La proteína animal es un nutriente de alta calidad y de fácil digestión, que se utiliza como complemento de las dietas de los animales jóvenes.
La proteína animal es un nutriente de alta calidad y de fácil digestión, que se utiliza como complemento de las dietas de los animales jóvenes.
Sin embargo, a lo largo de los años, han surgido alternativas derivadas de plantas que conducen a resultados de rendimiento similares y con menores riesgos de contaminación y transferencia de patógenos.
Con una proteína de soya del 65 por ciento de proteína cruda, actualmente podemos reemplazar el plasma animal, la harina de sangre y la harina de pescado en los pre iniciadores de lechones y pollos, obteniendo resultados similares e incluso el suero de leche puede ser reemplazado por melaza de caña de azúcar y de soya (usando un factor de sacarosa equivalente a la lactosa) para hacer una dieta 100% vegetal.
Las fuentes de proteínas animales son una creciente preocupación pública y política sobre la seguridad de los alimentos de origen animal.
En los últimos años, esta preocupación ha aumentado debido, por ejemplo, a infecciones bacterianas transmitidas por alimentos, compuestos tóxicos, residuos de medicamentos veterinarios y contaminación.
La proteína animal puede estar relacionada con problemas de seguridad alimentaria y muestra una gran variedad de calidad.
Algunos ejemplos son la posible contaminación con dioxinas, enterobacterias, salmonella y E. coli. Virus de la Peste Porcina Africana (PPA) y encefalopatía espongiforme bovina.
Las proteínas vegetales son más baratas y seguras, pero tienen menor digestibilidad que las de origen animal.