Desde principios de la década de 1990, el óxido de zinc (ZnO) se ha utilizado para controlar la diarrea postdestete (DPD) y promover el crecimiento en lechones.
A día de hoy su mecanismo de acción aún no se comprende del todo, siendo probable que influya en procesos inmunitarios o metabólicos, altere la microbiota del lechón y afecte directamente a la absorción de nutrientes.
Lo que está claro es que el uso de ZnO en la producción porcina europea ha aumentado considerablemente desde que la UE prohibió el uso de antibióticos promotores del crecimiento, como la colistina, para frenar el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.
La importancia del zinc
Los cerdos tienen una marcada necesidad fisiológica de zinc y las dietas modernas incluyen suplementos de zinc para satisfacer estas necesidades.
El zinc es un oligoelemento esencial que forma parte de varias enzimas y está involucrado en muchos procesos metabólicos.
Participa en la síntesis de proteínas y en el metabolismo de los carbohidratos.
Es importante para la cicatrización de la piel y las heridas.
Tiene muchas interacciones biológicas con hormonas, como la insulina y los corticosteroides.
Desempeña un papel importante en el equilibrio de agua y cationes.