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Tolerancia local y general de Porvaxin Parvo+Ery

Las patologías que se previenen con este grupo de vacunas son de carácter infeccioso y la presión que ejercen sobre las poblaciones porcinas es siempre alta y constante, lo que en combinación con las graves consecuencias que ocasionan los brotes de ambas, hacen que su prevención no pueda ser obviada.

De lo contrario se verían comprometidas la función reproductiva de las cerdas y, asimismo, su supervivencia.

Tanto la parvovirosis como el mal rojo son universales y ubicuos. En todas las explotaciones de reproductoras están presentes como una amenaza constante lo cual es, sin duda, la principal causa de la constancia y rotundidad de las pautas de vacunación frente a ambas infecciones, para asegurar los parámetros tan críticos a los que amenazan.

Para todo productor porcino es una meta clara obtener lechones destetados con el mayor de los pesos posibles. Esto supone una salida con ventaja de los animales que pasarán a las fases sucesivas de cebo, engorde y de recría, que les garantiza mejores resultados económicos, sanitarios y, en definitiva, zootécnicos.

La vacunación rutinaria en las cerdas reproductoras se practica con preparados para ser administrados por vía inyectable, que contienen los antígenos necesarios para ambas inmunizaciones y que se aplican, por protocolo, en la mitad de las lactaciones.

Esta práctica permite una protección neta de la siguiente gestación de la cerda y de su futura progenie.

Desde el punto de vista productivo este momento de aplicación es crítico, puesto que si se produjeran perturbaciones que afectaran a la producción láctea de las cerdas vacunadas, sus camadas sufrirían repercusiones irreversibles.

Se obtendrían lechones destetados de peso escaso y, en los casos más graves, se podría llegar a comprometer la viabilidad de algunos de ellos.

 

LA IMPORTANCIA DE LA TOLERANCIA DE LAS VACUNAS

Una óptima tolerancia local y general de las vacunas es una característica clave de gran valor.

Una vez reconocida la necesidad permanente de la vacunación en las maternidades y la alta sensibilidad productiva del momento de su aplicación, en el desarrollo de Porvaxin Parvo+Ery se contemplaron estos parámetros con la finalidad de garantizar que los atributos de seguridad, eficacia e inocuidad, propios de una buena vacuna, se vieran reflejados en ella.

La fase de la producción en la que una vacuna debe ser aplicada, condiciona notablemente el nivel de seguridad al que se debe aspirar. De no ser así, el principio universal de que lo principal en una terapia y por extensión de una vacuna es no perjudicar, se vería defraudado.

Para ello, en el desarrollo de Porvaxin Parvo+Ery se tuvieron en cuenta los antígenos de partida, su método de obtención, inactivación, purificación y adyuvantado. De este modo se consigue que, mediante la correcta combinación de todos ellos, se dé lugar a un preparado inmunológico con el equilibrio necesario que permite su aplicación en una fase tan crítica de la producción como la descrita, respetando la conservación de la fisiología productiva de las cerdas vacunadas, sobre todo en lo relativo al mantenimiento de la capacidad de amamantar a sus camadas.

Porvaxin Parvo+Ery ya se sometió a pruebas específicas en su fase de desarrollo, obligatorio para garantizar una gran tolerancia durante su aplicación a cerdas lactantes.

 

¿CUÁL ES LA EFICACIA Y LA TOLERANCIA FRENTE A PORVAXIN PARVO+ERY?

Una vez disponible en el mercado, y en términos totalmente prácticos, pusimos en marcha una experiencia de carácter medible en una explotación comercial, con características básicas que garantizan de partida un buen estado sanitario y productivo, en la que ya antes se venía vacunando sistemáticamente a las cerdas reproductoras con otra vacuna comercial con la misma finalidad preventiva.

En la explotación objeto de la experiencia se establecieron una serie de bandas de reproductoras que se vacunaron en la mitad de su fase de lactación, tal y como se hacía con la vacuna sustituida. Se definieron una serie de parámetros, cuantificables u observables, relacionados con la posible reacción a la vacuna que pudieran influir en la producción láctea y, por tanto, en el crecimiento de los lechones de sus camadas.

La experiencia se prolongó hasta la obtención de más de 100 datos de cerdas vacunadas, en total fueron 109, de los cuales se descartaron los de 6 individuos por haber causado baja tras el parto, presentación de síndrome MMA u otra circunstancia ajena a la vacunación.

El parámetro cuantificable elegido fue la temperatura rectal de las cerdas vacunadas. Esta se tomó:

Debido a que Porvaxin Parvo+Ery es una vacuna de naturaleza acuosa, con hidróxido de aluminio como adyuvante, la toma que el organismo vacunado hace de ella es muy rápida y no es esperable que una posible reacción adversa tras su aplicación se produzca más allá de ese periodo de 48 horas.

La observación de la evolución del punto de inoculación de la vacuna se tuvo en cuenta para confirmar que en ningún caso se producía enrojecimiento, dolor o inflamación tras su aplicación.

Otros parámetros contemplados en esta experiencia se concentraron en la observación del comportamiento de las cerdas y de sus camadas.

En las cerdas vacunadas es importante constatar que después de la aplicación, no solo no se produce fiebre, sino que no hay aletargamiento, vómito, anorexia, etc.

En las camadas, se debe vigilar que no se presentan manifestaciones de hambre por carencia de leche materna.

Una vez obtenidos los datos, se trataron estadísticamente agrupándose en tablas y gráficos descriptivos que más abajo se reproducen.

Lo más significativo de los resultados es lo relativo a la temperatura de los animales vacunados, ya que en ninguno de ellos se vio variación significativa de este parámetro.

En ninguno se produjo fiebre, con variaciones de las temperaturas rectales que en ningún caso superaron los 0,2°C.

Ninguna cerda presentó postración, vómito, anorexia o aletargamiento y ninguna de sus camadas mostró comportamiento asimilable al padecimiento de hambre por falta de leche materna.

En cuanto a las camadas, una de ellas presentó un episodio de diarrea sin que se determinara la causa específica.

En conclusión, se puede considerar que Porvaxin Parvo+Ery es segura tanto para las cerdas como para su progenie, no comprometiendo en ningún caso, ni directa ni indirectamente, el normal crecimiento de los lechones ni la salud de las reproductoras, con una pauta y calendario de vacunación totalmente normales.

Porvaxin Parvo+Ery es una vacuna inactivada frente a la parvovirosis y el mal rojo porcino. Vetia Animal Health, SAU

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