La alta temperatura es responsable de importantes pérdidas económicas para la industria porcina, tanto en las regiones tropicales donde la temperatura ambiente promedio suele superar los 25 °C como en las regiones templadas que se enfrentan a olas de calor más frecuentes durante los meses de verano
La alta temperatura es responsable de importantes pérdidas económicas para la industria porcina, tanto en las regiones tropicales donde la temperatura ambiente promedio suele superar los 25 °C como en las regiones templadas que se enfrentan a olas de calor más frecuentes durante los meses de verano.
El rendimiento de los cerdos se reduce durante el Estrés por Calor (EC) principalmente debido a su menor consumo voluntario de alimento como medio para reducir la producción metabólica de calor.
Por lo tanto, el EC se está convirtiendo en un tema esencial para la producción porcina y, en los últimos años, muchos estudios de investigación se han centrado en el impacto en el metabolismo y la fisiología porcina.
Varios estudios han demostrado fuertes correlaciones fenotípicas y genéticas entre el comportamiento alimentario y los rasgos de rendimiento.
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Por ejemplo, la tasa de alimentación está positivamente correlacionada fenotípicamente con la ingesta diaria de alimento (0,29), pero también con la ganancia diaria promedio (GMD, 0,40) y la deposición de grasa (0,28), lo que significa que los cerdos que comen más rápido, comen más y crecen más rápido y más gordos.
Investigar la plasticidad del comportamiento alimentario, es decir, cómo los animales modifican su comportamiento alimentario, en respuesta al EC podría permitir una mejor comprensión de los mecanismos responsables de la reducción del consumo de alimento durante el estrés y, finalmente, ayudar a rediseñar los programas de alimentación para reducir los impactos negativos del estrés por calor.
Por ejemplo, un estudio reciente mostró que cambiar los horarios de alimentación a la noche disminuyó los efectos perjudiciales del EC en las cerdas lactantes.
El comportamiento de alimentación es fácilmente accesible mediante el uso de comederos automáticos y puede
definirse mediante criterios como el tiempo de alimentación diario, el número de comidas por día, la duración y el tamaño de cada comida y la tasa de alimentación.
Estos rasgos del comportamiento de alimentación son altamente plásticos y varían con el entorno físico de los cerdos, por ejemplo, disponibilidad de espacio, tamaño del grupo, condiciones del suelo, presencia de enriquecimiento y temperatura.
El presente experimento tuvo como objetivo evaluar los efectos de dos ambientes climáticos [templado (TEMP) vs tropical húmedo (TROP)] sobre el comportamiento alimentario en cerdos en crecimiento. 
Los rasgos del comportamiento de alimentación se midieron con comederos automáticos e incluyeron: consumo diario de alimento, tiempo de alimentación diario, tasa de alimentación, número diario de comidas, consumo de alimento por comida y tiempo de alimentación por comida.
Los cerdos procedían de una población retrocruzada entre cerdos Large White (LW, sensibles al calor) y criollos (CR, tolerantes al calor).
Los mismos 10 verracos F1 LW × CR (familias de sementales [FS]) se aparearon con cerdas LW relacionadas en cada entorno. Se registró el comportamiento alimentario de un total de 1296 cerdos (n = 634 cerdos para TEMP yn = 662 cerdos para TROP) entre 11 y 23 semanas de edad.
También se midieron el rendimiento del crecimiento y las respuestas de termorregulación (temperatura rectal y de la piel).
Los resultados muestran que las condiciones de TROP afectan los rasgos del comportamiento de alimentación: los animales tenían más comidas por día, pero estas comidas eran más pequeñas tanto en duración como en tamaño, lo que resultó en una menor ingesta diaria de alimento y menos tiempo para comer por día.
Se encontraron interacciones significativas de FS por medio ambiente (GxE) para todos los rasgos de
Cuando los FS se distribuyeron en grupos robustos y sensibles (previamente definidos de acuerdo con los rasgos de rendimiento y termorregulación), los resultados mostraron interacciones de grupo por ambiente para todos los rasgos de alimentación, excepto la frecuencia de las comidas.
Además, se detectó una diferencia significativa en la tasa de alimentación entre el grupo robusto y el sensible en TEMP, lo que sugiere que la tasa de alimentación puede ser un buen candidato para evaluar la tolerancia al calor.
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