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La salida del invierno y entrada de temperaturas más cálidas nos recuerda que es útil hacer una revisión de como mitigar los efectos de las altas temperaturas en la producción de cerdos. estrés calórico
Los cerdos tienen una limitada habilidad para disipar el calor que es generado durante los procesos metabólicos. A consecuencia de esto, durante los días de verano, hay disminución de la ganancia de peso diaria, lo que significa pesos más livianos a la salida al mercado o una necesidad de alimentar a los cerdos por más días para compensar la
pérdida de peso.
Hay también la necesidad de entender el crecimiento de los cerdos en climas cálidos y húmedos porque la producción de cerdos crecerá en regiones tropicales –Nardone, Ronchi, Lacetera, Ranieri, & Bernabucci, 2010–.
Las altas temperaturas provocan que los productores sufran considerables pérdidas económicas –St-Pierre, Cobanov, & Schnitkey, 2003–. Incluso con el cambio climático, se pronostica que habrá más días de calor y más días de calor extremo, agravando este problema.
El crecimiento de los cerdos es un proceso biológico complejo que conlleva el consumo de alimento, la digestión y absorción de los nutrientes, los procesos metabólicos de conversión de nutrientes para el mantenimiento de tejidos y procesos corporales, y la deposición de nutrientes en varios tejidos –van Milgen et al., 2012–.
Las leyes de termodinámica sugieren que una proporción de la energía en las reacciones químicas se pierde en forma de incremento calórico –Holdsworth, 1971–.
Este incremento calórico debe ser disipado por el cerdo para prevenir la hipertermia –Kearney, Simpson, Raubenheimer, & Kooijman, 2013–