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Hacia el cerdo robusto – Mejorar el peso al nacimiento mediante oligoelementos

Alimentar a las cerdas para aumentar el peso de los lechones al nacimiento ayuda a convertir los beneficios potenciales de una mayor prolificidad de las cerdas en un mayor número de lechones vendidos y en un mayor beneficio, según el Dr. Christof Rapp, nutricionista porcino de Zinpro Corporation.

 

 

“El número de lechones nacidos por cerda y año siempre ha sido un factor importante que afecta a la rentabilidad de las unidades porcinas”, reconoce el Dr. Rapp. “Por esta razón, el tamaño de la camada ha sido, y sigue siendo, un objetivo genético importante con el fin de producir cerdas más prolíficas”.

Sin embargo, señala que una mayor prolificidad no siempre se traduce en un aumento de las ventas, ya que suele ir acompañada de un incremento de la proporción de lechones con bajo peso al nacimiento.

 

EL RETO DE LOS LECHONES CON CRECIMIENTO INTRAUTERINO RESTRINGIDO

El aumento del número de lechones se asocia a un mayor hacinamiento intrauterino y a un retraso en el crecimiento durante la gestación al intentar mantener más lechones en una cerda de tamaño similar.

Los datos del Centro Danés de Ciencias Porcinas (SEGES) muestran que conforme aumenta el tamaño de la camada aumenta el porcentaje de lechones que pesan menos de 1 kg al nacimiento.

Las cerdas más prolíficas de hoy en día paren 16 lechones o más y aproximadamente el 10% de ellos pesan menos de 1 kg (Figura 1).

Si las camadas aumentan más allá de los 18 lechones, el porcentaje de lechones de bajo peso aumenta considerablemente hasta superar el 20 %.

 

EL RETO DE GARANTIZAR EL CONSUMO DE CALOSTRO Y LECHE

El Dr. Rapp afirma que los lechones pequeños tienen dificultades para acceder a los pezones, lo que provoca un menor consumo de calostro y leche.

Los lechones necesitan entre 250 y 300 g de calostro para mantener la temperatura corporal y garantizar una cantidad suficiente de inmunoglobulinas para la protección inmunitaria.

Un consumo insuficiente de calostro se asocia a una mayor mortalidad predestete.

Un consumo reducido de leche se relaciona con unas tasas de crecimiento más bajas.

Los lechones pequeños son menos robustos y luchan por recuperar el terreno frente a sus compañeros de camada más fuertes.

 

EL RETO DE MINIMIZAR LA MORTALIDAD PREDESTETE

La mortalidad predestete en los lechones que pesan más de 1,4 kg es de alrededor del 7 % o menos, pero aumenta hasta más del 20 % en los lechones con un peso inferior a 1 kg, lo que significa que tienen tres veces menos probabilidades de llegar al destete.

Además, al ser menos robustos y vitales, los lechones con bajo peso al nacimiento corren un mayor riesgo de ser aplastados por la cerda.

 

PREVENCIÓN DEL ESTRÉS OXIDATIVO

CLAVE PARA MAXIMIZAR LA FERTILIDAD

El Dr. Rapp aconseja que aplicar medidas de manejo para reducir la incidencia de lechones con bajo peso al nacimiento puede ayudar a sacar el máximo potencial genético de las cerdas hiperprolíficas, lo que tendrá un gran impacto en forma de beneficios para los productores.

¡La clave es la nutrición, empezando por la alimentación en el momento en que los óvulos (ovocitos) se están desarrollando, antes incluso de que comience la gestación!

Si queremos que nazcan lechones con más peso, el punto de partida es garantizar que los ovocitos fecundados sean lo más fuertes y homogéneos posible.

Ello implica centrarse en el manejo previo a la cubrición, especialmente, adoptando medidas para reducir el estrés oxidativo.

El estrés oxidativo tiene un efecto negativo en la maduración de los ovocitos y puede aumentar la variabilidad en el desarrollo de los embriones. Los embriones tempranos son susceptibles al estrés oxidativo.

Se ha demostrado que el suministro de antioxidantes en las dietas previas a la cubrición y la lactancia reduce la variabilidad en los embriones.

Además, los micronutrientes, por su papel como antioxidantes, tienen un impacto positivo en el éxito de la gestación y el desarrollo de la placenta.

Las deficiencias de cobre y cinc, en particular, son perjudiciales para el desarrollo y crecimiento del embrión, por lo que es recomendable garantizar que las dietas contengan unos niveles adecuados de estos minerales en una forma que se utilicen eficazmente.

 

LOS BENEFICIOS DE LA SUPLEMENTACIÓN CON OLIGOELEMENTOS

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

En un ensayo reciente, se alimentaron cerdas con dietas que contenían diferentes fuentes de los oligoelementos clave -cinc, manganeso y cobre- durante las fases de gestación y lactación, y se evaluó su rendimiento reproductivo, incluyendo el peso al nacer de los lechones.

Grupo 1: En el primer grupo, los oligoelementos se proporcionaron como fuentes inorgánicas.

Grupo 2: En el segundo grupo, se sustituyó una parte de los oligoelementos por Zinpro Performance Minerals®, que usa una ruta única de transportador de aminoácidos para su absorción, lo que los convierte en la fuente más eficaz.

La forma única en que se absorben estos minerales, combinada con el hecho de que no se degradan en el estómago como ocurre en el caso de los minerales inorgánicos y otros minerales orgánicos quelados, significa que podemos garantizar un suministro óptimo a la cerda.

Además, también se metabolizan de forma diferente, excretándose menos en la orina, lo que indica que la cerda dispone de más cantidad de mineral durante más tiempo.

En el ensayo, las cerdas suplementadas con una proporción de Availa® Sow produjeron camadas más grandes, pero, sobre todo, produjeron lechones más pesados (Figura 2).

Se redujo la proporción de lechones que pesaban 1,4 kg o menos al nacimiento.

Se incrementó en un 10% la proporción de lechones que pesaban 1,4 kg o más.

No aumentó el porcentaje de lechones con menos de 1 kg de peso al nacimiento.

Cuando se hizo un seguimiento de los lechones hasta el destete, el beneficio de suministrar Availa® Sow fue de 0,4 lechones adicionales destetados por camada, lo que, con una media de 2,4 camadas al año, representaría un lechón adicional por cerda al año.

Tomar medidas para mejorar la nutrición de las cerdas, suplementando con oligoelementos durante las fases de lactación y gestación tiene un efecto positivo en el desarrollo embrionario, lo que se traduce en lechones más pesados y robustos, permitiendo sacar el máximo beneficio de las mejoras genéticas conseguidas en la prolificidad de las cerdas.

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