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La nueva normativa sobre el ZnO forzará un abordaje holístico de los problemas digestivos

Entrevistamos a Simon Tibble, director de Investigación y Desarrollo de ASN, con relación a la nueva normativa sobre el uso del óxido de zinc.

Simon Tibble es licenciado en Fisiología y Nutrición Animal por la Universidad de Leeds, Inglaterra, y cuenta con un amplio conocimiento de la producción de cerdos en todo el mundo.

Ha visitado y trabajado en los principales centros de producción porcina y presentado numerosas conferencias de prestigio internacional sobre nutrición y manejo de estos animales.

Fue a principios de los años 1990 cuando el óxido de zinc (ZnO) se convirtió en un elemento común en el sector porcino para la etapa de crecimiento de lechones y para el control de la diarrea postdestete (DPD).

Las dietas modernas fueron incorporando el zinc para satisfacer la marcada necesidad fisiológica que tienen los cerdos de este oligoelemento esencial involucrado en muchos procesos metabólicos.

Sin embargo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) determinó que los riesgos que suponía el uso del ZnO, un metal pesado, no compensaban los beneficios de sus efectos sobre la prevención de la diarrea en los lechones.

En 2017, esta conclusión llevó a la decisión de exigir a todos los estados miembros de la Unión Europea la retirada de las autorizaciones de medicamentos veterinarios que contengan óxido de zinc en cinco años.

A pocos meses de la aplicación definitiva de esta demanda, el director de investigación y desarrollo de Alternative Swine Nutrition (ASN), Simon Tibble, nos cuenta qué ha supuesto, en la etapa previa de la aplicación, y qué supondrá la nueva normativa para una compañía especializada en la nutrición de lechones.

En junio de 2022 se hará efectiva la prohibición del uso de óxido de zinc a niveles medicinales en alimentos para lechones en toda la Unión Europea. El sector se enfrenta a un nuevo escenario para el que ha tenido cinco años para prepararse. ¿Cuáles son las sensaciones a unos meses vista?

Pienso que el sector porcino se muestra optimista y con ganas de afrontar el reto. Como ya ocurrió anteriormente con la prohibición de los antibióticos promotores del crecimiento o del uso de varias premezclas medicamentosas, desde que se comunicó la medida, se han ido desarrollando nuevas estrategias y enfoques que facilitaran el cambio.

En este sentido, personalmente creo que no existe tampoco gran preocupación por parte de los productores. Como hemos visto en los últimos años, la industria porcina ha crecido a pasos agigantados y se trata de un sector altamente tecnificado y cualificado, por lo que las empresas están preparadas y tienen suficientes herramientas para hacer frente a la prohibición.

 

A efectos prácticos, ¿qué implicaciones tiene la aplicación de esta nueva prohibición?

Es cierto que una gran parte de las explotaciones sigue empleando el óxido de zinc a dosis farmacológicas durante las dos primeras semanas postdestete.

La nueva normativa forzará a que, a partir de junio de 2022, el abordaje de los problemas digestivos se haga desde un punto de vista holístico y no solo farmacológico.

En relación con nuestro trabajo, la nutrición de los animales más jóvenes jugará un papel esencial en la preparación del aparato digestivo, con ingredientes funcionales y materias primas altamente digestibles que ayuden a un correcto desarrollo del lechón.

Por otra parte, aspectos como la bioseguridad, el manejo, los programas sanitarios o la calidad del agua de bebida cobrarán todavía más importancia. Creo que seremos más conscientes de la realidad de cada granja y podrán adoptarse mejoras al respecto. Tampoco debemos olvidar que los antibióticos seguirán siendo una opción terapéutica ante determinadas enfermedades.

En definitiva, hay ciertos aspectos de la producción que quizá han estado en un segundo plano hasta ahora y que van a cobrar más importancia con la retirada del óxido de zinc.

Un enfoque global que comprenda nutrición, manejo y sanidad, entre otras cosas, va a ser esencial.

 

Como especialista en nutrición de lechones, ¿cuál ha sido la hoja de ruta de ASN hacia esta nueva realidad?

En ASN contamos con varios clientes que llevan tiempo trabajando sin óxido de zinc en el pienso, por eso su prohibición no nos cogió desprevenidos.

Nuestra filosofía siempre se ha basado en ofrecer la máxima calidad en nuestros productos, pero sí que es verdad que ha sido necesario, en ocasiones, complementar nuestros programas nutricionales.

 

Haciendo referencia a los programas nutricionales, ¿se han hecho efectivas ya algunas adaptaciones en sus productos?

La gama de aditivos Adicare surge, en cierto modo, de la idea de ayudar en aquellas ocasiones en las que el pienso por sí solo no es suficiente.

Además, todo nuestro equipo de técnicos de campo está concienciado y ampliamente formado para asesorar y aconsejar a nuestros clientes en el camino de la retirada del óxido de zinc.

Consideramos que la labor de ASN va más allá de la formulación de los piensos y ofrecemos un servicio cercano en granja para mejorar los aspectos que hemos mencionado antes, como la calidad del agua, la sanidad o el manejo.

 

Uno de los valores de su compañía es la atención profesional de su equipo veterinario y el estrecho contacto con las granjas. ¿Cuáles son las principales preocupaciones detectadas?

Por parte de los clientes, la mayor preocupación, obviamente, es el aumento de la mortalidad asociada con los problemas digestivos.

Por nuestra parte, uno de los retos más importantes ha sido la concienciación sobre este concepto holístico que defiende ASN. Mucha gente espera un sustituto “mágico” del óxido de zinc, que no existe.

 

Ante las inquietudes generadas por esta situación y el nuevo escenario, ¿cómo ha sido el acompañamiento en la búsqueda de alternativas?

Nuestro acompañamiento se ha centrado, sobre todo, en el análisis de las posibles mejoras de las explotaciones que van a garantizar el éxito de nuestros programas nutricionales.

También hemos seguido de cerca todas las pruebas que hemos hecho, recogiendo datos y sacando conclusiones que nos han permitido, poco a poco, perfilar nuestro programa Naturwean que, gracias a nuestro equipo de veterinarios, se puede implementar en diferentes granjas, adaptándolo a las circunstancias particulares de cada cliente.

 

La del óxido de zinc no es la primera prohibición o regulación aplicada al sector. ¿Se esperan o se intuyen medidas similares en un futuro a corto o medio plazo?

Estoy seguro de que los antibióticos vía pienso se prohibirán en algún momento y los sistemas de medicación vía agua tenderán hacia la precisión para tratar únicamente los animales afectados.

En el futuro, prevemos que los tratamientos antimicrobianos serán lo más individualizados posible y el diagnóstico laboratorial y los antibiogramas jugarán un papel importante.

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