La prevención y control de enfermedades como el PRRS no dependen de la implementación de una sola medida preventiva, sino de la ejecución de varias prácticas y estrategias en conjunto.
Ninguna medida de protección es perfecta para prevenir la propagación del virus del PRRS, pero cada una juega un papel fundamental en la reducción de los riesgos. Durante años, este enfoque se ha conocido como el MODELO DEL QUESO SUIZO y fue propuesto originalmente por James T. Reason de la Universidad de Mánchester.
A continuación, se describen 5 de las 10 principales reglas que nos permitirán lograr un control integral del PRRS en la granja. |
En el momento del parto, es muy probable que las cerdas de un mismo grupo tengan un elevado número de lechones por camada. Es común que el personal de paridera realice adopciones teniendo en cuenta factores como el número de pezones funcionales y la conformación de éstos.
Este movimiento de lechones a una cerda nodriza del mismo grupo se conoce como “igualar camadas” y puede tener un impacto negativo en la estabilidad de la granja, por lo que siempre debe minimizarse, especialmente en las granjas positivas al PRRS.
Garantizar una ingesta adecuada de calostro tras el parto y minimizar las adopciones al mismo tiempo es un desafío complejo.
La ingesta de calostro es uno de los principales determinantes de la supervivencia de los lechones, ya que proporciona la energía y la inmunidad esenciales que todo lechón necesita en sus primeros días de vida.
Al mismo tiempo, cuando las adopciones sean absolutamente necesarias no deben ocurrir demasiado tarde en la lactación. De esta forma se evitan los desequilibrios en la camada y sus consecuencias negativas. |
Tras el parto, existen varias prácticas de manejo que requieren manipular los lechones, como el procesado, la lactación alterna usando cajas atemperadas y las adopciones.
Para realizar todos estos procesos, no es raro que los operarios de las salas de partos entren en los corrales de maternidad y compartan herramientas para sujetar y manipular a los lechones de cada camada con el fin de maximizar la eficiencia de los procedimientos de trabajo.
Para el manejo de las enfermedades, es fundamental:
Las posibles vías de transmisión indirecta del virus PRRS son la orina, la sangre, la saliva y las heces de los animales infectados.
Se ha demostrado que las botas y la ropa de trabajo pueden favorecer la transmisión del virus PRRS entre las camadas. |
Las jeringuillas y agujas se utilizan para administrar tratamientos, así como otros productos terapéuticos tales como hierro y vitaminas. En la industria porcina, es común usar la misma aguja para inyectar un mismo producto en diferentes animales.
Durante el período de lactación, varios factores, como las prácticas de manejo, afectan los niveles de estrés y el estado sanitario de los lechones, pudiendo repercutir en la producción de leche y, con ello, en el crecimiento de la camada.
Por lo tanto, las camadas, y los lechones dentro de éstas, no siempre presentan el mismo crecimiento. Este hecho es común en las granjas positivas a PRRS.
Para solucionar este problema, los granjeros tienden a realizar adopciones de los lechones que se están quedando atrás en comparación con sus compañeros de camada, sin considerar que el riesgo de transmisión de enfermedades podría ser mayor que la posible mejora en el crecimiento.
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