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19 Jun 2020
Frecuencia de alimentación en gestación y desempeño reproductivo de la cerda
Un estudio de la Universidad de Minnesota evaluó cómo incide la frecuencia de la alimentación durante la gestación en el desempeño productivo y reproductivo de las cerdas.
La frecuencia de alimentación en hembras gestantes y su posterior desempeño en la lactancia ha sido investigado en varias ocasiones arrojando resultados contradictorios. Frecuencia de alimentación en gestación y efectos en lactancia
Schneider y col. (2007b) informaron que las cerdas primerizas alimentadas 6 veces al día durante la gestación tendían a tener una mayor ganancia diaria de peso y un número mayor de nacidos vivos que las primerizas alimentadas 2 veces al día. Sin embargo, esto no fue observado en cerdas multíparas.
Del mismo modo, Michel et al. (1980) y Wittman (1986) indicaron que aumentar la frecuencia de alimentación en nulíparas y multíparas dio como resultado un mayor número de lechones nacidos vivos.
En otros estudios, no se encontraron diferencias en estos parámetros en función de la frecuencia de alimentación de las cerdas (Douglas et al., 1998; Holt et al., 2014; Jensen et al., 2012). Posiblemente esto se deba a la utilización de dietas no estandarizadas en ingesta y energía.
La investigación
En un estudio realizado en la Universidad de Minnesota se analizó el efecto de la frecuencia de alimentación y el número de partos en el desempeño productivo y reproductivo de la cerda, utilizando una dieta isocalórica durante la gestación.
Frecuencia de alimentación en gestación y efectos en lactancia
El ensayo se realizó con 177 cerdas gestantes, las cuales fueron alimentadas con tres dietas ajustadas en función del peso vivo a lo largo de la gestación:
30 a 60 días de gestación: 2,17 kg/d (28,96 MJ ME / d)
61 a 90 días de gestación: 2,24 kg/d (29,89 MJ ME / d)
91 a 109 días de gestación: 2,32 kg/d (30,96 MJ ME / d)
Tratamientos
Se realizaron tres tratamientos variando la frecuencia de alimentación:
“T1”: control. Alimentación una vez al día (7:30 hs)
“T2”: Alimentación 2 veces/día (7:30 hs y 15:30 hs)
A los 109 días de gestación se trasladaron a las jaulas de maternidad donde se les dio una ración de 2,27 kg (32.84 MJ ME/d) una vez al día, independientemente del tratamiento, hasta el parto.
Después del parto, las cerdas fueron alimentadas dos veces al día (08:00 hs. y 14:30 hs).
Por otro lado, para evaluar el efecto de la cantidad de partos, se dividieron en las siguientes categorías:
c“P 0”: cerdas preñadas de primer parto
b“P 1”: cerdas de 1 a 3 partos
a“P 3”: cerdas de 3 a 5 partos
v“P 6″: cerdas de 6 a 9 partos.
Variables analizadas
Los datos sobre el rendimiento de la cerda y los parámetros reproductivos se registraron durante la gestación y lactancia, respectivamente. Esto incluyó:
Lechones nacidos totales,
Lechones nacidos vivos,
Peso al nacimiento,
Número de mortinatos,
Recuento de fetos momificados,
Número de destetados,
Peso al destete
Días de retorno al estro
El peso de la cerda (BW) y el espesor de grasa dorsal (BF) fueron registrados en los días 30, 60, 90 y 109 de gestación; a las 24 hs del parto y al destete.
Se determinaron esos momentos de medición debido a que a los 30 días finaliza la placentación, al día 60 se da el período de máximo mortalidad de fetos por competencia intratuterina. Al día 90, se produce la mayor demanda de nutrientes por parte del feto y el día 109 se utilizó como punto cercano a la finalización de la gestación. Mesa et al. (2012).
Resultados y discusión
Efecto de la frecuencia de alimentación sobre el desempeño de la cerda
La frecuencia de la alimentación no influyó en el peso vivo de la cerda durante la gestación ni durante la lactancia utilizando una dieta isocalórica.
Las cerdas alimentadas 2 veces al día tendieron a aumentar el espesor de grasa dorsal durante la gestación en comparación con el tratamiento control.
Sin embargo, esto no fue evidenciado en cerdas alimentadas 3 veces al día. Los investigadores sugieren que, en condiciones isocalóricas, el consumo de comidas múltiples durante el día podría ser una ventaja metabólica con un límite de dos veces diarias.
Sharma et al. (1973) informó que los cerdos alimentados tres veces al día tenían mayores requisitos de mantenimiento, mayores necesidades de energía para digestión debido al efecto térmico de los alimentos y al aumento de la actividad y el gasto energético.
Las cerdas alimentadas 2 y 3 veces al día durante la gestación tendieron a destetar 0,40 y 0,53 lechones más, respectivamente que las cerdas del tratamiento control.
Esto podría deberse a que el aumento en espesor de grasa dorsal proporcionó reservas de energía adicionales que se movilizaron para la producción del calostro y síntesis de leche, permitiendo la supervivencia de los lechones y mejora el número de lechones destetados (O’Grady et al., 1973; Klaver y col., 1981)
Las cerdas alimentadas 2 veces al día tuvieron menor número de nacidos muertos en comparación con las cerdas alimentadas una vez al día durante la gestación.
Los cerdos utilizan glucosa como sustrato energético principal para el crecimiento fetal y la tasa de utilización de glucosa disminuye en cerdas durante el final de la gestación para ahorrar glucosa para la utilización en el útero gestante (Raguvaran et al., 2017);
Se podría suponer que el aumento de la frecuencia de las comidas durante la gestación mejoró la glucosa tolerancia de las cerdas gestantes al repartir la carga de nutrientes durante el día para reducir la cantidad de nacidos muertos en el parto.
Efecto de la cantidad de partos el desempeño de la cerda
El aumento diario de peso vivo durante la gestación fue mayor en cerdas primíparas que en cerdas de más de un parto.
Kraeling y Webel (2015) explicaron que si bien las cerdas multíparas han disminuido la tasa de crecimiento, las primíparas siguen creciendo y, por lo tanto, tienen una mayor tasa de crecimiento.
Además, el mantenimiento durante la gestación tardía representa aproximadamente el 80% y el 60% del requerimiento de energía para primíparas y multíparas, respectivamente (NRC, 2012).
Por lo tanto, las cerdas multíparas reparten más energía hacia el mantenimiento que las primíparas, mientras que estas últimas, destinan más energía hacia el crecimiento que las cerdas multíparas (Gonçalves et al., 2016).
La ganancia de peso en función de la cantidad de partos siguió un patrón de cerdas más jóvenes ganando más que las cerdas mayores durante la gestación.
La pérdida de peso de la lactancia del 6,1% en primíparas no prolongó el intervalo de destete- servicio en relación con las cerdas de mas pariciones.
La mortalidad de los lechones pre destete fue mayor en las cerdas de más partos que en las más jóvenes El hallazgo es consistente con los datos presentados por (Gonçalves et al., 2016).
Los grupos de P3 y P6 tuvieron un mayor número de nacidos muertos.
Generalmente, la aparición de muerte fetal es mayor en cerdas con mayor número de partos, lo que podría atribuirse a un tono muscular uterino deficiente, mayor duración del parto y distocia causada por exceso de peso (Kirkden et al., 2013).
Los datos del estudio sugieren que las cerdas con 17.1 mm de espesor de grasa dorsal o más tuvieron un menor número de lechones nacidos muertos, lo que se observó en las categorías P0 y P1.
Frecuencia de alimentación en gestación y efectos en lactancia
Artículo completo:
Hayford Manu, Suhyup Lee, Ping Ren, Devi Pangeni, Xiaojian Yang, Samuel K Baidoo.
Journal of Animal Science, Volume 97, Issue 5, May 2019, Pages 2154–2164.