesitan tener conocimientos básicos de producción, ser observadores del comportamiento del cerdo, y accionar en consecuencia. Formar a los colaboradores toma tiempo, y esto significa dinero.

Podríamos compararlo con una vacuna: prevenir anomalías asegura una buena rentabilidad a largo plazo. Queremos equipos que busquen resultados sin importar quién eligió la estrategia, fomentando la cooperación y no la competición. Richard Branson decía: “Creo en verdad que si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de tu negocio.” Apuntamos a que el buen trato sea en todas direcciones: hacia los compañeros, hacia el líder, hacia el asistente y hacia los animales.
No tenemos poder sobre el comportamiento de los colaboradores, pero sí sobre el nuestro.

Entonces: “¿Quién tenemos que ser para que quieran trabajar con nosotros? Y no nos referimos sólo a que lleguen puntualmente y ocupen su puesto, sino a que estén comprometidos con alcanzar los resultados. El liderazgo juega un papel fundamental en la cultura organizacional. El líder debe ser un modelo a seguir, demostrando valores y comportamientos que se esperan de su equipo. Esto incluye tener empatía y respeto, estar comprometidos, estar dispuestos a escuchar y tomar decisiones justas y equitativas que beneficien al equipo.

También es importante que transmita de forma clara los objetivos. Los miembros que confían en sus líderes están más dispuestos a seguir su dirección y a esforzarse por alcanzar los resultados. Muchas veces jugamos los juegos de la vida como si fueran de suma cero. Se les llama así a aquellos en los que las ganancias de un jugador se equilibran con las pérdidas de otro. O sea, son juegos en los que si hacemos una resta entre las ganancias totales de los participantes y las
pérdidas totales, el resultado siempre va a ser cero. Para que uno gane el otro tiene que perder. La ganancia se divide entre ambos.

Si observamos bien, en la vida no sirve que uno gane y el otro pierda; los dos tienen que ganar. Esta regla se aplica en las negociaciones, en las relaciones con los hijos, de pareja, laborales, ¡siempre! ambos tienen que ganar.

Si queremos mejorar un resultado y no sabemos cómo hacerlo, empecemos por tener una mejor relación con los integrantes del equipo. Cuando una persona tiene un buen vínculo con su gerente y enfrenta dificultades para cumplir todas sus tareas, es probable que priorice no fallarle a él y deje de lado a alguien con quien no se lleva tan bien. Por lo tanto, construir relaciones sólidas dentro del equipo no sólo mejora la comunicación, sino que también optimiza la productividad y la eficiencia.

La sanidad es un componente importante para tener una granja porcina exitosa. Si le sumamos estrategias de coaching y liderazgo, el equipo de trabajo adquiere más compromiso y motivación.

Como conclusión podemos decir que “tener un buen clima laboral es buen negocio”.
¿Te imaginas cómo puede repercutir esto en tu granja? clima laboral

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