La reproducción eficiente en cerdas depende de múltiples factores, entre ellos la nutrición. Se ha demostrado que una deficiencia de ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico, puede afectar negativamente la tasa de retorno al estro, reducir la tasa de parto y disminuir el tamaño de la camada. Esto se debe a que el ácido linoleico es precursor de las prostaglandinas, que regulan la función ovárica y la implantación embrionaria.
Un estudio reciente encontró que la suplementación con niveles elevados de ácido linoleico durante la lactancia mejoró significativamente la tasa de parto en cerdas, aumentando del 70.4% al 82.1%. Además, se observó una reducción en la tasa de descarte de cerdas, lo que sugiere que una dieta rica en este ácido graso puede prolongar la vida productiva de los animales.
Cuándo suplementar el ácido linoleico
La suplementación con ácido linoleico es particularmente beneficiosa durante la lactancia, cuando las cerdas experimentan un balance negativo de ácidos grasos esenciales debido a la alta producción de leche. Durante este período, la demanda de energía y nutrientes es extremadamente alta, y la movilización de reservas corporales puede afectar la eficiencia reproductiva en el siguiente ciclo.
Si bien la suplementación durante la gestación es menos común, algunos estudios sugieren que puede mejorar el desarrollo fetal y la salud general de la cerda. En particular, se ha observado que la inclusión de ácidos grasos esenciales en la dieta gestacional puede mejorar la viabilidad embrionaria y reducir la incidencia de momias en la camada
Cantidades recomendadas
Las investigaciones indican que las cerdas requieren un mínimo de 125 gramos diarios de ácido linoleico para optimizar la eficiencia reproductiva. Este nivel de consumo ha demostrado favorecer un retorno más rápido al estro, una mayor retención de preñez y camadas más numerosas en ciclos posteriores.
Además, se recomienda ajustar la concentración de ácido linoleico en la dieta según la temporada. Durante el verano, cuando el consumo de alimento es menor debido al estrés térmico, se sugiere aumentar la concentración de este ácido graso en la dieta para garantizar que al menos el 90-95% de las cerdas reciban la cantidad mínima necesaria.
Beneficios del ácido linoleico en la producción porcina
El ácido linoleico aporta una serie de beneficios clave en la alimentación de las cerdas, mejorando su desempeño reproductivo y favoreciendo la eficiencia de los sistemas de producción. Su suplementación ha demostrado aumentar significativamente la tasa de parto, permitiendo que más cerdas sean exitosamente gestadas y reduciendo los intervalos entre el destete y el estro, lo cual optimiza el calendario de reproducción. Además, su influencia en la viabilidad embrionaria contribuye a una mayor retención de preñez, evitando pérdidas tempranas y garantizando el desarrollo adecuado de los fetos.
El impacto positivo del ácido linoleico también se extiende al rendimiento de la camada. Se ha observado que las cerdas suplementadas con este ácido graso producen camadas más grandes, con un mayor número de lechones nacidos vivos y una reducción en la cantidad de momias. Esto se debe a su papel en el mantenimiento de la función ovárica y la implantación embrionaria, asegurando un inicio óptimo para los neonatos. Además, los lechones de cerdas con una dieta rica en ácido linoleico presentan mejores tasas de crecimiento durante la lactancia, lo que se traduce en una mejor conversión alimenticia y un desarrollo temprano más eficiente.
Para las cerdas de mayor edad, la suplementación con ácido linoleico es aún más crucial, ya que ayuda a contrarrestar la disminución progresiva de los depósitos de ácidos grasos esenciales a lo largo de los ciclos de producción. Con cada lactancia, la reserva de estos nutrientes disminuye, afectando la productividad reproductiva. El aporte adecuado de ácido linoleico permite mantener la eficiencia reproductiva a lo largo de múltiples ciclos, favoreciendo la longevidad y la sostenibilidad del hato.
Finalmente, su influencia en la producción de leche es otro aspecto fundamental. Se ha encontrado que el ácido linoleico contribuye a una mayor producción de leche sin afectar negativamente el peso corporal de la cerda, además de mejorar su calidad al incrementar la concentración de inmunoglobulinas, esenciales para la salud y el desarrollo de los lechones. Todo esto subraya la importancia de este ácido graso en la nutrición moderna de las cerdas, consolidándolo como un factor indispensable en la formulación de dietas eficientes y sostenibles.
Fuentes de ácido linoleico en la alimentación porcina
Los ingredientes más comunes en la alimentación porcina que contienen ácido linoleico incluyen aceites vegetales y grasas animales. A continuación, se presenta una tabla con el contenido de ácidos grasos en diferentes fuentes de lípidos:
Adicionalmente, alimentos como las semillas de lino, el aceite de coco y las nueces aportan cantidades considerables de ácido linoleico, siendo opciones naturales para complementar la dieta de las cerdas.
Consideraciones finales sobre el uso de grasas en la dieta
Las grasas en general tienen un alto contenido de ácido linoleico, pero es fácil pasar por alto este aspecto al formular dietas. Es recomendable revisar cuidadosamente las fórmulas para garantizar niveles adecuados de este ácido graso, especialmente en cerdas lactantes.
Además, la inclusión de lípidos en la dieta debe realizarse considerando el costo-beneficio. Por ejemplo, se ha demostrado que el Choice White Grease (CWG) y la mezcla animal/vegetal (AV Blend) son opciones rentables debido a su bajo costo por unidad de energía metabolizable.
Sistemas modernos de alimentación
Los sistemas de alimentación porcina actuales están diseñados para proporcionar dietas densas en nutrientes que permitan a las cerdas expresar su máximo potencial productivo. La incorporación de ingredientes ricos en ácido linoleico dentro de estas formulaciones es una estrategia alineada con los objetivos modernos de producción, asegurando un rendimiento reproductivo sostenido y una salud óptima en el hato.
En conclusión, el ácido linoleico es un componente esencial en la nutrición de las cerdas, con efectos positivos en la reproducción, el desarrollo fetal y la producción de leche. Su suplementación estratégica, especialmente durante la lactancia, puede mejorar significativamente la eficiencia productiva y la sostenibilidad del hato.
Referencias:
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