La ganadería porcina es uno de los sectores de producción más avanzados tecnológicamente y en continuo crecimiento. A medida que las piaras porcinas crecen y, al mismo tiempo, el número de ganaderos disminuye a nivel mundial, resulta casi imposible para estos evaluar a cada animal individualmente y garantizar su bienestar. La Ganadería de Precisión (GPP) […]
La ganadería porcina es uno de los sectores de producción más avanzados tecnológicamente y en continuo crecimiento. A medida que las piaras porcinas crecen y, al mismo tiempo, el número de ganaderos disminuye a nivel mundial, resulta casi imposible para estos evaluar a cada animal individualmente y garantizar su bienestar.
La Ganadería de Precisión (GPP) podría aportar soluciones a estos problemas. La GPP busca lograr un monitoreo continuo y totalmente automatizado de los cerdos, con énfasis en cada corral, mediante el uso de avances tecnológicos como parte del proceso de manejo.
Esto puede mejorar potencialmente el bienestar animal, la eficiencia alimentaria y el rendimiento, además de reducir las emisiones del ganado, impactando positivamente en la viabilidad financiera de la unidad.
Los datos pueden recopilarse mediante cámaras (CCTV, infrarrojos, térmicas, etc.) y sistemas de análisis en tiempo real, micrófonos y sistemas de análisis de sonido, o cualquier otro sensor dentro de la unidad de producción o en el animal, como acelerómetros, sensores RFID, etc.
La transición del alojamiento extensivo al intensivo ha inducido grandes cambios en la cría de cerdos. Por ejemplo, los lechones son destetados naturalmente aproximadamente a las 17 semanas de edad (Jensen y Recén, 1989), mientras que bajo condiciones de alojamiento intensivo son comúnmente destetados prematuramente aproximadamente a las 4-5 semanas de edad (D’Eath y Turner, 2009; OCDE, 2018). Además, las cerdas alojadas en extensivo se reproducirán dos veces al año, mientras que cuando se alojan en intensivo este número es significativamente mayor en al menos un 15-20% (OCDE-FAO, 2019).
Esto indica que los cerdos crecen en tamaño y alcanzan la pubertad y la edad adulta mucho más rápido que sus contrapartes criadas en libertad o en extensivo. El problema social que surgió de esta transición es la falta de espacio para que los cerdos expresen sus comportamientos naturales como la exploración y la búsqueda de alimento.
En observaciones sobre el comportamiento de búsqueda de alimento de cerdos domésticos alojados extensivamente, cada miembro del grupo se mantuvo a 3,8 m en promedio de su vecino más cercano y diferentes manadas se mantuvieron a una distancia de 50 m o más, según la disponibilidad de alimento (HIS, 2014). Por el contrario, cada cerdo alojado bajo condiciones comerciales intensivas tiene solo 0,25 – 2,25 m 2 a su disposición (OCDE-FAO, 2019), dependiendo de sus características (p. ej., edad, sexo, tamaño del grupo, etc.).
Aunque la exhibición de comportamiento tiene un origen multifactorial, estos cambios contribuyeron al aumento de la agresión (Peden et al., 2018), la aparición de comportamientos sociales no deseados y anormales (p. ej., hocico de vientre, mordedura de cola y oreja, etc.) y jerarquías de dominancia inestables (D’Eath y Turner, 2009) que plantean riesgos para su estado de salud y bienestar (Hintze et al., 2013).
Además, se informa que en EE. UU. se estima que las enfermedades y su propagación son responsables del 20 % de las pérdidas por mortalidad en granjas de cerdos (NASEM, 2019). Si una enfermedad no se puede prevenir mediante métodos médicos como la vacunación, es necesario detectarla lo antes posible para que el ganadero tenga tiempo de actuar y prevenir eficazmente su dispersión dentro de la cámara de cerdos (Pessoa et al., 2021).
Dado que la incidencia de resistencias a los antibióticos tiende a aumentar debido a la suplementación extensiva (EFSA, 2019), la necesidad de métodos alternativos que reduzcan su uso es de gran importancia (Girard y Bee, 2019). La vigilancia continua en la porcicultura contemporánea para evaluar la propagación de enfermedades es un posible enfoque para el problema (Boyd et al., 2019). En contexto, la ganadería de precisión (PLF) podría aportar soluciones a estos problemas. ganadería porcina
PLF es el monitoreo continuo totalmente automatizado de animales, enfatizando la individualidad (en caso de cría de cerdos en cada corral), mediante el uso de avances tecnológicos como parte del proceso de manejo (Banhazi et al., 2012b; Berckmans, 2014a; Berckmans, 2017; Norton et al., 2019). Estos avances, aplicados a nivel de producción, apuntan a aumentar la capacidad del granjero para monitorear continuamente la vida diaria de los cerdos a pesar del tamaño del rebaño (Vranken y Berckmans, 2017).. ganadería porcina
El monitoreo y análisis de biorrespuestas es el punto de partida de cualquier sistema PLF, proporcionando los conjuntos de datos que se utilizarán para el desarrollo de algoritmos que controlarán ciertos parámetros en el proceso de producción (Matthews et al., 2016; Nasirahmadi et al., 2019a).
Cuando se detecta un problema en la unidad, se activa una señal de alerta para que se puedan tomar medidas inmediatas y así resolverlo rápidamente (Berckmans, 2017). Por lo tanto, las herramientas de apoyo a la toma de decisiones de PLF pueden mejorar el bienestar animal, la eficiencia alimentaria, el uso de antibióticos y el rendimiento, reducir las emisiones del ganado y mejorar la estabilidad económica de las zonas rurales al minimizar los costos anuales de las unidades (Banhazi et al., 2012b; Nilsson et al., 2015; Lopes et al., 2016; Pomar et al., 2019).
Más en Bienestar porcino
Artículo completo: Christos Tzanidakis, Panagiotis Simitzis, Konstantinos Arvanitis, Panagiotis Panagakis, An overview of the current trends in precision pig farming technologies, Livestock Science, Volume 249, 2021, 104530, ISSN 1871-1413, https://doi.org/10.1016/j.livsci.2021.104530.