En ocasiones, metidos en la rutina del trabajo de la granja, cuando nos encontramos con un problema que no es habitual en nuestro manejo tendemos a pensar en causas nuevas y a veces algo complicadas, pero seguro que posibles si consultamos algún manual, algún conocido o la enciclopedia de este siglo: la Wikipedia.
La experiencia dice que antes de buscar motivos poco habituales, sería recomendable repasar lo más básico y asegurarnos de que esas rutinas que damos por hecho que funcionan “como siempre” no han variado causándonos algún problema.
Debemos partir de la base de que se utiliza una gran cantidad de agua en nuestras granjas, por lo que su influencia es enorme.
No debemos olvidar que su composición varía prácticamente cada día, dependiendo de múltiples factores, siendo decisivos dos aspectos fundamentales:
CANTIDAD DE AGUA
Cuando hablamos de la cantidad, tenemos que controlar dos puntos:
Suministro
El suministro es un factor decisivo desde que comenzamos con el proyecto de nuestra granja, pues debemos contar con una fuente que nos garantice el aporte para nuestro trabajo diario y las normativas nos piden que tengamos unas reservas por si hay cortes en el suministro o si se estropea nuestra instalación.
Hemos de ser cautos y supervisar cuáles son nuestras reservas porque en nuestro país se pasan periodos de sequía que pueden desorganizarnos nuestros planes hídricos y es posible que tengamos que racionar el aporte en ciertas partes de nuestra granja.
Mantente al día con nuestros boletines
Reciba gratuitamente la revista en versión digital REGISTRO ACCEDA A
SU CUENTA ACCEDER ¿Ha perdido la contraseña?