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STOP Brucella

Escrito por: Laura Pérez Sala - Licenciada en Veterinaria por la UAB y Master en Sanidad y Producción Porcina por la UdL. Trayectoria profesional se desarrolló en el área del marketing de la industria del Petfood En la actualidad ejerce como Veterinaria especialista en producción porcina y Personal Coach

Recuerdo perfectamente el día del máster que tratamos Brucella Suis. Estábamos en el módulo  de sanidad, que suele ser el más atractivo para todos los veterinarios presentes, y veníamos de estudiar con profundidad a los grandes actores, PRRS, Circovirus, App, Mycoplasma…

Viernes, 9 de la mañana, ¿Brucella? ¿En serio?… Responder emails, realizar listas de cosas pendientes, compañeros con miradas en el infinito…

Parte de nuestro ostracismo puede ser explicado por la asociación que hacemos todos de Brucella con producción porcina en extensivo, pero cuando te topas por primera vez con un caso de Brucella en una granja comercial de cerdo blanco, maldices a todos los dioses por no haber prestado más atención.

Por norma general la brucelosis porcina es producida por Brucella Suis, aunque los cerdos también pueden infectarse con Brucella abortus y Brucella melitensis. (Antiguamente, cuando convivían cerdos, cabras y vacas, era muy común).

Las especies de Brucella suis abarcan cinco biovariedades, pero la infección en los cerdos se debe a las biovariedades 1, 2 o 3 . La biovariedad 2, que es la más frecuente en Europa, raramente es patogénica para el hombre, mientras que la 1 y la 3, que son endémicas de América y Asia, son muy patogénicas y es una zoonosis grave en humanos.

La brucelosis porcina es de amplia incidencia; sin embargo, por lo general, su prevalencia es reducida

TRANSMISIÓN Y PATOGENIA

En los cerdos, B. suis aparece en el feto, la placenta, los líquidos fetales y las descargas vaginales después de un aborto o muerte fetal. Los cerdos se suelen infectar al ingerir alimento contaminado con productos del aborto o nacimiento, o al comer membranas y fetos abortados. La transmisión venérea también es común en estos animales. B. suis es liberada en el semen; los machos con y sin síntomas pueden excretar la bacteria.

La transmisión puede ocurrir también por inhalación, a través de la conjuntiva o por las heridas en la piel, pero estas vías parecen tener importancia epidemiológica mínima en los cerdos.

Los lechones se pueden infectar durante la lactancia, pero la mayoría parece llegar a la edad de destete sin infectarse.

En los cerdos, la bacteremia puede durar hasta 90 días.

Mientras que algunos animales se recuperan de la infección, otros permanecen infectados de manera permanente.

B.suis también se puede propagar a través de fómites, especialmente  el alimento y el agua. En condiciones de alta humedad, bajas temperaturas y ausencia de luz solar, Brucella puede permanecer viable durante varios meses en el agua, los fetos abortados, el estiércol, el heno, el equipo y la ropa. Las especies de Brucella pueden soportar el secado, especialmente en la presencia de material orgánico, y pueden sobrevivir en el polvo y el suelo. La  supervivencia es mayor con bajas temperaturas, especialmente con temperaturas bajo cero.

Por lo tanto las fuentes de infección pueden ser:

La Brucella presenta particularidades desde el punto de vista patogénico, es un patógeno intracelular facultativo, lo cual impide la acción habitual de los antibióticos y la actividad de anticuerpos sobre ella.

Como parte de la respuesta inmune normal del organismo, es fagocitada por los glóbulos blancos, específicamente neutrófilos y macrófagos, siendo transportada por estos a los diversos órganos por vía sanguínea o linfática, donde pueden sobrevivir y multiplicarse dentro de las vacuolas de los fagocitos circulantes y tisulares, sin ser destruidas, ya que el autofagosoma con la bacteria no se une al lisosoma sino que la libera en el retículo endoplasmático donde esta se multiplica.

Principalmente se encuentra en órganos reticuloendoteliales (bazo, hígado, pulmón) y en órganos reproductores (testículos, endometrio). También es posible encontrarla en articulaciones.

 

SINTOMATOLOGÍA

DIAGNÓSTICO

PRUEBA DEL ROSA DE BENGALA: Aglutinación en porta, enfrentando directamente el suero a un Ag brucelar. Gran sensibilidad, pero baja especificidad. Se usa como screening

ELISA: Tiene una gran sensibilidad y una baja especificidad. Puede dar reacciones cruzadas con yersinia, y falsos negativos en casos de medicación de los animales.

La prueba definitiva sería el aislamiento de la bacteria, puede aislarse de secreciones vaginales, restos de abortos y placenta, semen… En las infecciones recientes, el hemocultivo resulta positivo en el 100 % de los casos, en las formas crónicas, el aislamiento resulta bastante difícil.

Existen otros métodos, no oficiales, como la técnica de la Brucelina. Consiste en la inoculación intradérmica, normalmente en la base de la oreja o al lado de la cola. A las 48 h se observa inflamación, hiperemia, hemorragia, e incluso microzonas de necrosis. La valoración es un poco subjetiva y precisa de entrenamiento. Puede ser útil para ayudarnos a detectar falsos positivos.

TRATAMIENTO

Como ya hemos visto en la patogenia, Brucella suis penetra en la células para multiplicarse, pero también puede estar fuera de ellas durante la fase de bacteremia. Esto complica mucho el tratamiento de la enfermedad ya que necesitamos un fármaco capaz de actuar en diferentes sitios. Por otro lado, nos enfrentamos a tratamientos de larga duración.

Según los últimos estudios, los Macrólidos de nueva generación, cumplirían estos requisitos.

“Una opción factible podría ser utilizar antibióticos de nueva generación, con una excelente penetración tisular y una farmacocinética que permita resultados terapéuticos después de una sola o dos dosis. Esta característica la cumplen los nuevos macrólidos (tulatromicina y tildipirosina) ya que se caracterizan por las altas tasas de absorción y gran volumen de distribución. Además, tienen extensa partición en tejidos y son absorbidos por las células inflamatorias, como los neutrófilos y macrófagos” . L. Fraile

Aparte del tratamiento de los animales es necesario bajar la presión de infección del ambiente. Las especies de Brucella se eliminan fácilmente mediante los desinfectantes más comunes, entre ellos las soluciones de hipoclorito, el etanol al 70%, el  isopropanol, los yodóforos, los desinfectantes fenólicos, el  formaldehído; no obstante, la materia orgánica y las bajas temperaturas disminuyen la eficacia de los desinfectantes.

En países como EEUU y Canadá se ha erradicado Brucella Suis de las explotaciones comerciales, mediante pruebas de detección, eliminación, y despoblación.

La eliminación de poblaciones de gran valor genético  supone un enorme gasto económico que hace que en nuestro país, donde el serovar de B. Suis que nos afecta tiene poco impacto sobre la salud humana, nadie se lo plantee.

 

 

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