El pasado 5 de Octubre de 2017, durante uno de los debates celebrados en la VII edición de la Jornada Internacional de Reproducción Porcina organizada por la empresa Humeco, y celebrada en el Palacio de Congresos de Huesca, Josep Puigdollers, presidente de la ANPS, señalaba “al personal” como el principal problema para la producción porcina en la actualidad.
Por mi parte, no puedo estar más de acuerdo con esa afirmación.
- Alta tasa de renovación de personal en muchas de nuestras explotaciones
- Falta de cualificación para el trabajo a desarrollar
- Dificultades de comunicación por el gran número de trabajadores extranjeros
Todo esto hace que implementar nuevas medidas en la rutina de trabajo, o mantener adecuadamente las existentes, suponga un gran esfuerzo por parte del personal técnico de las empresas.
Llegados a este punto…
¿Qué hacer para que el personal se implique en el trabajo de la granja y por tanto en la bioseguridad de la misma?[registrados]
En el libro “Manejo de las enfermedades porcinas”, M.R.Murihead dedica un interesante capítulo al entrenamiento y educación del personal en el que destaca que “para lograr un buen manejo en la granja es necesario comprender y satisfacer las necesidades fundamentales de las personas en el trabajo.”
Pues bien, quien más quien menos, todos los que estamos en granja hemos andado ese camino, pero la realidad es que no es fácil conseguir abarcar toda la amplitud del término “necesidades fundamentales” que implica estabilidad laboral, una remuneración adecuada, pero además, motivación y formación.
Dentro de nuestros puestos como técnicos debemos centrarnos en la motivación y formación, reconociendo el trabajo bien hecho, facilitando la creación de un grupo armonioso, no juzgando el resultado por los números sino por el esfuerzo y el buen hacer, y entendiendo que estas medidas nos aportan la base para conseguir resultados.
Las situaciones distendidas, como los momentos de almuerzo o las reuniones para el reparto de tareas, pueden resultar el momento ideal para plantear próximos cambios y permitir que nuestro personal nos ofrezca su punto de vista y aporte ideas que contribuyan a mejorar los procesos que tan bien conocen.
Darles la oportunidad de llevar a cabo sus iniciativas y tenerlas en cuenta, nos facilitará la aplicación de mejoras, pero sobre todo nos ayudará a mantenerlas en el tiempo, a la vez que facilita que nuestros empleados se sientan parte directamente implicada en la buena marcha de la granja.
La motivación es un esfuerzo diario que debemos acompañar de formación, ya que si pensamos que es un fracaso formar a nuestros empleados y que luego se cambien de empresa, un fracaso mayor es no formarlos y que se queden.
FORMACIÓN
En la formación del personal debemos de tener muy claro que todo el tiempo que dedicamos en nuestras visitas a explicar el porqué de las rutinas de trabajo, tratamientos y cambios en el manejo, es tiempo necesario para convencer, motivar y formar, a pesar de que en ocasiones tengamos la sensación de “predicar en el desierto”.
Las visitas rápidas a un área nos permiten tener una idea de lo que les pasa a los animales, pero no nos ayudan a mejorar su cuidado. Solo disponiendo de tiempo para comentar con el personal lo que vemos, escuchar su opinión y consensuar soluciones, nos va a permitir mejorar a largo plazo.
Esta formación rutinaria es la base para organizar sesiones formales en las que tratar temas concretos.
Estas las debemos programar de tal modo que el personal se involucre y aporte sus propias vivencias, para lo cual, podemos servirnos de herramientas tales como imágenes de la propia granja y presentar los problemas de su día a día, interesándonos por conocer cómo las solucionan y por qué lo hacen de ese modo. La formación formal debería de ser un debate dirigido en el que se favorezca la participación de todos para que tenga éxito.
Para concluir, una reflexión muy interesante de, M.R.Murihead
“el manejo de las personas en todos los aspectos probablemente sea la parte más crucial del éxito de una granja de cerdos. Si hay un problema de producción o de enfermedad, por lo general surge de un mal manejo de las decisiones, sus implicaciones o el fallo completo.”
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