Para arrojar luz sobre estas incógnitas, investigadores italianos han estudiado si a edad y el entorno materno, influidos por el tratamiento antibiótico de la cerda durante el periparto, podrían afectar a la morfología gástrica y a la expresión de los genes implicados en el control de la secreción clorhídrica, la ingesta de alimento, el gusto y la inflamación gástrica de los lechones.