Cerdo mordedor compulsivo: ¿Cómo detectarlo?
19 Jul 2021

Cerdo mordedor compulsivo: ¿Cómo detectarlo?

Los cerdos mordedores compulsivos son generalmente animales de crecimiento retardado que se evidencian por tener un tamaño menor en comparación con los demás cerdos dentro del lote.

Los cerdos mordedores compulsivos son generalmente animales de crecimiento retardado que se evidencian por tener un tamaño menor en comparación con los demás cerdos dentro del lote.

Se cree que puede deberse a que sufrieron alguna deficiencia nutricional durante un momento clave de su desarrollo viéndose afectado su sistema nervioso central.

Estos animales, tienden a morder a aquellos cerdos dominantes especialmente en las situaciones que implican no poder acceder a recursos como agua o comida.

Es decir, se detectan estas conductas especialmente cuando los cerdos más dominantes del lote están en el comedero o en el bebedero.

Según el investigador Antoni Dalmau, investigador de IRTA, en estos casos, lo más recomendable es retirar al animal de ese grupo y optar por una selección genética para evitar que se desarrollen este tipo de ejemplares más predispuestos a provocar episodios de caudofagia en las granjas.

Un problema de caudofagia en un corral se puede trasladar al siguiente por imitación. Un problema de caudofagia en un cerdo se puede propagar al resto porque una vez que el mordedor prueba la sangre, tenderá a querer repetir la experiencia.

 

Lógicamente, a mayor competencia por el alimento y la bebida, más fácil es promover que aparezca este mordedor compulsivo, por lo que la densidad de animales por comedero y bebedero va a ser uno de los factores críticos a controlar.

Cerdos mordedores compulsivos vs conducta redirigida

Es importante también, diferenciar este tipo de conducta de aquellas que responden a “comportamientos redirigidos”.

En condiciones naturales, el cerdo dedica un porcentaje muy elevado del tiempo a hozar en búsqueda de alimento, lo que consiste en remover el suelo con el hocico.

En condiciones de producción intensiva, el cerdo consigue el alimento sin necesidad de desarrollar esta conducta y, normalmente, las propias instalaciones impiden que el animal la muestre.

No obstante, según diversos estudios, existe una necesidad inherente del cerdo a mostrar la conducta de hozar, independientemente de su estado de alimentación. [registrados]

Si el entorno no le permite desarrollar esta conducta hacia un estímulo normal, ésta es dirigida hacia estímulos alternativos, tales como la cola de otros animales.

Si bien en el caso de los animales que realizan la conducta redirigida lo mejor es la prevención, intentando estimular a los animales para que no dirijan esta conducta sobre otros animales, en el caso de los mordedores compulsivos, como ya se mencionó, hay que identificarlos y retirarlos de la granja.

Factores a tener en cuenta

  • La competencia entre los animales por la comida (el subordinado será el mordedor, no el dominante).
  • La alimentación seca (en pellets) frente a la alimentación húmeda (esta última suele producir menos problemas de caudofagia).
  • Deficiencia nutricional, especialmente aminoácidos y sal. De hecho, la sangre contiene mucha sal y les atrae especialmente en caso de deficiencias.
  • Dietas ricas en triptófano podrían reducir los brotes ya que interviene en el metabolismo de la serotonina (cuanto más serotonina más calmados se encuentran los animales).
  • Mala ventilación o humedad en las instalaciones.
  • El estado sanitario de los animales.
  • La calidad de la luz y el aire
  • El manejo de los bebederos
  • Las mezclas de animales

Indicadores de detección precoz

Identificar determinadas conductas en los cerdos podría servir para evitar la aparición de un brote o para controlarla antes que se convierta en un problema mayor. Dalmau señala que la posición de las colas podría servir de indicador.

Cuando éstas se encuentran en posición baja, puede indicar las fases iniciales de un futuro brote de caudofagia.

También el aumento de la actividad y del nerviosismo pueden ser indicadores, así como el incremento de las conductas orales dirigidas a la cola.

La aparición de un mayor número de lesiones sirve también como alerta de un cambio de conducta y de la necesidad de actuar antes de que se produzcan heridas de gravedad.

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