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Los entresijos del virus PRRS en el semen porcino

El uso generalizado de la técnica de inseminación postcervical en los últimos años ha supuesto un ahorro sustancial en tiempo y dinero en la producción porcina. Sin embargo, el hecho de inseminar a decenas de cerdas con un único eyaculado aumenta el impacto productivo y económico que puede tener la introducción del virus PRRS (VPRRS) en un centro de inseminación artificial (CIA).

Existen diversas publicaciones científicas que hacen referencia a la diseminación del VPRRS a través del suministro de dosis seminales infectadas.

Una de las primeras publicaciones fue en Dinamarca en 1996 con la introducción en granjas libres de PRRS de un virus con un 99% de similitud con una vacuna utilizada en el CIA desde meses atrás (Botner et al. ,1997).

En los últimos años, se han publicado de forma detallada casos clínicos reales de infección en CIAs y su repercusión en las granjas donde se había suministrado semen.

Los casos más conocidos son el de un CIA danés en 2019 (Larsen et. al, 2020; Christensen et al., 2020) o el plan de despoblación y erradicación que elaboró Suiza ante la entrada de semen infectado con VPRRS producido en un CIA de Alemania (Nathues et al., 2018).

Ya desde los primeros años de investigación, se determinó que el VPRRS se excretaba en semen y podía infectar a cerdas por vía venérea (Prieto et al., 1997).

 

 

 

ALGUNAS PARTICULARIDADES SOBRE LA DETECCIÓN DEL VPRRS EN SEMEN 

  EXCRECIÓN  

Existen factores intrínsecos inherentes a cada verraco, lo que hace que [registrados]la detección y el período de excreción del virus sea muy variable.

Hennings et al. (2001) observó que, inoculando la misma cepa y dosis de virus PRRS, la duración de la excreción en semen era muy variable según el verraco monitorizado.

Si bien, la viremia más próxima detectada tras la infección de verracos fue a las 12 horas (Rossow et al., 1995), en la mayoría de pruebas experimentales, la detección del VPRRS en semen fue a las 48-120 horas post-infección (Hennings et al., 2001; Rovira et al., 2007 y Wasik et al., 2004).

El hecho de que, en algunas pruebas experimentales, se haya detectado el VPRRS en semen desde el día post-infección podría deberse a las características intrínsecas de determinadas cepas (Gerber at al., 2013).

Posteriormente, en algunos trabajos se ha descrito la excreción del VPRRS incluso en ausencia de viremia y presencia de anticuerpos neutralizantes (Hennings et al., 1995, 2001).

  CARGA VIRAL Y PERSISTENCIA  

La carga viral del VPRRS en semen influye en la transmisión del virus, pero la carga viral del verraco en sangre no siempre se correlaciona con la carga viral en semen (Fideli at al., 2001). Por ello, desde hace tiempo se considera que la viremia de los verracos infectados no indica su potencial de contagio (Henning et al., 1995).

El VPRRS puede infectar de forma persistente los tejidos reproductivos de los verracos sin manifestaciones clínicas y con excreción seminal a pesar de la respuesta de anticuerpos neutralizantes (Prieto et al., 2005).

El VPRRS puede persistir en semen durante 4-92 días post-infección con un impacto negativo en la calidad del semen. Esta presencia durante largos períodos de tiempo podría deberse a:

La replicación local y excreción en los tejidos reproductivos (testículo, epidídimo y glándulas bulbouretrales).

La diseminación directa del virus a través de monocitos y macrófagos infectados.

(Prieto et al., 2005)

Algunos trabajos señalan la excreción intermitente del virus en semen (Hennings et al., 1995), mientras que en otro trabajo se detectaron 5 verracos continuamente positivos hasta los 21 días postinoculación (Hennings et al., 1998). Por otro lado, en el estudio de Wasilk et al. (2014) se llegó a detectar un verraco que nunca fue positivo en semen.

 

LESIONES Y ALTERACIONES DE LA CALIDAD SEMINAL

A nivel de lesiones, el VPRRS es capaz de producir diversas alteraciones durante la fase aguda en verracos infectados experimentalmente:

Hipoespermatogénesis

Muerte de células germinales

Apoptosis

Replicación viral en los testículos

(Han et al., 2013)

En lo que se refiere a calidad seminal, el virus puede ocasionar:

Reducción de la motilidad espermática.

Aumento del porcentaje de acrosomas anómalos.

Aumento de morfologías anómalas en espermatozoides, especialmente en las cabezas.

(Feitsma et al., 1992)

En otros trabajos se observó reducción en la motilidad y concentración espermática al inicio de la infección (Prieto et al., 1996) y disminución de la concentración espermática, aumento de espermatozoides muertos y un incremento de gotas citoplasmáticas (Baéz-Gómez et al., 2012).

 

LA IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN PRECOZ

Una de las prioridades en un centro de inseminación es la detección precoz de la introducción del virus.

  TÉCNICA DE DETECCIÓN – PCR VS. ELISA  

En un modelo estocástico de transmisión se determinó que, en un protocolo intensivo de evaluación en un CIA de 200 verracos, monitorizando 60 verracos 3 veces a la semana con PCR de suero, se necesitarían 13 días para detectar el 95% de introducciones de virus PRRS.

Esto implica que es necesario contar con un intenso protocolo de muestreo para una rápida detección de la introducción del virus (Rovira et al., 2001).

Después de la infección de un CIA danés en 2019, una de las principales medidas correctoras que aplicaron fue utilizar la técnica PCR para una detección precoz de la introducción del virus y no solamente la técnica ELISA como estaban haciendo anteriormente, ya que la positividad en ELISA es posterior a la que se detecta con la técnica PCR.

  MUESTRA – SEMEN vs SANGRE  

Uno de los principales problemas que nos podemos encontrar en la práctica es la dificultad de muestreo de verracos y los posibles efectos colaterales locales en el punto de inyección.

En un estudio, se comparó la extracción sanguínea de la vena yugular con la punción auricular y recogida de muestra sanguínea con un hisopo, con resultados muy similares entre ambas técnicas.

En cambio, el semen fue la muestra menos sensible en la detección de la presencia de virus (Rovira et al., 2007).

Probablemente, el análisis de semen por PCR se realiza más por un tema comercial que por una eficacia técnicamente probada en la detección precoz de la entrada del virus en un CIA. En los análisis por PCR de muestras de semen existen variables (cepa, individuo, fracción seminal utilizada, protocolos de extracción y amplificación, etc.) que pueden interferir en la obtención de un resultado positivo o negativo, existiendo pocos estudios científicos que contrasten la sensibilidad de la técnica PCR en relación a muchas de estas variables.

Nelson et al. (2002) determinaron que la PCR cuantitativa era capaz de predecir si el riesgo de transmisión del VPRRS en dosis de semen positivas era alto, moderado o bajo.

En otro trabajo se detectó más presencia de VPRRS en las células espermáticas, determinándose que el virus estaba asociado a células espermáticas y a células no espermáticas (Calcatera et al., 2018).

El plasma seminal se ha señalado como posible inhibidor de la PCR según estudios en los que este se eliminó por centrifugación, analizándose solamente la fracción celular (Coombs et al., 1998; Dyer et al., 1996). No obstante, se ha observado que los espermatozoides también pueden inhibir la PCR, aunque la centrifugación y el buffer de lisis algunas veces compensan esta problemática.

Teniendo en cuenta la problemática de la realización de la técnica PCR en semen, hay que ser cauteloso en la interpretación de los resultados en determinadas situaciones e intentar complementarlos con los resultados del análisis de sangre por ser una muestra más fácil de trabajar y más sensible en la detección de la positividad.

Ante una nueva introducción del VPRRS en un CIA, nuestro programa de monitorización debe tener el objetivo primordial de una rápida detección de la positivización del CIA.

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