Actualmente se reconoce ampliamente que una relación positiva entre humanos y animales es beneficiosa no solo para el bienestar de los animales de granja, sino también para la productividad y la calidad de los productos.
Actualmente se reconoce ampliamente que una relación positiva entre humanos y animales es beneficiosa no solo para el bienestar de los animales de granja, sino también para la productividad y la calidad de los productos.
Una mejor comprensión de las emociones animales es un objetivo importante en disciplinas que van desde la neurociencia hasta la ciencia del bienestar animal, pero existen pocas herramientas confiables para medir estas emociones.
En este estudio, se investigó si la provisión de juguetes para solicitar el comportamiento de juego en los cerdos se asocia con un cambio en la relación humano-animal y el estado emocional de los cerdos.
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Métodos
Involucramos a un grupo de dieciséis cerdos pequeños alojados en un entorno experimental y el uso de una prueba preliminar llamada prueba de «persona extraña».
Después de una sesión de Control y Juego (con juguetes para perros de tamaño mediano, pelotas con cuerdas), se realizó la prueba de la persona extraña.
Durante el examen, una persona vestida con un mono de colores, capucha, máscara, guantes y botas (persona desconocida con apariencia extraña) ingresó al corral, donde estaban alojados 2 cerditos, para una grabación de video de 2 minutos.
Se compararon los resultados de la prueba de la persona extraña después de las sesiones de Juego y Control.
Resultados
Los resultados mostraron que la latencia para acercarse a la persona (duración en segundos) y la duración durante la cual el cerdo estuvo alejado de la persona extraña (duración en segundos) fueron significativamente menores después de la sesión de Juego que después de la sesión de Control.
La duración del contacto directo (duración en segundos), la necesidad de separar al cerdo de la persona extraña (frecuencia) y la duración del movimiento de la cola (duración en segundos) fueron significativamente más altos después de las sesiones de juego que después de las sesiones de Control.
En general, los resultados sugieren un cambio en la relación humano-animal después de las sesiones de juego: los cerdos parecían tener menos miedo y más inclinados a interactuar con la persona extraña, mostrando un estado emocional más positivo.
Conclusión
Este estudio preliminar sugiere que la provisión de juguetes, y más precisamente, la oportunidad de realizar un comportamiento de juego con objetos y, a veces, espontáneamente, un comportamiento de juego social, puede mejorar la relación entre humanos y animales.
La investigación adicional para explorar este tema a fondo puede arrojar resultados interesantes porque un estado emocional positivo de los animales y una buena relación humano-animal son esenciales para garantizar una buena calidad de vida de los animales de granja.
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