Patología & Diagnóstico
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El virus de la gripe tipo A o swine influenza A virus (swIAV) es un patógeno de distribución mundial, considerado un agente primario del complejo respiratorio porcino (CRP).
Puede originar un cuadro clínico con:
El swIAV junto a otros patógenos primarios, como Mycoplasma hyopneumoniae y/o PRRSV, originan un cuadro clínico de mayor gravedad, favoreciendo las coinfecciones con otros agentes bacterianos secundarios (Agerlin et. at, 2024).
Este virus tiene un impacto económico variable asociado a la disminución en la eficiencia del crecimiento, aumento de la mortalidad, incremento del gasto en antimicrobianos y a los problemas reproductivos.
Además, se pueden producir reordenaciones con las distintas combinaciones de HA y NA a partir de los subtipos clásicos (H1avN1, H1huN2 y H3N2) y del linaje pandémico (H1pdmN1).
En España, datos de detección del virus, en casos clínicos asociados a swIAV entre los años 2018 y 2023, indican que la prevalencia de los distintos subtipos (Casanovas et al., 2024) muestra divergencias importantes a lo largo del tiempo y entre las diferentes zonas del país (Gráfica 2 y Tabla 1), observándose un incremento de H1pdm y H3, y evidenciando que en 2023 todas las HA presentan una prevalencia similar.
Para el diseño de los programas de control de la enfermedad hay que tener en cuenta que no existe protección cruzada entre los distintos subtipos, siendo importante elegir la vacuna/s que sea capaz de proteger frente al subtipo/s presente en la granja.
En este artículo se presentan las claves de un correcto diagnóstico de la gripe en los cerdos que, junto al conocimiento de la HA y la NA del virus, permitirá elegir de forma adecuada la vacuna y el protocolo vacunal más eficaz en cada granja.
DOS CRITERIOS CLAVE: DIAGNÓSTICO ASOCIADO A LA CLÍNICA Y DETERMINACIÓN DEL SUBTIPO DEL VIRUS
Para realizar un adecuado diagnóstico del swIAV se debe cumplir la premisa de detectar el virus mediante RT-PCR en animales que presenten clínica y/o lesiones pulmonares compatibles.
Animales vivos
En animales vivos, se seleccionan aquellos que presenten abatimiento y fiebre (> 40 °C), tomándoles muestras mediante hisopado nasal individual, usando hisopos con medio de transporte específico para virus, dentro de los 3 primeros días desde el inicio de la clínica.
El raspado traqueobronquial o el lavado broncoalveolar también podrían ser muestras adecuadas para la detección del swIAV.
Animales muertos
En el caso de existir mortalidad, se puede detectar el virus mediante RT-PCR en vías respiratorias inferiores, tomando una muestra con hisopo a nivel de tráquea, bronquios o pulmón.
Monitorización del virus en la población
Con el objetivo de monitorizar el virus en una población, se suelen utilizar muestras de fluidos orales donde se detecta la presencia del virus mediante la técnica RT-PCR, incluso en situaciones de baja prevalencia (Romagosa et al., 2011).
Esta monitorización del virus aporta información acerca de la dinámica de infección y de los subtipos que están circulando en la granja (Spackman et al., 2002).
Es importante recordar que el swIAV no produce viremia, por lo que las muestras de suero solo son de utilidad para la detección de anticuerpos frente al virus, permitiendo realizar un estudio de la seroconversión mediante la toma de muestras pareadas de sangre de los mismos animales al inicio de la clínica y 3-4 semanas después.
Las técnicas más utilizadas son:
La IHA y SN detectan la presencia de anticuerpos neutralizantes específicos frente al swIAV y/o a un subtipo concreto (Van Reeth et al., 2006).
No obstante, la interpretación de los resultados obtenidos mediante estas técnicas es compleja debido a la elevada seroprevalencia de swIAV en las granjas (Fraile et al., 2010), la circulación de varios subtipos y linajes en una misma granja y las reacciones serológicas cruzadas entre ellos (Van Reeth and Vicent, 2019).
Las técnicas serológicas se suelen utilizar en reproductoras con clínica reproductiva compatible.
ÚLTIMOS ESTUDIOS DE CAMPO PARA EL CONTROL DE LA GRIPE EN GRANJAS PORCINAS
A continuación, se exponen los resultados de varios estudios de campo realizados en España y publicados recientemente.
Inicialmente, todas las reproductoras fueron vacunadas y revacunadas en sábana, con una separación entre ambas dosis de tres semanas, a la vez que las cerdas de reposición fueron vacunadas y revacunadas durante la fase de adaptación.
Los resultados tras la vacunación mostraron mejoras significativas o numéricas en los parámetros productivos durante las etapas de lactación (Tabla 2) y transición (Gráfica 3).
Ramis et al. (2024) realizaron dos estudios en una granja de ciclo cerrado, en la que los animales de cebo presentaban una infección por la cepa H1pdmN2 de swIAV.
Se seleccionaron cuatro lotes de animales, estableciéndose:
Dos lotes vacunados (vac1 y vac2), a los que se les administró simultáneamente dos vacunas: Respiporc FLUpan® H1N1 y Respiporc FLU3® (Ceva Salud Animal).
Se observaron los signos clínicos en la granja y las lesiones pulmonares en matadero y se analizaron los parámetros productivos, así como su correlación con la cuantificación de patógenos, mediante RT-PCR en fluidos orales.
En tres de los lotes (con2, vac1 y vac2) se evaluó el índice de tos, el índice de estornudos en cebo y las lesiones pulmonares mediante el sistema CLP (Ceva Lung Program, Ceva).
El índice de tos y de estornudos, así como las lesiones pulmonares compatibles con Mycoplasma hyopneumoniae y la pleuritis dorsocaudal asociada a Actinobacillus pleuropneumoniae se redujeron significativamente en los lotes vacunados.
El lote vac2 mostró diferencias significativas en los pesos y en la ganancia media diaria respecto al grupo con1 (Gráfica 4).
Además, se concluyó que las correlaciones de la carga viral de swIAV y virus PRRS detectadas influye significativamente en los parámetros de crecimiento, cuanto menor es la carga viral mayor es el peso y la ganancia media diaria.
CONCLUSIONES
En España, en los últimos años, se ha observado una evolución de la prevalencia de los tres subtipos mayoritarios de swIAV (H1avN1, H1huN2, H3N2), así como de las reordenaciones entre ellos, y un aumento de la circulación de cepas pandémicas.
La adecuada elección de la/s vacuna/s frente a swIAV y un óptimo protocolo vacunal, en función de la etapa productiva en la que circule el virus, son parte del éxito del control de la enfermedad y, por lo tanto, pueden disminuir la clínica y mejorar los resultados reproductivos y productivos en transición y cebo, así como reducir las lesiones pulmonares.
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