Cumplir las expectativas con respecto al control del virus PRRS no es fácil. De hecho, probablemente es la patología que más frustración genera, siendo su control un desafío constante para veterinarios y productores.
Los motivos son varios:
- No existen soluciones únicas.
- El abordaje de la enfermedad debe hacerse de forma multifactorial.
- Existen tantas variables que, en ocasiones, la repetibilidad de los resultados no es la esperada.
Si las medidas de control en general generan cierta discusión, la vacunación en particular es centro de opiniones confrontadas, y más concretamente, la vacunación de lechones.
Su necesidad, eficacia o retorno de la inversión son cuestiones comúnmente discutidas por los profesionales del sector.
En este artículo vamos a intentar responder a la pregunta objeto de este escrito, basándonos en informaciones científicas y en experiencias de campo bien documentadas, para intentar esclarecer, qué debemos esperar de la vacunación de lechones frente al virus PRRS, así como los requisitos que deben tenerse en cuenta para evitar resultados indeseados.
¿Con qué frecuencia se vacunan los lechones frente al PRRS?
Si analizamos las estrategias de vacunación a nivel europeo, existe cierta variabilidad entre países. No tanto en lo referente a las vacunas empleadas (vacunas vivas atenuadas basadas en cepa europea mayoritariamente) sino en cuanto a la tasa de vacunación de lechones.
Mientras que en países como Holanda o Alemania es una práctica bastante habitual desde hace años, en países como el nuestro la tasa de vacunación ha aumentado sensiblemente en los últimos años, pasando de ser prácticamente nula hace un lustro a ser en la actualidad de aproximadamente el 20% (estimación basada en datos del censo nacional y de Veterindustria de ventas de vacunas de PRRS).
La vacunación de lechones frente al virus PRRS ha dejado de ser una práctica extravagante, para convertirse en una herramienta frecuente para el control de la enfermedad.
¿Cuál es el objetivo de la vacunación?
La vacunación de lechones tiene un doble objetivo:
Eficacia clínica
Numerosas publicaciones y experiencias de campo avalan la eficacia de la vacunación de lechones con respecto al control de la clínica respiratoria asociada a la enfermedad, así como la mejora de parámetros productivos tales como la mortalidad, la Ganancia Media Diaria (GMD) o el Índice de Conversión (IC)(1,2,3).
Los efectos positivos pueden observarse tanto en transición, como en la fase de cebo, en función del momento en el cual se produzca la infección (4,5,6).
¿Cuál puede ser la razón de estas diferencias entre vacunas?
Eficacia epidemiológica
Adicionalmente a la eficacia clínica, otro de los objetivos que se persigue al vacunar lechones es un efecto epidemiológico en la población vacunada. Este objetivo se basa en recientes publicaciones que han demostrado que algunas vacunas vivas atenuadas son capaces de reducir la transmisión entre animales, de modo que animales vacunados y desafiados, no solo presentan menor viremia, sino que también reducen la duración de esta y la excreción vírica, llegando a presentar valores de Tasa de Reproducción inferiores a 1 (R0<1), con el consiguiente efecto sobre la carga vírica de la explotación (10,11) (Tabla 2).
¿Es rentable vacunar lechones frente al virus PRRS?
Dar una respuesta generalista en este caso es complejo, pues la rentabilidad de la vacunación dependerá de varios factores.
Entre ellos, el más importante, el impacto que el virus PRRS esté teniendo en los parámetros productivos de una explotación en concreto.
Sin embargo, cuando una explotación decide vacunar, con la inversión económica que ello conlleva, se presupone un impacto negativo en los parámetros productivos.
¿Es, en estos casos, rentable la inversión realizada?
Si revisamos algunas de las publicaciones recientes que incluyen datos de retorno de inversión (ROI), la respuesta es que la vacunación es altamente rentable.
En el 2018, el Dr. Holkamp (7) realizó un estudio económico del ROI de la vacunación con Porcilis® PRRS (vía id) en más de 100.000 animales (algunos de los datos productivos están reflejados en la Tabla 1).
Su estudió evidenció un ROI de 10 durante la vacunación, con 11,09€ extras de beneficio por cerdo sacrificado.
En este estudio, tras la vacunación de lechones durante 1 año, y al no ser posible detectar más el virus PRRS en la pirámide, la vacunación se detuvo, manteniéndose la mejora de datos productivos. En esta segunda fase del estudio, y debido a que ya no existía inversión en vacunación, el ROI fue de 384, con un beneficio extra por cerdo de 15,3€ (Gráfica 2).
Datos de un estudio inglés de 2018 (12) realizado en un ciclo cerrado endémicamente infectado por el virus PRRS reportaron mejoras productivas que se tradujeron en un beneficio extra de £3,5 por cerdo sacrificado.
Factores limitantes de la eficacia de la vacunación
Como siempre, en todos los aspectos relacionados con el virus PRRS, el abordaje nunca es único, y el plan de vacunación debe ajustarse a las necesidades específicas de cada explotación.
Pero en términos generales, existe una serie de requisitos que deberían cumplirse para que los resultados de la vacunación sean exitosos:
CONCLUSIÓN
La vacunación de lechones frente al virus PRRS es una herramienta útil para reducir la presión de infección y el impacto productivo y económico de la enfermedad en granjas infectadas.
Los datos presentados evidencian que, si se utiliza respetando una serie de requisitos previos, es una herramienta altamente eficaz y rentable.
Eso sí, es importante recordar que el control del virus PRRS debe plantearse como multifactorial, por lo que la vacunación debe englobarse dentro de un plan de control que incluya mejoras de bioseguridad y manejo, que ayudarán a optimizar los resultados obtenidos.