El bienestar de los cerdos durante el transporte depende de muchos factores que interactúan, como: la condición del animal en el momento de la carga, la temperatura ambiente, la densidad de la carga, el tiempo de tránsito, el estrés social (p. ej., mezclarse con cerdos desconocidos), el manejo, los ruidos desconocidos y olores, vibraciones y […]
El bienestar de los cerdos durante el transporte depende de muchos factores que interactúan, como:
Estos factores son potencialmente estresantes y, en combinación, también pueden tener un impacto significativo en la fisiología de los cerdos, dando como resultado defectos en la calidad de la carne en el momento del sacrificio.
El término estrés se usa con frecuencia a lo largo de esta revisión como una forma de sugerir implicaciones negativas (definidas como estrés agudo o crónico) en el bienestar de los cerdos durante el transporte.
La carga generalmente se considera la etapa más crítica del período de transporte, principalmente en términos de desafío físico y psicológico, como lo demuestran los aumentos en la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y los valores de cortisol y lactato en sangre. [registrados]
Estas respuestas al estrés del transporte no son solo indicadores de bienestar reducido, sino que también pueden tener un efecto en el metabolismo muscular y, por tanto, en la calidad de la carne.
El estrés durante la carga puede deberse a factores como:
Las características del diseño del vehículo, como el sistema de carga (rampas o plataforma hidráulica), el control del microclima y el tipo de piso también pueden afectar el bienestar de los cerdos durante el transporte.
Se han informado indicadores de bienestar deficiente en cerdos destinados al sacrificio, tanto para viajes largos como cortos. Citando a Warriss “Un viaje corto en malas condiciones puede comprometer el bienestar tanto o más que un viaje largo en buenas condiciones”.
Algunos estudios presentan evidencia de que las distancias de transporte más cortas (<100 km) pueden ser más perjudiciales, lo que resulta en un mayor número de muertes al llegar que las más largas, ya que se agrava el estrés de la carga y descarga en un período corto de tiempo.
Por el contrario, en viajes largos en condiciones adecuadas, los cerdos pueden recuperarse del estrés de la carga y tienen tiempo para aclimatarse al transporte antes de la descarga. Se ha observado que los cerdos comenzaron a sentarse y acostarse cada vez más después de 20 a 30 minutos de transporte, lo que indica que los cerdos son más vulnerables a caerse o ser arrojados debido a los movimientos del vehículo durante el período inicial de transporte, cuando es más probable que se caigan ponerse de pie.
Haley et al. encontraron que por cada 50 km de aumento en la distancia, la mortalidad por transporte disminuye en un 0,03%, y las pérdidas por muerte en tránsito fueron menores para distancias de transporte >135 km.
Sin embargo, en este estudio hubo grandes diferencias en el riesgo de mortalidad entre productores (94% de los productores no tuvieron muertes). Es posible que haya factores de confusión entre los productores y la distancia a las plantas de faena (es decir, algunos de los productores con alta mortalidad pueden haber estado ubicados más cerca de las plantas de faena que aquellos con una mortalidad más baja).
Por lo tanto, para confirmar estos resultados, se necesitan estudios controlados, donde se bloqueen los factores de la granja (o hato) y la distancia de viaje.
Averós et al. utilizó análisis multivariable para identificar los factores de riesgo de mortalidad de los cerdos transportados al matadero en la UE. Hubo una interacción entre la duración del ayuno previo al transporte y la duración del viaje.
Para viajes de hasta 8 h en cerdos que no habían estado en ayunas, el riesgo de mortalidad aumentó con la duración del viaje, pero en aquellos que habían estado en ayunas, no hubo efecto de la duración del viaje (de hasta 24 h) sobre el riesgo de mortalidad.
Los viajes cortos (2 h y menos) dan como resultado un aumento de las concentraciones de cortisol y lactato en la sangre, lo que resulta en un mayor riesgo de carne de cerdo pálida, blanda y exudativa (PSE). Los autores concluyeron que los cerdos transportados durante tan poco tiempo no tuvieron tiempo suficiente para recuperarse del estrés de cargar en el remolque debido a las rampas y giros internos.
Sin embargo, también hay evidencia de que los cerdos transportados durante períodos prolongados (>16 h) pueden estar más expuestos a la fatiga y la deshidratación, como lo demuestran los niveles más altos de glucosa en sangre, lactato y hematocrito en el momento del sacrificio.
Cuando se compara con 6 y 12 h de transporte en invierno, Goumon et al. y Sommavilla et al. informaron que los cerdos, que fueron transportados durante 18 h, tenían mayores temperaturas del tracto gastrointestinal, mayores niveles de exanguinación de CK en sangre, bebían más agua y tardaban más en descansar en el corral de espera.
En un estudio que investiga el transporte de cerdos de engorde en México, Mota-Rojas et al. transportaron cerdos de engorde durante 8, 16 y 24 h sin acceso a alimento ni agua. Los autores informaron una mayor incidencia de hematomas, enrojecimiento de la piel, temblores musculares y número de cerdos acostados al llegar a la planta de sacrificio en los cerdos transportados durante más tiempo (24 h).
Sin embargo, es probable que los efectos aditivos del diseño del vehículo, la duración del ayuno, la mezcla, las condiciones ambientales y de transporte, y la genética de los cerdos contribuyan significativamente a las relaciones entre la duración del viaje y el riesgo de fatiga y agotamiento de las reservas de glucógeno muscular.
Referencias
Rioja-Lang, FC, Brown, JA, Brockhoff, EJ y Faucitano, L. (2019). Una revisión de la investigación del transporte porcino sobre cuestiones prioritarias de bienestar: una perspectiva canadiense. Fronteras en la ciencia veterinaria , 6 , 36. https://doi.org/10.3389/fvets.2019.00036.
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