Los agentes patógenos pueden propagarse de animal a animal, de animal a humano o de humano a animal a través de una gran variedad de rutas de transmisión.
Los animales o los humanos pueden adquirir agentes causantes de enfermedades a través de aerosol, oral, contacto directo, fómites o vectores. La exposición de los patógenos a los cerdos puede ocurrir en cualquiera de los métodos mencionados, y muchas veces ocurre de más de una manera.
Los agentes patógenos causales de muchas enfermedades pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo en el polvo o la materia orgánica. Este tiempo de supervivencia es específico para cada patógeno y dependiente de muchos factores como la temperatura, la exposición a la luz, la humedad, y el pH ambiental.
Mientras que la contaminación ambiental no es una vía de transmisión en sí misma, siempre debe ser considerado cuando se desarrolla un plan BRM. Cada ruta de transmisión se examinará por separado y se incluirán algunas estrategias generales de gestión/control.
La capacitación y la visión son aspectos del BRM, tan importantes como la infraestructura y el diseño de las instalaciones.
Transmisión por aerosol
La supervivencia de los agentes patógenos de los cerdos en el aire depende de la carga de patógenos, la temperatura y la humedad.
La mayoría de los patógenos de los cerdos sobrevivirán al menos unos minutos después de una exposición puntual al aire.
La distancia a la que los patógenos pueden ser transmitidos por el aerosol es ampliamente basado en pruebas anecdóticas y en modelos informáticos. La transmisión aérea de patógenos se ve facilitada por la velocidad y dirección del viento predominante, la presencia de nubes y la humedad.
El aumento de la distancia entre los animales infectados y los susceptibles disminuirá las posibilidades de que la transmisión ocurra porque la concentración de patógenos en el aire disminuye exponencialmente con el aumento de la distancia.
Aumentando la distancia entre los cerdos dentro de una granja, entre otras granjas, animales salvajes y animales recién introducidos, ayudarán a minimizar la exposición de la vía de transmisión del aerosol.
La distancia que los patógenos pueden viajar y ser transmitidos por el aerosol no está completamente comprobada pero raramente viajan más de 3 kilómetros en el aire.
Las prácticas de gestión ambiental son el medio más consistente de control contra las enfermedades respiratorias, el principal tipo de enfermedad transmitida por aerosol.
La calidad del aire dentro de las instalaciones y la ventilación adecuada, diluye y elimina los contaminantes nocivos de los galpones. Una ventilación adecuada reduce el polvo y las partículas de alimento del aire. Estas partículas pueden transportar bacterias y virus y pueden aumentar la transmisión de enfermedades.
Se pueden implementar protocolos de reducción de polvo, como añadir un 1% de grasa al alimento o rociar con aceite las superficies de los edificios, para disminuir los niveles de bacterias.
Es importante asegurar un flujo de aire adecuado desde una fuente fresca, desplazando así el aire que tiene altas concentraciones de organismos.
Utilizar una ventilación adecuada para mantener la humedad baja (40-70%) puede reducir las gotitas de agua disponibles para que los patógenos viajen.
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