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Fallos en bioseguridad en explotaciones porcinas – Importaciones y CIAs

Escrito por: Fernando Laguna Arán - Ingeniero Técnico Agrícola y Veterinario
Continuando con esta serie de artículos sobre los principales fallos de bioseguridad que se producen en las granjas porcinas, en esta ocasión, Víctor Romia Puigvert nos invita a reflexionar sobre los riesgos asociados a la importación de cerdos, mientras que Francisco Abad Valcarce repasa los puntos clave a tener en cuenta en relación a la bioseguridad en los CIAs.

IMPORTACIONES, BIOSEGURIDAD Y SENTIDO COMÚN

Recientemente, me propusieron hacer un artículo sobre bioseguridad en las entradas de lechones de la UE, pero al comenzar a prepararlo los acontecimientos me superaron al declararse un foco de Peste Porcina Africana (PPA) en Alemania, en una zona de alta densidad y con mucho tránsito de animales y vehículos.

La primera medida de bioseguridad que recomienda Anprogapor es no introducir animales desde la UE durante 15 días.

Las empresas del sector saben perfectamente lo que nos estamos jugando.

Introducir 75.000 animales vivos procedentes de la UE a la semana es poner una pistola en la sien del sector y jugársela a la ruleta rusa.

En este sentido, resulta contradictorio pedir después a los ganaderos que extremen las medidas de bioseguridad en sus granjas y trasladarles la responsabilidad cuando la primera y más importante medida se pasa por alto.

Como veterinario, voy a resaltar los puntos débiles de bioseguridad que aprecio en las granjas en las que se introducen lechones procedentes de la UE:

Granjas de destino: [registrados]estoy asistiendo a bastantes entradas de lechones de Holanda. Considero que se deberían seleccionar mejor las granjas donde introducir estos lechones, es decir, las granjas deberían ser más aisladas y con una bioseguridad alta o muy alta.

Certificación de la desinfección: se observan deficiencias en la comprobación del certificado de desinfección antes de descargar los lechones.

Limpieza y desinfección de la zona de descarga: es importante quemar o destruir la cama después de la descarga.

Entrada de transportistas: es importante evitar la entrada de los transportistas en la granja y, en el caso de que entren, suministrarles los EPIs adecuados.

Controles serológicos: es crucial hacer muestreos serológicos dentro de las 48 h después de la llegada de los animales.

Visitas del veterinario: es recomendable reservar la visita del veterinario para el final del día y, si es posible, que sea la última de la semana.

Control de la mortalidad: es fundamental que el granjero y el veterinario responsable de la explotación lleven un control de las bajas durante las primeras semanas tras la recepción de los animales.

El virus de la PPA podría saltar la frontera en cualquier momento! Ante ese escenario, actuar de forma rápida, coordinada y contundente será la única forma de afrontar el problema.

Quizá el sector porcino debería tener el poder de impedir este riesgo, pero estamos hablando de temas económicos y comerciales en los que el libre mercado no permite meterse. No obstante, todos nuestros esfuerzos deben plantearse pensando en el grupo y no solo en los intereses particulares.

 

FALLOS COMUNES EN LOS CENTROS DE INSEMINACIÓN ARTIFICIAL

En 1547, Francisco de la Reyna publicaba el libro “Libro de albeyteria” en el que dejaba reflejado el conocimiento de la circulación mayor y menor de la sangre de un modo más filosófico que científico. Por este motivo, Harvey (1628) goza del reconocimiento de este descubrimiento al describir de un modo científico y riguroso la circulación menor de la sangre.

Al hilo de este ejemplo, y salvando la gran distancia entre ese descubrimiento y el tema que nos ocupa, la redacción por parte del grupo operativo ANPSTAND de la “Guía de estrategias innovadoras para la mejora de la bioseguridad” ha supuesto una concreción necesaria para nuestro tipo de producción y de la que hasta ahora carecíamos.

Dentro del planteamiento claro y práctico del documento, destaca la identificación de los principales fallos que, en nuestra experiencia, más pueden comprometer la bioseguridad de los CIAs.

 1.  La necesidad de mantener una producción constante de dosis nos obliga a realizar una alta reposición de animales, lo que se traduce en un alto número de entradas y, por tanto, un mayor riesgo, pero:

¿Realmente necesitamos tantas entradas?

¿No podemos agrupar entradas y reducir las mismas?

¿Debe primar la producción por verraco y semana por encima de todo?

En función de la disponibilidad de plazas en el centro, se puede planificar la reposición anual para ajustarse lo máximo posible a una entrada al año.

 2.  Las situaciones no habituales, como la limpieza del serrín en el centro de inseminación o la carga de verracos para su envío a matadero, son los puntos más débiles del programa de bioseguridad, por lo que se debe dedicar una atención especial de cara a su planificación.

Es recomendable reducir la carga de trabajo durante esos días para poder realizarlas con calma, preparar y anticipar la carga de los animales de desvieje en el lazareto para reducir el tiempo de carga, y tener listos los equipos de desinfección con antelación a la llegada de vehículos para prevenir problemas. En nuestro caso, estas medidas han contribuido a reducir el “caos” derivado de los imprevistos que pueden surgir.

Los suministros rutinarios, como las entregas de pienso, gasoil, etc., deben permanecer siempre atendidos y vigilados por personal del CIA durante la descarga y hasta su marcha.

A la hora de realizar cada uno de los pedidos y en el momento de la recepción de las mercancías es importante recordar la necesidad de respetar las normas de acceso, los periodos sin contacto con animales, el protocolo de desinfección a la entrada y las consecuencias derivadas de la entrada de un agente infeccioso en la explotación, ya que un CIA no es una granja convencional y estos aspectos influyen en su sanidad.

En caso de transporte propio de las dosis producidas, debemos reducir el número de puntos de entrega al mínimo imprescindible.

Los puntos de entrega deben estar lo más aislados posible de las zonas de paso de vehículos/personas relacionadas con el sector.

Se debe tener y dejar claro que el transporte de dosis es únicamente de dosis y material desde el centro. ¡No se puede retornar nada en estos vehículos!

Es necesario hacer conocedor al personal del centro de los riesgos de los puntos de entrega y de la necesidad del uso de medidas de protección, como calzas y buzos desechables, así como la desinfección de las neveras si estas salen del vehículo.

La aplicación del sentido común en los protocolos de bioseguridad pasa por rechazar todo aquello que no se ajusta a lo establecido hasta poder valorar el riesgo, es decir, dejemos las prisas para los ladrones y los toreros con poco oficio.de las neveras si estas salen del vehículo.

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