La ganadería actual se enfrenta a un nuevo paradigma que nos hace replantear algunos parámetros que hasta el momento no formaban parte de la ecuación. No solo debemos contemplar una producción agroalimentaria eficiente y competitiva, sino que debemos sumar nuevos retos para conseguir que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente. purines
Aproximadamente el 80% de las emisiones de amoniaco a nivel mundial provienen del binomio agricultura y ganadería, y aunque el amoniaco no se encuentra dentro del conjunto de los gases con efecto invernadero, es un gas contaminante que sí afecta directamente a la calidad del aire por ser un precursor de las partículas de tamaño 2,5 micras que afectan a la salud humana y un causante de procesos eutroficación de las masas de agua.
La contribución de la ganadería y el manejo de los estiércoles tienen un peso muy importante en las emisiones de amoniaco, así que actuar sobre su impacto es un factor determinante para el desarrollo y el crecimiento futuro del sector porcino.
Así una producción eficiente requiere un control minucioso de los recursos como el agua y la energía, del exceso de nutrientes en la alimentación que luego pueden convertirse en fuente de contaminación y de la reducción al máximo de la producción de residuos que no son valorizables.
Oponerse a este nuevo modelo supone una visión cortoplacista para el sector agrícola y ganadero con una creciente oposición, que genera inestabilidad y un fuerte desapego social. Hace ya una década, el Task Force on Reactive Nitrogen (UNECE), con un panel de expertos científicos a nivel mundial, elaboró una guía con las diferentes estrategias para la mitigación de las emisiones de amoniaco producidas principalmente por la ganadería y la agricultura. purines