Potenciar la salud intestinal de los cerdos se ha convertido en una prioridad para el sector porcino, ya que permite mejorar su rendimiento productivo, minimizando los costes de producción y logrando el máximo nivel posible de Bienestar Animal que sea aceptado por la sociedad.
Potenciar la salud intestinal de los cerdos se ha convertido en una prioridad para el sector porcino, ya que permite mejorar su rendimiento productivo, minimizando los costes de producción y logrando el máximo nivel posible de Bienestar Animal que sea aceptado por la sociedad.
Durante los últimos años se ha incrementado el número de estudios y referencias a lo que llamamos
“Salud intestinal” |
Si queremos pensar que la mejor salud intestinal es aquella que encontramos en la naturaleza, en los animales salvajes, esto dependerá del momento que elijamos para determinarla ya que podemos evaluarla en un momento de abundancia de alimento, como es el otoño en la dehesa extremeña para los cerdos ibéricos, o durante el helado invierno con nieve y pocos recursos en la tundra ártica para los pocos jabalíes que allí viven en ese momento.
Si preguntamos a veterinarios lo más seguro es que se refieran a “la ausencia de patologías digestivas que pongan en dificultad el desarrollo del animal en cuestión”, en este caso, el lechón.
Si preguntamos a nutricionistas, nos contestarán que salud intestinal será aquel estado del animal en el que las funciones digestivas se desarrollan con total normalidad. Pero tenemos que definir qué es normalidad.
Los científicos responderán que todavía no lo saben, que hacen falta más averiguaciones y ensayos.
Criterios para medir la salud intestinal
Bischoff propone 5 criterios para medir la salud intestinal:
Digestión efectiva y absorción de nutrientes, agua y minerales.
Ausencia de enfermedades en el tracto gastrointestinal (TGI), sin enfermedades del estómago, como ulceraciones, ni intolerancias a carbohidratos o deficiencias enzimáticas.
Flora microbiana normal y estable, sin crecimientos anormales de unas especies bacterianas sobre otras y sin diarreas asociadas a infecciones o parasitaciones.
Un estado inmunitario efectivo, con una función eficaz de la barrera gastrointestinal:
Un estado de bienestar difícil de identificar en animales de producción pero que puede ser medido con niveles de serotonina normales y en ausencia de marcadores de estrés.
Impacto del intestino en la Salud
La función del intestino no se limita al procesamiento de alimentos y posterior absorción de nutrientes y fluidos:
Experimentos con animales y algunos datos humanos han demostrado que el intestino se comunica con bacterias que apoyan la digestión a través de su capacidad enzimática.
aEl intestino regula funciones epiteliales e inmunitarias importantes para la salud intestinal y la salud en general.
bEl intestino informa al cerebro, a través del nervio vago y determinadas hormonas, sobre la absorción de energía y otras condiciones que podrían afectar el estado de ánimo y el bienestar general.
cEl intestino induce una tolerancia del sistema inmunitaria frente a lo propio a la vez que establece una defensa inmunitaria frente a las agresiones externas de organismos vehiculados con el alimento.
M. Varley, en 2017 (comentario en Pig Progress), definió que para que un animal tenga buena salud intestinal es preciso que exista una alta correlación entre salud general y salud intestinal, lo que implica que:
Medir la salud intestinal con técnicas in vivo requiere de métodos sofisticados, instalaciones especiales y técnicos especializados en cirugía, haciendo que sea inviable a nivel práctico.
Para medir la salud intestinal se ha propuesto el uso de biomarcadores o marcadores biológicos que son sustancias que pueden ser utilizadas como indicadores biológicos.
Los biomarcadores deben poder medirse objetivamente y ser indicadores de un proceso biológico normal, de un estado patológico o como respuesta a un tratamiento farmacológico.
Tenemos actualmente un buen conocimiento del aparato digestivo y de los mecanismos de absorción de los principales macro y micronutrientes pero existe una gran brecha en la Investigación en relación con biomarcadores de permeabilidad gastrointestinal, de función de barrera gastrointestinal, de biomarcadores para el sistema endocrino intestinal o biomarcadores que sean indicativos de la presencia funcional de microbiota beneficiosa o sus metabolitos.
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