Los principales factores estresantes durante la fase posterior al destete son nutricionales (Ej: cambio de dieta), psicológicos (Ej: mezcla de lotes) y ambientales (Ej: cambio en la temperatura ambiente) (Campbell et al., 2013).
El estrés se define generalmente como cualquier amenaza a la homeostasis de un animal (Mawdsley y Rampton, 2005). Durante el estrés, los mecanismos fisiológicos se activan para mantener la homeostasis, pudiendo comprometer la productividad.
Los principales factores estresantes durante la fase posterior al destete son nutricionales (Ej: cambio de dieta), psicológicos (Ej: mezcla de lotes) y ambientales (Ej: cambio en la temperatura ambiente) (Campbell et al., 2013).
Estos factores de estrés traen, en consecuencia, una drástica reducción en el consumo de alimento.
La anorexia al destete se asocia con alteraciones importantes del tracto gastrointestinal (TGI) caracterizadas por una disminución de la capacidad digestiva y de absorción y, en consecuencia, resulta en un aumento de bacterias patógenas (Pluske et al., 1997 , Lalle’s et al., 2004).
Además, el estrés por hacinamiento también disminuye la competencia inmunológica al disminuir el número de células inmunitarias o aumentar los mecanismos inmunosupresores y reducir la tasa de crecimiento (Khafipour et al., 2014).
Por lo tanto, se deben adoptar prácticas de manejo adecuadas para minimizar las condiciones estresantes y optimizar el rendimiento del crecimiento en los lechones.
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Al destete, el lechón está expuesto a varios factores estresantes e infecciones patógenas debido al espacio limitado, la mezcla con animales desconocidos, la temperatura ambiente desfavorable, el aire contaminado y la baja bioseguridad.
Los efectos combinados y aditivos de estos factores estresantes y amenazas patógenas aceleran los efectos perjudiciales sobre el crecimiento de los cerdos (Hyun et al., 1998).
La salud del cerdo, por lo tanto, mejorará si se reduce el número de factores estresantes de su entorno.
En los lechones destetados, el hacinamiento aumenta el estrés social y afecta negativamente el consumo de alimento y el crecimiento ( Kil y Stein, 2010 ).
Khafipour y col. (2014) investigaron los efectos del estrés por hacinamiento sobre el rendimiento y los parámetros inmunológicos en lechones destetados desafiados con Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC).
Estos autores demostraron que el estrés por hacinamiento aumenta el cortisol plasmático en lechones estresados en comparación con lechones no estresados.
En animales, la concentración plasmática de cortisol se ha considerado un indicador de estrés. Además, el estrés por hacinamiento tuvo un impacto directo sobre la respuesta inmune en los cerdos, como lo indica un elevado nivel de citocinas séricas y cortisol plasmático (Khafipour et al., 2014 ,Oha et al., 2010 ).
En un estudio reciente, Li et al. (2017) demostraron que los lechones destetados bajo estrés social crónico redujeron el rendimiento y se vio alterada la función de la barrera intestinal y el transporte de nutrientes.
El estrés por falta de espacio también aumenta el comportamiento anormal y los niveles de agresión, lo que aumenta el gasto energético no relacionado con el crecimiento (Turner et al., 2003 , Nyachoti et al., 2004 , Khafipour et al., 2014).
La asignación de espacio recomendada actualmente para los lechones destetados es de al menos 0,34 m2 por cerdo en corrales con slat ( AAFC, 1993 ); sin embargo, en un régimen de alimentación sin antibióticos, podría requerirse más espacio (Varley, 2004).
En relación con la salud intestinal, el estrés por hacinamiento redujo la resistencia a la infección bacteriana y aumentó la excreción fecal de los lechones destetados (Jones et al., 2001).
Del mismo modo, Khafipour et al. (2014) demostraron que los lechones destetados expuestos a estrés por hacinamiento y desafiados con ETEC tenían una mayor proliferación de ETEC en la digestión ileal y del colon en comparación con los que tenían un espacio adecuado.
El estrés por hacinamiento conduce a un aumento del pH intestinal, lo que puede crear condiciones favorables para la colonización de ETEC, y resultar en diarrea.
En general, el pH intestinal bajo favorece el establecimiento de bacterias beneficiosas e inhibe las bacterias dañinas (Ohland y MacNaughton, 2010).
En la producción porcina comercial, la higiene de las instalaciones juega un papel importante en el rendimiento de los cerdos.
Le Floc’h y col. (2006) propusieron que una mala condición de limpieza de las instalaciones, podría provocar una respuesta inflamatoria en lechones destetados. En estas condiciones, los lechones tuvieron un crecimiento deprimido y una mayor actividad de su sistema inmunológico.
Además, mostraron respuesta inflamatoria provocada que interfirió con el crecimiento debido a la competencia por los nutrientes entre los tejidos estructurales y la función inmune (Le Floc’h et al., 2009).
Debido a la estimulación del sistema inmunológico, los aminoácidos son los nutrientes más comúnmente afectados y los requerimientos de aminoácidos podrían aumentar en los lechones destetados ( Kahindi, 2015 , Jayaraman et al., 2015 ).
Por ejemplo, la relación treonina:lisina digestible ileal estandarizada óptima para los lechones destetados criados en malas condiciones sanitarias fue mayor (66,5% frente a 65%) que para los criados en buenas condiciones de higiene (Jayaraman et al., 2015).
En un estudio de crecimiento, Jayaraman y col. (2016) demostraron que una habitación con mala higiene tenía más NH3 (26,65 vs. 18,17 ppm) y H2S (0,099 vs. 0,010 ppm) en comparación con la habitación con condiciones higiénicas correctas.
El deterioro de la calidad del aire podría haber causado malestar y una caída en la ingesta de alimento, lo que condujo a la reducción del rendimiento observado de los lechones criados bajo estas condiciones.
El mecanismo subyacente podría ser que, en condiciones de suciedad, los lechones tenían una ingesta reducida de alimento, lo que podría haber causado alteraciones en la morfología intestinal, como informaron Pluske et al. (1996).
Zhao y col. (2007) indicaron que los lechones criados en condiciones sucias tenían vellosidades de menor altura y menor profundidad de cripta en comparación con los criados en condiciones limpias, lo que podría ser la influencia de las condiciones sanitarias.
Además, Pastorelli et al. (2012) demostraron que los lechones destetados criados en ,alas condiciones de higiene tenían una mayor incidencia de heces blandas y diarrea en comparación con los lechones criados en condiciones limpias.
Los resultados de estos estudios demuestran colectivamente que mantener altos estándares de limpieza es fundamental para el rendimiento óptimo de los lechones, en parte debido a sus efectos directos o indirectos sobre la salud y la función intestinal.
Referencias
Balachandar Jayaraman, Charles M. Nyachoti.
Husbandry practices and gut health outcomes in weaned piglets: A review.
Animal Nutrition, Volume 3, Issue 3, 2017. Pages 205-211, ISSN 2405-6545.
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