Principales causas de mortalidad
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La mortalidad de las cerdas en las granjas porcinas ha aumentado significativamente a lo largo de los años, lo que ha causado una gran preocupación. Varios estudios muestran una tasa de mortalidad anual de hasta el 15% en algunas regiones, una cifra considerablemente superior al 7% deseable en años anteriores (Kongsted et al., 2021).
Este aumento es aún más alarmante si se tiene en cuenta la elevada tasa de reposición de hembras en muchas granjas comerciales, que puede alcanzar el 50% o más, dependiendo del sistema de cría (Engblom et al., 2007).
Además del impacto económico directo, el aumento de la mortalidad también afecta a la moral de los trabajadores y plantea problemas éticos relacionados con el bienestar animal y la sostenibilidad del sistema de producción (Paiva et al., 2023).
Aunque cada vez se habla más de la mortalidad de las cerdas, faltan datos sobre las causas exactas de estas muertes. Muchos animales no se someten a una necropsia detallada y, por lo tanto, acaban siendo registrados en los sistemas de gestión con diagnósticos vagos, como «muerte súbita» o «infarto».
El objetivo de este texto es discutir las principales causas de mortalidad en cerdas porcinas, proporcionando información que pueda ayudar a identificar estas causas y, en consecuencia, adoptar las medidas preventivas adecuadas.
Principales causas de mortalidad
El prolapso de órganos pélvicos, incluyendo el útero (Figura 2), la vagina y el recto, es una condición multifactorial que a menudo se asocia con las principales causas de muerte en cerdas (Schwertz et al., 2021). Aunque todavía no se conocen bien las causas exactas del prolapso, hay indicios de que factores anatómicos como una menor deposición de colágeno y una menor musculatura pélvica pueden estar asociados, así como factores genéticos.
La incidencia del prolapso ha aumentado significativamente desde 2008, y en algunas granjas supera el 10% anual. Entre los factores de riesgo identificados se encuentra la condición corporal de los animales: las hembras con baja condición corporal son más propensas a desarrollar prolapso en comparación con las que tienen mejor condición corporal (Ross, 2019). Además, las cerdas de mayor edad y la alimentación excesiva antes del parto también se han asociado a una mayor incidencia de prolapso uterino (Schwertz et al., 2021).
Figura 2: Prolapso uterino – Útero evaginado y prolapsado a través del canal vaginal, marcadamente congestionado y edematoso.
Las torsiones de órganos abdominales, incluidos el bazo (Figura 3 A y B), el estómago, el lóbulo hepático izquierdo (Figura 3C) y los intestinos (Figura 3D), son causas frecuentes de muerte en cerdos adultos. Todas estas condiciones patológicas son agudas y la muerte suele ser súbita.
La torsión gástrica puede estar asociada a la alimentación una vez al día, ya que el ayuno seguido de una ingesta rápida y voraz de alimentos puede causar una mayor fermentación de los alimentos, produciendo consecuentemente una mayor cantidad de gas, lo que lleva a la dilatación (Guedes & Barcellos, 2022).
En los casos de torsión gástrica y gastroesplénica, el estómago dilatado está enrojecido y distendido, mientras que el bazo, si está afectado, está agrandado y desplazado caudalmente. Las torsiones agudas del bazo se producen a nivel del ligamento gastroesplénico y no tienen una patogenia clara. El ligamento gastroesplénico largo también se ha relacionado con la incidencia de la torsión en cerdos.
Ajustar los volúmenes de la dieta y aumentar la ingesta de pienso de una vez al día a dos veces al día en cerdas gestantes puede ayudar a reducir el número de casos.
Las torsiones del lóbulo hepático izquierdo se asocian a una mayor movilidad del lóbulo en la cavidad, debido a su menor conexión con los lóbulos laterales (Kongsted et al., 2021).
El cuadro patológico es típico, con torsión evidente del lóbulo hepático izquierdo, y se asocia a menudo con hemoperitoneo, debido a la rotura del lóbulo torcido. La torsión conduce a la formación de un ambiente anaeróbico, que favorece el crecimiento de bacterias del género Clostridium, lo que puede dar lugar a un cuadro patológico similar al causado por Clostridium novyi tipo B (Friendship & Bilkei, 2006), pero sin que el agente esté realmente implicado en la patogénesis. Las infecciones por C. novyi son raras y deben evaluarse con precaución y criterios diagnósticos y no confundirse con la torsión hepática.
La torsión intestinal es multifactorial, y factores como un gran volumen de alimento fácilmente fermentable y una alta densidad de animales por corral contribuyen al problema (Guedes & Barcellos, 2022). La mortalidad ocurre debido al shock circulatorio, causado por el estancamiento de la sangre en los órganos afectados.
Figura 3: Torsión de órganos en la cavidad abdominal – A: Gran cantidad de contenido sanguinolento en la cavidad abdominal (hemoperitoneo) debido a torsión y rotura esplénica. B: Agrandamiento acentuado del bazo en caso de torsión esplénica aguda. C: Lóbulo hepático izquierdo agrandado y congestionado debido a una torsión. D: Desprendimiento caudal del colon espiral asociado a una marcada congestión de las asas intestinales por torsión de la raíz del mesenterio.
Los problemas del aparato locomotor son comunes en los cerdos, especialmente en las cerdas más viejas y pesadas (Engblom et al., 2007; Kikuti et al., 2023). Los animales que tienen dificultades para levantarse o caminar, o que están persistentemente reclinados, suelen tener un pronóstico desfavorable y requieren la eutanasia (Engblom et al., 2008). Entre las afecciones locomotoras más comunes se encuentran la artritis (Figura 4A), la pododermatitis, los abscesos medulares, las luxaciones (Figura 4B) y las fracturas (Figura 4C y D).
Cabe señalar que, independientemente de la condición patológica, las cerdas en decúbito durante unos siete días tienen pocas posibilidades de recuperación debido a la necrosis muscular y otras lesiones secundarias del decúbito. Por lo tanto, se recomienda la eutanasia debido al pronóstico desfavorable en estos casos, incluso cuando se desconoce la causa subyacente.
Figura 4: Trastornos musculoesqueléticos y/o motivos de decúbito – A: Artritis purulenta séptica grave en la articulación de la cadera. B: Luxación completa de cadera con rotura del ligamento de la cabeza femoral. C: Fractura completa, oblicua y cerrada de la cabeza femoral (epifisiolisis). D: Fractura de la tuberosidad isquiática (apofisiolisis).
La endometritis es la inflamación del endometrio uterino y es frecuente tras el parto debido a traumatismos y contaminación bacteriana, especialmente en los casos en los que se ha producido asistencia al parto (tactos) (Kongsted et al., 2021).
La presencia de fetos retenidos (Figura 5), común en casos de distocia, favorece las infecciones uterinas y puede conducir a sepsis y/o rotura uterina. Un correcto manejo del parto y el cuidado de la expulsión completa de los lechones y la placenta son fundamentales para reducir la incidencia de endometritis.
Figura 5: Endometritis por retención fetal. Dos fetos en marcado grado de putrefacción en el interior del útero asociado a deposición de fibrina y necrosis de la mucosa uterina.
Las enfermedades respiratorias en general no se encuentran entre las principales causas de muerte en animales adultos, pero pueden ser importantes en determinadas situaciones. Los principales agentes primarios son Mycoplasma hyopneumoniae y la gripe porcina. La introducción de estos agentes en piaras susceptibles es un factor de riesgo importante (Sonalio et al., 2022), que a menudo causa mortalidad, especialmente cuando se asocia a otros patógenos respiratorios como Actinobacillus spp. y Pasteurella multocida (Figura 6).
El uso de vacunas es esencial para controlar los casos de M. hyopneumoniae (Mechler-Dreibi et al., 2021), mientras que la terapia con agua y antibióticos inyectables son estrategias para controlar los brotes o los casos aislados, teniendo en cuenta los agentes bacterianos secundarios.
Figura 6: Pleuroneumonía bacteriana. Deposición acentuada de fibrina en la cavidad torácica, el pericardio y la pleura. Obsérvese que el pulmón muestra una zona de consolidación cráneo-ventral focalmente extensa.
La insuficiencia cardiorrespiratoria puede ser una causa importante de mortalidad en algunos sistemas, a menudo denominada «infarto» por el personal de la granja. Puede ser un diagnóstico difícil, sobre todo en los casos agudos, como se observa con frecuencia. Por lo general, la cerda muere repentinamente, sin signos previos, y comúnmente después de peleas u otros factores estresantes, como el parto.
Los hallazgos comunes incluyen cianosis de las mucosas, hidrotórax leve, hidropericardio y/o ascitis, dilatación de las cavidades cardiacas, edema pulmonar, congestión pasiva en pulmones e hígado y edema de la pared de la vesícula biliar. El diagnóstico debe establecerse a través de estas alteraciones junto con la ausencia de hallazgos patológicos sugestivos de otras enfermedades.
Las causas de mortalidad en cerdas porcinas son multifactoriales y requieren un enfoque global para identificar los factores predisponentes y desencadenantes. El examen necrópsico es una herramienta indispensable para identificar correctamente las verdaderas causas de muerte y posteriormente implementar medidas de control prácticas y efectivas.
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