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Gestión de cerdas primerizas para un futuro brillante

primerizas

Las primerizas son clave para el futuro de tu granja. Tener una primeriza bien desarrollada desde la primera inseminación es fundamental para asegurar el éxito de tu granja.

Por ello, es crucial dedicarle atención a la cría de primerizas. En este artículo, encontrarás consejos y estrategias para gestionar eficazmente tus primerizas y garantizar un futuro prometedor.

¿Sabías que alrededor del 85% de las cerdas nulíparas inseminadas llegan a tercer parto? Aumentar este porcentaje aumentará la rentabilidad de la granja.

AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

La producción de lechones ha aumentado significativamente en los últimos años.

En 2024, la cerda productiva media en España destetó 29,4 lechones al año. Dos lechones más que hace 10 años.

El aumento de la producción ejerce más presión sobre la cerda, por lo que la preparación de ésta para una vida altamente productiva ya comienza desde el nacimiento.

COMIENZA AL NACER

Comenzar la selección de la futura reproductora desde su nacimiento sienta las bases para una cerda reproductora bien desarrollada.

No es recomendable seleccionar a las lechonas con un peso al nacimiento inferior a 1,2 kg como cerda reproductora, ya que el desarrollo corporal será menor durante su vida.

 

Por el contrario, una cerda con un peso al nacer >1,6 kg crecerá demasiado rápido.

La Figura 1 muestra la evolución típica del peso de las primerizas hasta el 2º destete, con dos fases diferenciadas:

Fase de desarrollo, desde el nacimiento hasta la primera inseminación.

Fase funcional, desde la primera inseminación hasta el sacrificio.

Durante la fase de desarrollo se espera un crecimiento continuo, que debe continuar hasta el primer parto. Durante la fase funcional, hasta el 5º parto, una primeriza seguirá creciendo, pero el crecimiento se verá condicionado por la pérdida de peso durante la lactación.

Figura 1. Desarrollo de las primerizas desde el nacimiento hasta el 2º destete (fuente SNC Elsenpas, De Heus).

TASA DE CRECIMIENTO, PESO CORPORAL Y GRASA

El peso corporal en la primera inseminación, combinado con la edad, se utiliza a menudo como una cifra clave para determinar si se debe inseminar o no a una primeriza.

También es un buen predictor del rendimiento reproductivo futuro.

El desarrollo del peso corporal está determinado por la ganancia diaria promedio.

El crecimiento desde el nacimiento hasta la primera inseminación se utiliza a menudo para evaluar el desarrollo de las primerizas.

Como regla general, un crecimiento deseable está entre 600 y 650 gramos / día.

 

Un menor crecimiento a lo largo de su vida útil, <550 gr/día, puede dar lugar a un subdesarrollo de las cerdas jóvenes, lo que influye negativamente en el rendimiento reproductivo.

Un crecimiento a lo largo de una vida útil demasiado alto, >700 gr/día, puede influir negativamente en el rendimiento reproductivo y el desarrollo óseo, lo que reduce la longevidad de las cerdas.

La amortización de la cerda se consigue al tercer parto, a partir de ahí la rentabilidad aumentará.

La ganancia media diaria, a su vez, conduce a un peso corporal en la primera inseminación de entre 140 y 170 kg a una edad de alrededor de 230-250 días.

Hay que tener en cuenta que el peso y la edad óptimos en la primera inseminación dependen de la raza. Consulta siempre el manual de la empresa de genética para conocer las últimas actualizaciones.

La grasa corporal es una fuente de energía fácilmente accesible para las cerdas lactantes. Por lo tanto, además del peso, la grasa corporal también es importante para las cerdas altamente productivas. En la primera inseminación, se aconseja un nivel de grasa dorsal de 12-15 mm .

Si compras primerizas alrededor de la primera inseminación o ya inseminadas, la información sobre el peso corporal, la grasa dorsal y la edad pueden ser de gran ayuda para comprobar si tienen el desarrollo corporal adecuado. En función de esto, se puede ajustar la estrategia de alimentación para apoyar el crecimiento después de la llegada a tu granja.

ESTRATEGIA DE ALIMENTACIÓN HASTA LA PRIMERA INSEMINACIÓN

Disponer de una estrategia de alimentación correcta optimiza el desarrollo de las primerizas.

Hasta los 25 kg las cerdas jóvenes pueden ser alimentadas como cualquier otro lechón. Para ambos, la atención se centra en el buen desarrollo corporal y la salud.

A partir de los 25-50 kg es recomendable utilizar un pienso específico para futuras reproductoras. Mientras que los requisitos para el desarrollo corporal de una primeriza son similares a los de un cerdo de engorde, los requisitos de vitaminas y minerales de las primerizas son diferentes. Requieren vitaminas y minerales específicos para apoyar el desarrollo del tracto reproductivo, así como de los huesos.

De 50 a 120 kg es necesario un pienso específico para primerizas. La nutrición para primerizas debe apoyar el desarrollo de músculo y grasa y una tasa de crecimiento más baja en comparación con los cerdos de engorde. Los requerimientos de vitaminas y minerales son similares a los de la fase de 25-50 kg.

Cuando se compran primerizas alrededor de la edad de la primera inseminación, también vale la pena utilizar un alimento específico para primerizas. Durante esta fase, aún hay que apoyar el desarrollo de primerizas. Un pienso de gestación es a menudo demasiado bajo, mientras que un pienso de lactación es demasiado alto en nutrientes. El consejo general es alimentar a las cerdas jóvenes ad-libitum hasta 60 kg, después de lo cual puede ser aconsejable una pauta de alimentación restringida según estado corporal, con objeto de evitar crecimientos demasiado altos y engrasamiento de la futura reproductora.

PRIMERA INSEMINACIÓN

Dos semanas antes de la primera inseminación, las primerizas deben alojarse en jaulas (de inseminación) para que se acostumbren a estar confinadas. Esto ayuda a tener una mejor expresión del celo.

Durante este tiempo se puede utilizar un pienso de futuras reproductoras o un pienso de gestación. Se debe iniciar la estimulación de la cerda 5 días antes de la fecha prevista del celo de cubrición.

Esta estimulación debe ser igual a la que hacemos con la cerda de destete en cuanto a exposición del verraco, luz y flushing.

En el caso de las primerizas es importante asegurarse de no inseminarlas antes del 2º celo, ya que esto afecta negativamente al rendimiento.

Revisa si hay celo 2 veces al día.

Usa un verraco recela y mantenlo frente a 5 cerdas durante al menos 10 minutos.

Usa un régimen de 16 horas de luz y 8 horas oscuridad.

Proporciona 2,5-3,0 kg de alimento de gestación complementado con 0,5 kg de Maxiflush o productos en base a azúcares. (Figura 2).

Figura 2. Consejos generales de alimentación para los 6 días previos a la inseminación. La barra azul es pienso de gestación y la barra verde es Maxiflush.

PRIMERA GESTACIÓN

Después de la inseminación, las primerizas deben ser alimentadas con una dieta de gestación utilizando un programa creciente (línea azul en la Figura 2).

Esto favorece el desarrollo de las primerizas, así como el crecimiento de la camada.

Siempre que sea posible, es recomendable utilizar una dieta específica para la gestación de las primerizas, ya que éstas necesitan más nutrientes para su crecimiento que las cerdas multíparas.

Figura 3. Ejemplo de un programa de alimentación para una primeriza en gestación. Los valores exactos dependen de la alimentación, la gestación y el estado de las primerizas.

CONCLUSIÓN

Las primerizas son el futuro de la granja.

La correcta gestión de su desarrollo desde el nacimiento hasta el primer parto las prepara para una exitosa carrera como cerdas.

 

Medir con frecuencia el peso corporal durante la fase de cría para comprobar si el desarrollo va por buen camino y ajustar la estrategia de alimentación es muy recomendable.

Utiliza siempre los consejos de la empresa de genética como punto de partida y, si es necesario, ajústalo junto con tu técnic@ de granja.

Consejos

  Utiliza un pienso específico para primerizas de 50 a 120 kilogramos, preferiblemente a partir de 25 kilogramos de peso.

 

Objetivo: crecimiento durante la recría entre 600 y 650 gramos/día.

 

Objetivo: peso vivo de 140-170 kilogramos a una edad de 230-250 días con 12-15 mm de grasa dorsal.

 

Seleccionar cerdas con un peso al nacer entre 1,2 y 1,6 kg como futura cerda joven de reemplazo.

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