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Control de la patología digestiva porcina para la optimización de la fase de crecimiento

Escrito por: Marcial Marcos - Servicio Técnico MSD Animal Health , Marta Jiménez - Servicio Técnico MSD Animal Health , Rut Menjón -

Servicio Técnico MSD Animal Health

Vamos a comenzar este artículo dando respuesta a un par de preguntas:

¿Qué consideramos fase de crecimiento?

Dentro de la producción porcina, consideramos fase de crecimiento a aquella que comprende el periodo que se inicia con el destete de los lechones y finaliza al alcanzar los cerdos el peso de sacrificio.

¿Qué factores no infecciosos son importantes en este periodo?

El destete de los lechones es un evento que supone un gran estrés para los animales, y sabemos que todos aquellos factores que vayan en detrimento de su bienestar van a ser clave a la hora de determinar su tasa de crecimiento. Además, una vez superada la fase inmediata tras el destete, no podemos olvidar que los animales están sometidos a las condiciones de cría a diario, dentro de las cuales los principales factores de riesgo son:

Manejo por parte de los operarios.

Cantidad y calidad del pienso, sobre todo postdestete, ya que el cambio de alimentación líquida a sólida y de los distintos tipos de pienso supone un gran desafío para la flora intestinal.

Cantidad y calidad del agua de bebida.

Condiciones de alojamiento; incluyendo en este apartado desde las condiciones ambientales (humedad, temperatura, etc.) hasta medidas higiénico sanitarias previas a la entrada de los animales en una instalación.

Ahora daremos algunas ideas para controlar algunos de los procesos infecciosos con gran relevancia y repercusión en esta fase de crecimiento.

 

Control de los procesos clínicos

Muchos son los agentes infecciosos que pueden afectar a los cerdos durante la fase de crecimiento. Uno de los más importantes, por su problemática asociada, así como por su alta prevalencia, puesta de manifiesto en varios estudios publicados recientemente, es la ileítis porcina causada por Lawsonia intracellularis.

Debido a sus cuatro formas de presentación clínica (adenomatosis intestinal, ileítis regional, enteritis necrótica y enteropatía proliferativa hemorrágica), así como a su forma subclínica, supone una importante causa de merma para el crecimiento.

El primer paso debería ser el control de las formas clínicas de la  ileítis, y para ello contamos con tres estrategias fundamentales:

Extremar medidas de bioseguridad interna, entre las que se incluyen el manejo estricto en lotes, sin contacto entre animales de distintas edades, control de roedores, mejora de las medidas de higiene, desinfección y vacío sanitario.

Tratamiento mediante el uso de distintos tipos de antimicrobianos o aditivos, en claro retroceso por la política europea de reducción de uso de antibióticos.

Prevención mediante vacunación, que recientemente ha sufrido un espaldarazo al registrarse una nueva vacuna monodosis de uso intramuscular para el control de la enfermedad, Porcilis® Lawsonia.

Varias son las experiencias en el control de la forma clínica de la ileítis, entre las que queremos destacar la siguiente:

Granja de producción de cerdos ibéricos con problemas de ileítis en la fase de cebo, asociados a disentería porcina en una de las líneas de engorde.

Clínicamente, el problema en granja se identificaba con la aparición de diarreas de distinta consistencia, así como bajas de cerdos con diarrea sanguinolenta si no se realizaba un tratamiento a tiempo.

Los resultados de la implantación de un programa vacunal con Porcilis® Lawsonia se muestran en la siguiente tabla (Tabla 1), en comparación con el histórico de la granja:

 

Control de los procesos subclínicos

Una vez controlada la fase clínica grave debida a Lawsonia intracellularis, es importante también tener consciencia de la importancia de la forma subclínica.

En un estudio recientemente publicado en el que se analizaron 133 muestras de heces/tejido intestinal por medio de PCR para el diagnóstico de Lawsonia intracellularis en granjas en fase de crecimiento con patología entérica asociada, tan solo un 32% de las muestras fueron positivas.

Sin embargo, cuando el análisis se realizó mediante seroperfiles usando un kit ELISA comercial para ileítis, el 100% de las granjas con problemas entéricos en fase de crecimiento mostraron seroconversión.

De este hecho se puede concluir que la forma subclínica está muy presente en el campo.

Como ejemplo de control en un proceso subclínico podemos compartir la siguiente experiencia de campo (Tabla 2, datos internos aún no publicados), en la que un mismo origen de lechones en el que se sospechaba la presencia de forma subclínica de la enfermedad, fueron alojados en dos naves wean to finish distintas. En una de las naves todos los lechones fueron vacunados con Porcilis® Lawsonia aproximadamente a los 55 días de vida, mientras que los lechones de la otra nave se dejaron como grupo control no vacunado.

Se puede ver que, aunque no había conciencia de un grave problema en la granja, la diferencia en el índice de conversión ajustado llega a los 80 gramos de pienso por kilo de carne producido.

 

Optimización del uso de antimicrobianos

La estrategia europea para la reducción del uso de antimicrobianos, que en España se conoce como PRAN (Plan Nacional frente a las resistencias a antibióticos), parece estar dando sus frutos.

En la última reunión de presentación del informe anual del plan (Gráfica 1), se comunicó una reducción en el uso de antimicrobianos desde el año 2014 hasta el año pasado de un 58,8%, siendo además muy destacables los descensos de Colistina (97,2%), Neomicina (55,6%) y Apramicina (75%), gracias al “Programa Reduce”.

En línea con esta idea, la instauración de la vacunación frente a Lawsonia intracellularis en el programa sanitario de las granjas puede ayudar también a la reducción del uso de otras moléculas, fundamentalmente macrólidos.

Para ilustrar este hecho, podemos compartir dos experiencias de campo ya publicadas, en las que el uso de Porcilis® Lawsonia ha ayudado a reducir entre un 100% y un 68% el uso de antibióticos y/o aditivos para el control de la enfermedad en granjas donde la bacteria estaba causando problemas entéricos.

El primer caso (Tabla 3) se corresponde a la misma granja de producción de cerdos ibéricos que ya comentamos previamente en este artículo, donde además de un descenso en el porcentaje de bajas asociadas a la enfermedad, se puso de manifiesto una disminución en el uso de antibióticos.

En el segundo caso práctico nos enfrentamos a una granja de producción de cerdo castrado a 120 kg en la que era bien conocida la patología causada por Lawsonia intracellularis, por lo que sistemáticamente eran necesarios el uso de antimicrobianos y aditivos en el pienso para su control. La prueba se llevó a cabo en dos lotes de producción consecutivos:

Uno de los lotes fue vacunado antes de la entrada a cebo con la vacuna intramuscular para ileítis, de manera que durante toda la fase de crecimiento no recibió ningún tipo de tratamiento antimicrobiano ni aditivo en el pienso.

El otro lote recibió el protocolo normal de la granja para controlar la aparición de sintomatología clínica y pérdidas asociadas a ileítis.

Una vez finalizada la crianza de ambos lotes no se observaron diferencias en los parámetros productivos habituales, pero sí en los económicos, como se puede ver en la Tabla 4:

Alcance de la eficiencia energética

Recientemente hemos oído hablar del concepto de eficiencia energética (buen uso de los recursos disponibles) adaptado a la producción porcina. Ya no solo se trata de que las medidas que tomamos en el día a día sean eficaces, sino que deben ser eficientes, refiriéndonos con esa eficiencia a la transformación de materias primas brutas en cerdos sanos y carne de calidad para consumo.

Sin duda, debido a que su órgano diana es el intestino, que es donde esas materias primas del pienso han de transformarse para poder ser aprovechadas por el animal para crecer de forma eficiente, Lawsonia intracellularis es un importante agente que ataca esta eficiencia energética de manera notable.

El mercado de materias primas es un importante regulador de los costes de producción de la crianza animal, ya que en el caso del porcino pueden suponer hasta un 70% del coste final del cerdo.

Por ello, ante una situación como la actual en la que la cotización de las materias primas está subiendo, es muy importante ser lo más eficientes posible en la transformación.

Para valorar y medir esa eficiencia en la producción tenemos varios parámetros productivos susceptibles de ser comparables: índice de conversión alimenticia y homogeneidad del crecimiento, entre otros.

En las siguientes dos tablas (Tablas 5 y 6) podemos ver reflejada la mejora obtenida en estos dos parámetros, en dos granjas distintas que instauraron un programa de vacunación frente a ileítis porcina con la vacuna intramuscular monodosis actualmente disponible en el mercado.

 

Conclusión

El uso de Porcilis® Lawsonia para el control de las distintas formas clínicas y subclínicas de la ileítis porcina, ha demostrado ser una herramienta eficaz y eficiente para el control de la patología digestiva asociada en la fase de crecimiento.

Bibliografía en poder de los autores.

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