Las condiciones en las que se mantienen a los cerdos influyen en su salud intestinal, lo que tiene consecuencias sobre productividad.
Se ha demostrado que, mediante la modificación de los niveles de fibra dietética, es posible alterar la microbiota intestinal, observándose diferencias entre animales alojados en ambientes contaminados o no contaminados.
Montagne L. et al. (2010) estudiaron cómo la variación del nivel de fibra dietética (procedente de pulpa de remolacha y de cascarilla de soja) influye en el rendimiento productivo de lechones sometidos a condiciones sanitarias buenas o deficientes:
Dieta alta en fibra: 16,9% y 21,7% de fibra dietética total (FDT) durante los intervalos de 0-14 días postdestete y 15-34 días postdestete, respectivamente.
Dieta baja en fibra: 12,1% y 14,6% de FDT para los mismos periodos de tiempo.
Los lechones alimentados con las dietas con altos niveles de fibra tendieron a crecer y comer menos (p = 0,06 y p = 0,10, respectivamente) en la etapa de 0 a 14 días postdestete, especialmente los mantenidos en condiciones ambientales deficientes. Además, estos últimos tuvieron heces más líquidas durante la primera semana postdestete.
Sin embargo, no se registraron diferencias significativas en los parámetros productivos durante la segunda semana del primer periodo experimental (7-14 días postdestete) ni durante el segundo periodo (15-34 días postdestete).
Cabe resaltar que los lechones alojados en condiciones deficientes contenían mayores cantidades (estadísticamente significativas) de Lactobacillus y Enterobacteriaceas y menos bacterias anaerobias sulfito reductoras (+0,9, +1,1 y -2,11 Log10 CFU/g de heces) 3 , no observándose diferencias en los niveles de Streptococcus y bacterias totales. |
Los lechones alojados en condiciones ambientales deficientes tuvieron, proporcionalmente, menos acetato y más butirato en las heces, efecto que pudo estar relacionado con la presencia de más Lactobacillus.
Los Lactobacillus producen lactato que puede ser usado por otras bacterias para producir butirato por lo que, a pesar de los efectos positivos del butirato para el equilibrio intestinal, el balance final fue que los resultados productivos se reducen cuando alojamos lechones en condiciones deficientes. |
Tabla 1. Concentración de ácidos grasos volátiles (acetato y butirato) y parámetros productivos de dos grupos de lechones alimentados con dietas con niveles altos o normales de fibra dietética total y con condiciones ambientales deficientes o normales (Modificado de Montagne et al., 2010).
Pastorelli et al., (2012) realizaron un estudio similar en el que alojaron dos grupos de lechones en salas con o sin limpieza y desinfección previa. En este caso, comprobaron también cómo los cambios de dieta y las vacunaciones pueden afectar a la conducta animal, a sus resultados productivos y a su salud intestinal.
Las condiciones ambientales deficientes afectaron al crecimiento de los lechones, al consumo de pienso y al índice de transformación al final de los 42 días del estudio.
Además, los cerdos en condiciones deficientes tuvieron una mayor afectación sanitaria debido a la presentación de diarreas durante la última fase del estudio (43% del tiempo) en comparación con las dos primeras fases (<10%).
El número de días con heces blandas, sin llegar a ser diarreicas, fue mayor estadísticamente en los cerdos en condiciones deficientes (p = 0,01), observándose heces blandas durante el 30-40% del tiempo en las tres fases.
Los autores atribuyen este empeoramiento de los resultados productivos a un estado inflamatorio asociado a las deficientes condiciones de alojamiento y a un incremento en las necesidades nutricionales debido a un mayor gasto en el mantenimiento por la respuesta inmunitaria. |
Concretamente, la disminución en la GMD en los cerdos alojados en condiciones deficientes es atribuida a un estancamiento en el CMD.
Hay que añadir que estos cerdos pueden tener un incremento en las necesidades de nutrientes como consecuencia de la inflamación y la activación del sistema inmunitario. No obstante, en este estudio el nivel de haptoglobina en el plasma se afectó ligeramente por la condición sanitaria (Tabla 2).
Tabla 2. Resultados productivos y niveles de haptoglobina en cerdos mantenidos en diferentes condiciones ambientales (Modificado de Pastorelli et al., 2012).
La interacción entre haptoglobina y condiciones sanitarias tendió a ser estadísticamente diferente (p = 0,10) en la totalidad del estudio.
En la segunda fase del estudio (12-32 días) la concentración de haptoglobina en los cerdos con condiciones deficientes (1,44 vs 0,86±0,22 g/L; p = 0,06) tendió estadísticamente a ser mayor.
Asimismo, los títulos de anticuerpos tras la vacunación frente a Influenza realizada a los 47 y 61 días postdestete tendieron a ser mayores en los cerdos alojados en condiciones deficientes (0,88 vs 1,11 ± 0,09; p = 0,11).
El deterioro de las condiciones sanitarias puede estimular la respuesta humoral específica de antígenos. De hecho, la hipergammaglobulinemia se asocia comúnmente con infección y se ha sugerido que las malas condiciones sanitarias podrían tener un efecto similar en la producción de inmunoglobulinas⁵. |
Kahindi et al. (2017) llegaron a la conclusión de que el deterioro de los resultados productivos en cerdos mantenidos en condiciones deficientes se debía a que la activación del sistema inmunitario modificaba la relación entre los aminoácidos azufrados y la lisina digestible, siendo inferior el consumo en cerdos en condiciones deficientes debido a una reducción del apetito y, por tanto, a un exceso de metionina.
Según los autores de este estudio, los aminoácidos azufrados (metionina y cistina, SAA) se utilizarían para la síntesis de proteínas de fase aguda en detrimento del crecimiento, tal y como indica el nivel de nitrógeno ureico en plasma (PUN) y la relación entre la altura de las vellosidades intestinales (VH) vs la profundidad de las criptas intestinales (CD) que mejora a medida que se aumenta la relación de los aminoácidos azufrados con respecto a la lisina.
La VH y la relación VH:CD aumentaron en un 22% desde el SAA:Lys más bajo al más alto (52 a 68%).
El intestino utiliza alrededor del 30% de la metionina dietética para la producción de energía, la síntesis de cisteína, la producción de antioxidantes y mucina, la proliferación de enterocitos y el mantenimiento del estado redox de los tejidos.
Sabemos que las condiciones en las que se mantienen a los cerdos influyen en su salud intestinal pero los mecanismos implicados no están completamente dilucidados. Una modificación de la microbiota debido a la contaminación bacteriana del entorno y la consecuente activación del sistema inmunitario pueden ser factores importantes que intervienen en el empeoramiento de la salud intestinal y de los parámetros productivos. |
1. Le Floc’h N. et al. (2009). The effect of sanitary status degradation and dietary tryptophan content on growth rate and tryptophan metabolism in weaning pigs. Journal of Animal Science 87, 1686–1694.
2. Le Floc’h N. et al. (2010). A moderate inflammation caused by the deterioration of housing conditions modifies Trp metabolism but not Trp requirement for growth of post-weaned piglets. Animal 4, 1891–1898
3. Pastorelli, H., N. Le Floc’h, E. Merlot, M. C. Meunier-Salaün, J. van Milgen, y L. Montagne (2012). «Sanitary Housing Conditions Modify the Performance and Behavioural Response of Weaned Pigs to Feed- and Housing-Related Stressors». Animal 6 (11): 1811-20. https://doi.org/10.1017/S1751731112001231.
4. Klasing KC and Johnstone BJ 1991. Monokines in growth and development. Poultry Science 70, 1781–1789
5. Mekhaiel, D. N. A., et al. 2011. «Do Regulatory Antibodies Offer an Alternative Mechanism to Explain the Hygiene Hypothesis?» Trends in Parasitology 27 (12): 523-29.
6. Kahindi, R. 2017. «Optimal Sulfur Amino Acid to Lysine Ratio for Post Weaning Piglets Reared under Clean or Unclean Sanitary Conditions». Animal Nutrition 3 (4): 380-85.