El manejo y gestión del purín en las explotaciones ganaderas es un factor que debería ser atendido con mayor interés del que recibe. El manejo en la propia granja y la gestión posterior que se hace para su aplicación al campo, inciden en la bioseguridad de nuestras explotaciones.
Por eso deberíamos hacer un repaso y tener en cuenta:
- La propia instalación
- Sistema de gestión y equipos de aplicación
- Aplicación en el campo
LA INSTALACIÓN
En primer lugar hay que tener las balsas bien dimensionadas para[registrados] poder almacenar el purín de al menos 4 meses, esto nos permitirá tener flexibilidad a la hora de vaciar las fosas interiores de las naves. Si no tenemos bien dimensionadas las balsas receptoras, estaremos limitados en almacenamiento y llegaremos a tener problemas de desbordamiento.
Hay que tener claro que no se puede sacar purín al campo cuando uno quiere, sino cuando el cultivo y las condiciones climatológicas lo permiten por lo que habrá momentos en los que no se pueda aplicar y tendremos que almacenarlo durante más tiempo. Además la retención de purines es un riesgo de infección por los gérmenes (sobre todo los que acusan problemas digestivos) que allí resisten más tiempo.
La ubicación de la balsa también es importante. Siempre que se pueda se debe realizar la carga desde el exterior del recinto de la explotación, evitando tener que entrar y salir repetidas veces por la puerta de entrada con el consiguiente riesgo.
Si no fuese posible cargar desde el exterior, se debe tener el vado sanitario en perfecto estado de uso para que las ruedas del tractor y de la cuba se laven y desinfecten cada vez que entran y salen.
En cualquiera de los tres casos anteriores es imprescindible que los equipos estén en perfecto estado de uso, llevando al día el mantenimiento de la maquinaria para evitar que, dura...