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Datos técnicos de la granja – Importancia práctica y niveles de intervención

Escrito por: Ángela Gallardo Marín - Licenciada en Veterinaria en 2016 por la Universidad de Murcia. Tras terminar la carrera, realizó los siguientes cursos, impartidos por el Grupo TRAZA Servicios Integrales S.L., en Puente Tocinos, Murcia (España):
  • Protocolos IFS y BRC en Seguridad Alimentaria (2017).
  • Responsable de APPCC (2017).
Seguidamente comenzó a trabajar en la Clínica Veterinaria Andrada, en Santo Ángel (Murcia) (2017-2018), como veterinaria de pequeños animales.
Tras finalizar en la clínica, trabajó en Agropecuaria Casas Nuevas, empresa de Fuente Álamo, como veterinaria de campo del sector porcino, ocupándome de las fases de transición y cebo.
En la actualidad es veterinaria de producción en Grupo Galindo
, Elena Goyena Salgado - Doctora en Medicina veterinaria por la Universidad de Murcia. Licenciada en Veterinaria por la Universidad de Murcia. Entre su larga carrera profesional destaca su trabajo de veterinaria en Sumgasur SL, veterinaria de producción en Piensos Cartagena SL. y veterinaria de producción de Agropecuaria Casas Nuevas. , Emilio José Ruiz Fernández - Nacido en Campo Cámara (Granada) en 1996, Graduado en Veterinaria en 2021 por la Universidad de Murcia. Tras terminar la carrera, decidió centrarse en el mundo de la producción porcina obteniendo un puesto en Agropecuaria Casas Nuevas, Grupo Francés (Fuente Álamo - Murcia) como veterinario de producción, experimentando en la actualidad, las dos fases de producción porcina (transición y cebo), además de ser el responsable de la nutrición. , Jesús Manuel Díez - Licenciado en Veterinaria en 1991 por La Facultad de Veterinaria de Murcia. Entre 1992 y 1997 fue Veterinario de producción en PIC (Pig Improvement Company) prestando servicio en Galicia. En 1998 ejerció de Veterinario en Clínica de Pequeños Animales en Murcia. Entre 1999 y 2000 fue Director Técnico en el C.I.A Alfonso Jiménez. En 2001 fue Responsable de la Granja Escuela de Facultad De veterinaria Murcia. Desde 2002 a 2004 ejerció de Veterinario Responsable de Producción en Agrourbana Carthago S.A ( Cartagena). Desde 2005 hasta la actualidad ejerce de Veterinario de Producción responsable de Madres y CIA Agropecuaria Casas Nuevas S.A ( Fuente Álamo, Murcia) , José Manuel Pinto Carrasco - Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Valladolid. Entre Julio de 2005 y octubre de 2018 trabajó en Juan Jiménez García SAU en distintas áreas, desde control de producción hasta en el diseño y ejecución de obras en explotaciones porcinas. Desde octubre de 2018 hasta abril de 2019, pasa a ser gestor de granjas en Manzana Piensos Compuestos SL. En la actualidad, trabaja en S.A.T. Hermanos Chico como Responsable de logística , Manuel Guerra Rico - Nacido en Estepa, Sevilla el 30 de agosto de 1996, Graduado en Veterinaria en 2021 por la Universidad de Córdoba. Tras terminar la carrera, decidió centrarse en el mundo de la producción porcina obteniendo un puesto en Agropecuaria Casas Nuevas, Grupo Francés (Fuente Álamo -Murcia) como veterinario de producción, trabajando en la actualidad en la fase de madres y cebos. , Manuel Toledo Castillo - Doctor en Veterinaria, Agropecuaria Casas Nuevas , Verónica Romera Roldán - Licenciada en Ciencias ambientales por la Universidad de Murcia. Responsable de los Centros de Inseminación Artificial Porcina en Agropecuaria Casas Nuevas desde 2017 hasta la actualidad y Técnico de Laboratorio Microbiológico desde 2015 a 2017 en National Health Service en Bristol, UK.

En la actualidad, disponemos de una gran cantidad de datos técnicos para evaluar la productividad de las explotaciones de ganado porcino.

Nuestro trabajo como veterinario de producción es analizar y establecer los límites de acción de los diferentes parámetros para identificar las pérdidas de producción que tienen mayor peso y poder establecer las medidas de corrección oportunas.

PUNTOS DE CONTROL Y ACCIONES CORRECTIVAS

Estructura censal

Mantener una estructura censal adecuada en la que el 70% del censo de la explotación se encuentre entre el segundo y el sexto parto es el primer indicador de producción.

Un incremento superior al 20% de cerdas de primer parto da lugar a lechones con peor estatus inmunitario y estos lechones se desarrollan algo peor en la etapa de cebo.

Tener un mayor porcentaje de cerdas de más de 7 ciclos nos hace tener un gasto en pienso mayor debido a que sus necesidades de mantenimiento son mayores al ser cerdas más pesadas.

Como ejemplo, destacar que un cerdo de cebo de 100 kg necesita 1 kg de pienso diario solo para cubrir sus necesidades de mantenimiento diarias, por lo tanto, cuanto mayor sea el peso de un animal, mayores serán sus necesidades de mantenimiento.

Este tipo de cerdas tienen mayor número de nacidos muertos debido a la menor capacidad de la contracción de las células musculares del útero. Además, las cerdas más viejas producen lechones con una gran variabilidad de pesos al nacimiento y al destete.

Mantener la estructura censal correcta es el inicio para poder alcanzar altas producciones, y conseguir tener una sanidad adecuada y de calidad de los lechones que se producen en la explotación.

En Gráfica 1 se muestra la estructura censal de una granja en la que se observa

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una pérdida importante de cerdas que no alcanzan el tercer parto y son eliminadas de manera no voluntaria. Para mantener el censo se han visto obligados a incrementar el porcentaje de cerdas que tienen 7 ciclos o más.

Es importante tener el 70% de las cerdas entre el segundo y el sexto ciclo para que la producción de la explotación sea óptima.

Tasa de retención de las cerdas introducidas en el hato reproductor

La tasa de retención de cerdas es el porcentaje de cerdas que entran en el núcleo de producción y alcanzan el tercer parto, debiendo ser este valor superior al 70%.

Se trata de un gran indicador que permite evaluar el manejo de las primerizas y cerdas de segundo ciclo en la explotación.

Siempre hay que analizar los motivos de las eliminaciones tempranas en las granjas, ya que, una vez introducidas las cerdas, su eliminación supone:

Una pérdida productiva.

Un gran riesgo sanitario, ya que las primerizas producen lechones con un menor estatus inmunitario y, por lo tanto, serán lechones que tengan mayores problemas en las fases siguientes de producción.

Una vez establecido que el problema es la eliminación no voluntaria de cerdas en ciclos bajos, debemos de conocer los registros de eliminación para identificar la causa de la eliminación:

Bajos pesos de cubrición de las nulíparas que tiene como consecuencia una baja productividad en el primer y segundo ciclo.

Alto peso a la primera cubrición que ocasiona problemas de aplomos en los primeros ciclos productivos de la reproductora.

Problemas de aplomos por una tasa de crecimiento en la fase de recría demasiado elevada.

Malas condiciones del suelo que pueden dar lugar a problemas de aplomos por lesiones en la pezuña.

Mala alimentación en maternidad y mal manejo de la recela que puede dar lugar a eliminación por pérdida de la eficiencia reproductiva.

 

Número de cubriciones semanales

Las desviaciones en el número de cubriciones tienen un gran peso en la producción, ya que es el indicador de mayor peso a la hora de conseguir tener la cantidad deseada de lechones destetados por semana o banda.

Las variaciones de este valor semanal conducirán a la obtención de menos o más lechones destetados de los esperados.

A modo de ejemplo, el objetivo de cubriciones de la granja de la Gráfica 2 es de 125 por semana, observándose desviaciones por encima y por debajo del objetivo.

Un incremento de las cubriciones tendrá como consecuencia un incremento en los partos y lechones destetados, lo que implica un retraso en el procesado de los lechones y un desajuste en las tareas rutinarias que se hacen con mayor celeridad. Cuando esto ocurre, las tareas no se hacen correctamente.

Cuando el número de cubriciones es menor, la repercusión es mayor, ya que tendremos menos lechones destetados, y, por lo tanto, no cumpliremos con los objetivos de producción de la granja y ni con los objetivos económicos.

Tanto en un caso como en el otro, hay que saber por qué no se cumple el objetivo.

¿Faltan primalas?
¿Se hacen malas recelas?
¿El semen es de baja calidad?

Normalmente, la causa es la falta de nulíparas para cubrir o la eliminación de cerdas por problemas reproductivos, lo que hace que no se pueda cumplir el objetivo de cubriciones y, por tanto, podamos conseguir un flujo de lechones constante.

 

Nulíparas cubiertas en la explotación por semana o banda

Las nulíparas cubiertas en la explotación permiten mantener constante la estructura censal forzando la retirada de cerdas improductivas de la explotación y, por otra parte, nos ayudan al mantenimiento del objetivo de las cubriciones semanales.

La entrada de primerizas es uno de los puntos críticos en la granja, debiendo realizarse una adaptación sanitaria correcta y completa, teniendo asimismo la previsión de la entrada de las nulíparas ajustada a los objetivos de la granja:

El tiempo de adaptación a la granja debe ser como mínimo de 8 semanas (si vienen de una recría en la que se ha efectuado parte del programa vacuna de las futuras reproductoras).

Deben ser chequeadas antes de la entrada en el núcleo de producción, sobre todo para evitar la entrada de animales virémicos a PRRS si la granja es positiva.

Debemos efectuar la aclimatación al box si es preciso para evitar bajadas de la prolificidad por el estrés debido a la reducción del consumo de pienso.

Las fuertes oscilaciones que se ven en la Gráfica 3 son debidas a un mal manejo del grupo de nulíparas a la hora de entrar en la granja.

Al principio, les faltaba peso y después no fueron capaces de regular la cantidad de nulíparas cubiertas, dejando pasar algún celo para mantener la entrada constante en la granja y, de esta manera, mantener las cubriciones constantes. Como se puede observar, no salió bien.

La variabilidad en este punto es inherente a los procesos biológicos, pero mantener la estabilidad es lo que diferencia una granja bien gestionada de una granja en la que no se planifican las tareas y no se gestiona la producción.

 

Intervalo Destete – Cubrición

El intervalo destete-cubrición (IDC) está determinado por:

La calidad del manejo de la alimentación en maternidad.

La calidad del manejo de la recela.

En la Gráfica 4 se puede observar la tendencia al empeoramiento de este parámetro en una granja ejemplo.

Después de chequear las posibles causas, se llegó a la conclusión que era debido a un cambio del personal de la granja. La falta de formación dio lugar a una mala recela y trajo como consecuencia una bajada importante en la fertilidad de la explotación.

Los días no productivos (coste económico) son aquellos días en los que la cerda no se encuentra ni lactante ni gestante. Suele ser un coste oculto al que no se le da importancia debido a que no es muy visible, pero sí tiene un coste y es importante.

La producción de la explotación se verá seriamente afectada, no solo por la pérdida de lechones que tendremos, sino por el coste económico que esto representa.

Ejemplo:

30 lechones por cerda y año/365 = 0,082 x 25€ = 2,05 € Es el coste por nuestro día no productivo por cerda y día.

Dependiendo de cuándo se produzcan los días perdidos en el ciclo de producción, esto tendrá una repercusión económica más o menos intensa (Gráfica 5). De igual manera, el coste del lechón no es constante a lo largo del tiempo y esto también influye en el coste del día perdido.

 

Tasa de partos

Un aspecto importante es la tasa de partos que se define como el éxito de las cubriciones o las cubriciones que culminan con un parto.

Si se realizan 100 cubriciones y se tiene un 6% de repeticiones, 2% de abortos y 2% de mortalidad y eliminación, tendremos un 90% de tasa de partos.

Este índice representa:

La eficiencia en las cubriciones (manejo en cubrición y recela).

Cuántas de las cubriciones han culminado con un parto (manejo en gestación y periparto).

Partos por semana

La importancia de los indicadores anteriores siempre va vinculada a disponer de un número de partos semanales que sea lo más constante posible.

Un indicador que define a las granjas más productivas es que son poco variables en todos sus indicadores de producción.

Por ejemplo, en la Gráfica 6 se observan los datos de una explotación con una marcada desorganización en los partos, ya que hay semanas con 140 y otras con 80 partos, lo que hace que los trabajos de la granja no se realicen correctamente, ya que las tareas de los operarios de cada sección se ven aumentadas o disminuidas.

Adicionalmente, la producción de lechones que entran en las siguientes fases se ve alterada, con lo que los tiempos de estancia de los lechones y los vacíos sanitarios se verán modificados.

Lechones destetados por semana

El resultado de las cubriciones son los lechones destetados por semana y esta producción debe estar dentro del objetivo, produciendo de manera constante todas las semanas o bandas.

Como ya hemos visto, en una granja que no cumple el objetivo de cubriciones, tampoco se cumple el objetivo de partos por semana y, como consecuencia, la cantidad de lechones destetados por semana será muy variable (Gráfica 7).

Obsérvese la fuerte variación condicionada por el número de cubriciones y de partos semanales en la explotación y, como consecuencia, la pérdida de lechones destetados por semana.

Las desviaciones en los lechones destetados impiden que la organización de las siguientes fases se pueda realizar correctamente. Alcanzar los objetivos de lechones destetados por semana es fundamental para tener el flujo de caja y poder hacer frente a los pagos de la granja.

 

Control de la mortalidad en lactación

Las pérdidas que se producen en el periodo de lactación están muy relacionadas con la prolificidad de la granja.

Un gran número de bajas son debidas al peso al nacimiento, ya que los lechones que nacen con pesos inferiores a los 800 gramos tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir y suelen tener mortalidades superiores al 70%.

Como se ve en la Gráfica 8, existe una correlación entre la prolificidad y el número de lechones de poco peso al nacimiento.

Cuanto mayor sea el número de lechones nacidos vivos, mayor será la probabilidad de que muchos sean pequeños y con tendencia a causar baja.

Debemos registrar las causas de las bajas en lactación para disponer de registros fiables y conocer las otras causas por las que un lechón puede morir (Gráfica 9).

 

Lechones destetados por cerda a baja

Este indicador es muy importante a la hora de controlar la amortización de las cerdas.

La diferencia del valor de compra de la cerda y su valor de venta, dividido entre los lechones destetados por cerda durante su vida productiva nos dará el valor de la amortización del animal.

Se trata de un parámetro que nos da una idea de la eliminación de las cerdas antes de tiempo.

Un valor orientativo para este indicador debe ser de, aproximadamente, 60 lechones destetados por cerda de baja como media en la explotación.

Cuando no se alcanza este valor, no se debe recurrir a limitar el desvieje para conseguir el objetivo, ya que las consecuencias de esto son aún peores. Habría que buscar las causas en el manejo de las primalas, la tasa de retención, en la cantidad de lechones destetados por parto, etc.

La longevidad de las cerdas en la granja es un indicador de la sanidad global de la explotación y de las condiciones de manejo y alojamiento de las reproductoras. Determina la amortización de la cerda que debe ser imputada al coste del lechón destetado.

CÁLCULOS PARA ESTABLECER LAS DIMENSIONES DE ALOJAMIENTO DE LA GRANJA

Antes de fijar objetivos de producción, es necesario saber la capacidad productiva que tiene la granja. Para ello hay que saber qué censo debe tener según las plazas que hay en paridera, cubrición y gestación.

Las plazas que hay en paridera dependerán de la edad al destete (21 o 28 días) y, a partir de ahí, sabremos el censo que puede soportar la explotación, siempre y cuando las fases de cubrición y gestación no se vean saturadas.

Cálculos en la granja

¿Cuántas cerdas necesito?

En las explotaciones normalmente nos encontramos con dos escenarios:

Destetar a 21 días, teniendo un 20% de cerdas en maternidad y un 80% de cerdas en gestación. Esto permite tener una idea del porcentaje de cada pienso que se utiliza en la explotación.

Destetar a 28 días, teniendo un 25% de cerdas en maternidad y un 75% de cerdas en gestación.

Sabiendo esto, se puede hacer un cálculo práctico para conocer la cantidad de cerdas necesarias en la granja. Para ello, se debe multiplicar la cantidad de parideras por 5 si se desteta a 21 días o por 4 si se desteta a 28 días.

A continuación, se presentan dos ejemplos de cálculo del número de parideras en función del destete.

Para nosotros, y en las condiciones actuales de producción, el destete a 28 días es uno de los aspectos que no tienen discusión, siendo la opción más recomendable por varios motivos:

Se obtienen lechones de mayor calidad.

La variabilidad de pesos al destete influye en la permeabilidad intestinal de los lechones y esta mejora con la edad y con el consumo de alimento en maternidad.

Alargar la fase de lactación aumenta la productividad en la fase de transición y disminuye las bajas en la fase de cebo.

¿Cuál debería ser el objetivo de cubriciones?

Todos estos indicadores sirven para monitorizar productivamente nuestras explotaciones y conseguir los objetivos de productividad establecidos:

Obtener un número constante de lechones destetados por semana o banda.

No superar el 50% la reposición de la granja.

Destetar lechones de calidad (edad y peso) que puedan desarrollarse en las siguientes fases de producción con normalidad.

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Manual de manejo de cerdas reproductoras

 

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