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Vacunación de cerdas reproductoras frente a parvovirosis porcina y mal rojo

Escrito por: Javier Marcos Sainero - Director Técnico VETIA ANIMAL HEALTH, SAU

En todas las explotaciones porcinas de reproducción, uno de los pilares básicos de la sanidad está constituido por un sólido plan de vacunaciones periódicas que se establecen por las necesidades básicas de prevención de su colectivo ganadero

Uno de los ejes sobre los que pivota el plan de vacunación de las reproductoras es, sin duda, la vacunación que se lleva a cabo en cada periodo de lactación de las cerdas reproductoras frente a la parvovirosis porcina y al mal rojo.

Las vacunas que aplicamos a las cerdas reproductoras, tanto durante su desarrollo como en su fase productiva neta, pueden dividirse en dos tipos según su objetivo:

Las que tienen por finalidad la protección de su progenie a través de la inmunidad calostral, puesto que en la especie porcina la inmunidad transplacentaria es extraordinariamente pobre.

Las que tienen por objetivo la protección de la vida de la cerda o de su propia función productiva.

Las vacunas que se aplican durante la gestación tienen preferentemente la función de proteger a la progenie de la siguiente camada a través de la inmunidad adquirida por el calostro. Cuando hablamos de parvovirosis porcina y de mal rojo, esto no tiene igual sentido:

La parvovirosis tiene incidencia real sobre las cerdas gestantes.

El mal rojo no afecta a lechones lactantes, siendo más propio de animales que ya han superado ampliamente la edad del destete y de cerdos adultos.

En el último periodo, posiblemente para eludir las posibles reacciones adversas que ciertas vacunas frente a la parvovirosis y el mal rojo pudieran tener sobre la lactación, se ha desplazado el momento de su aplicación al final de la gestación para evitar pérdidas en el desarrollo ponderal de las camadas que puedan ponerse de manifiesto en los destetados de las cerdas más sensibles.

Nosotros mantenemos la recomendación de que la vacunación frente a parvovirosis porcina y mal rojo debe hacerse durante el periodo de lactación porque se obtiene mayor rendimiento y es posible acceder a inmunológicos que no alteren la fisiología de la lactación y, por tanto, no interfieren con la alimentación de las camadas ni con su crecimiento.

Siendo el ciclo reproductivo normal de las cerdas de 2,1 a 2,3 gestaciones anuales, en el desarrollo de Porvaxin Parvo+Ery* se puso el acento en que la duración real de la inmunidad obtenida por su aplicación en situación ordinaria fuera de al menos seis meses.

Esto garantizaría, una vez establecido el calendario de la primovacunación, que por el ciclo natural reproductivo de las cerdas y por la recomendación de aplicarse en cada lactación no hubiera animales que quedaran desprotegidos porque su periodo entre vacunas se prolongara por más de seis meses.

De esta forma, todas las reproductoras válidas presentes en una explotación recibirían la vacuna antes de cumplirse el plazo de seis meses desde la anterior vacunación, produciéndose así una continuidad inmunológica de gran valor de cara a la protección colectiva al no permitir que ninguna parte del colectivo ganadero sea susceptible de sufrir un brote de enfermedad a partir del cual se pueda diseminar en el resto de la población.

Las pruebas de eficacia de la vacunación con Porvaxin Parvo+Ery se han llevado a cabo para obtener la mejor combinación posible entre la eficacia real requerida por los ciclos naturales de las cerdas reproductoras y la mejor tolerancia de su aplicación en el periodo de lactación, teniendo en cuenta que, como ya hemos dicho, el mayor rendimiento inmunológico de la vacunación se obtiene aplicándola en ese periodo.

Hoy en día, el desarrollo de técnicas laboratoriales podría permitir la evaluación de la eficacia de esta vacuna mediante valoraciones indirectas basadas en títulos de anticuerpos, obtenidos tras la aplicación, en animales de destino o en animales de experimentación, de una pauta de vacunación completa.

Específicamente, en el caso de la evaluación de la eficacia de Porvaxin Parvo+Ery se ha optado por la compleja vía del desafío real. Para ello se establecen dos grupos de animales de destino:

Uno se inmuniza según las indicaciones de la vacuna

El otro actúa como testigo no inmunizado

Esta práctica es importante en la evaluación de la eficacia de la vacunación frente a mal rojo, puesto que en esta enfermedad hay numerosos trabajos que ponen en duda que una mayor tasa de anticuerpos frente al agente causal proporcione una mayor protección frente a la enfermedad.

Para estas las enfermedades se establecieron protocolos de inmunización y desafío real que proporcionaran la necesaria confianza en su eficacia.

PARA EL MAL ROJO SE FIJARON DOS OBJETIVOS:

Objetivo 1: duración de la inmunidad tras la administración intramuscular de 2 dosis de la vacuna separadas 21 días y desafío con 2 cepas de E. rhusiopathiae (ser. 1 y ser. 2) 6 meses después bajo condiciones de laboratorio.

Objetivo 2: verificación de la vacuna de refuerzo tras la administración intramuscular de una dosis, 6 meses después de la primovacunación, y desafío con 2 cepas de E. rhusiopathiae (ser. 1 y ser. 2) a los 6 meses tras la revacunación bajo condiciones de laboratorio.

La prueba no es válida si menos del 80% de los animales del grupo control, muestran signos típicos de enfermedad, es decir, lesión cutánea de diamante en los sitios de inyección de la inoculación de desafío.

La vacuna cumple con la prueba si no menos del 90% de los animales vacunados permanecen libres de lesiones cutáneas de diamante en el sitio de inyección de la inoculación de desafío.

El 100% de los animales vacunados no mostró signos de enfermedad después del desafío con ambas cepas de E. rhusiopathiae a los seis meses de la vacunación.

100% del grupo control mostraron signos típicos de enfermedad después del desafío.

En ambas fases de la experiencia el resultado fue completamente favorable, lo que demuestra que en la fracción de mal rojo la eficacia está probada.

En esta experiencia se pusieron también en observación posibles manifestaciones de carácter indeseable que pudieran desencadenarse sin que nada reseñable ocurriera, por lo que además de la eficacia, se pudo corroborar que la pauta recomendada es segura.

PARA LA PARVOVIROSIS PORCINA TAMBIÉN SE FIJARON DOS FASES:

Fase 1: obtener información sobre la duración de la inmunidad de la vacuna contra PPV después de la primovacunación y después de una dosis de refuerzo, antes de la 2ª inseminación, mediante prueba de desafío en primerizas durante la 2ª gestación comparado con grupo control de animales no vacunados en igual situación productiva.

Fase 2: las primíparas fueron sacrificadas a los 90 días de la 2ª gestación y sus fetos fueron examinados para detectar infección por parvovirus porcino usando el método de inmunofluorescencia (IF1) y el método para la determinación del título de PPV (HA2).

Como en el caso del mal rojo, también se aprovechó la experiencia para observar el posible desencadenamiento de efectos indeseables, situación que tampoco se produjo.

 

EL RESULTADO DE ESTA EXPERIENCIA SE RESUME ASÍ:

El estudio demostró la eficacia de la vacuna Porvaxin Parvo+Ery después de la administración de una primera dosis, una dosis repetida a las tres semanas y una dosis de refuerzo antes del segundo apareamiento, con la dosis mínima de antígeno viral inactivado contenido en una dosis de la vacuna.

Ningún animal mostró reacciones inaceptables y ninguno fue excluido del estudio.

No se detectó ninguna reacción adversa como consecuencia de la administración de la vacuna.

No se registró ningún evento anormal con impacto en el bienestar de los animales.

Ningún animal vacunado manifestó un aumento de la temperatura corporal por encima del límite fisiológico.

Se observaron los criterios de esta prueba: ningún animal mostró ninguna reacción local o sistémica anormal, síntoma de enfermedad o murió por causas atribuibles al virus de la vacuna.

El estudio demostró la eficacia de la vacuna Porvaxin Parvo+Ery: primovacunación y verificación de la dosis de refuerzo.

*Porvaxin Parvo+Ery es una vacuna inactivada frente a la parvovirosis y el mal rojo porcino de Vetia Animal Health.

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