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Desde el nacimiento de esta revista hemos apoyado la importancia que se le está dando en los últimos tiempos en nuestro sector a la bioseguridad como un método de control de numerosas patologías y por tanto garantía de mejores resultados productivos.
Además como recientemente comentó un alto cargo de la Administración de Aragón, “ la Sanidad en nuestras explotaciones es la que nos va a permitir seguir exportando, que hoy en día, es la garantía de supervivencia económica de nuestro sector”.
La redacción de esta revista ha querido darle un enfoque distinto a la bioseguridad y no dar los consejos que otros compañeros tan bien han hecho en charlas y artículos.
Por ello, veterinarios que trabajan en contacto real con el sector nos ofrecen su opinión, en esta nueva sección de la revista, sobre las medidas que todos conocemos.
Así en cada número presentaremos las opiniones de los mismos sobre distintos puntos de la bioseguridad.
Victoria Montes
Creyendo firmemente en el valor de la bioseguridad, paso a cuestionar algunos aspectos de las encuestas que se están elaborando para el plan estratégico de bioseguridad.
No dan una visión general de la realidad
Tal como están concebidas no dan una visión general de la realidad, en general se limitan a analizar si cumplen o no con la legislación reflejando valores de todo o nada. Siendo así, todas deberían tener un nivel de calificación de alto o muy alto, puesto que si no cumplen con la ley no deberían estar en activo.
Número de encuestadores
Para la realización de estas encuestas se está contando con la colaboración de los veterinarios de ADS. Buscando uniformidad en la calificación de las encuestas se ha intentado limitar el número de encuestadores pero sin embargo no se les ha dado unas directrices claras para llevar a cabo el trabajo asignado. Creo que han faltado reuniones previas e incluso una vez iniciado el programa, para poder exponer las dudas surgidas durante el desarrollo de este programa.
Análisis aislado
Analizar las explotaciones de manera aislada, (sin considerar el entorno de su ubicación, la densidad ganadera de la zona, la existencia de vías de comunicación con gran tráfico de ganado, o la misma orografía de la región), es un primer paso para determinar en qué punto nos encontramos con respecto a la bioseguridad.
Pero tenemos que seguir avanzando y conocer la relación de la explotación con su entorno; aunque sobre estos parámetros ajenos a la propia explotación no se pueda trabajar para mejorarlos, sí que son factores decisivos a considerar a la hora de hacer frente a cualquier alarma sanitaria.
A pesar de todos los defectos que podamos encontrar en estas encuestas no cabe duda de que son un punto de partida para conocer en qué situación estamos.
Controlando la bioseguridad de las explotaciones contamos con un gran instrumento para luchar contra las enfermedades que pueden afectarnos.
Es un gran paso lo hecho hasta ahora pero no deberíamos quedarnos aquí. De estas encuestas se debería realizar un estudio serio de la situación actual, buscando los puntos débiles y las posibles soluciones implicando para ello a todos los sectores afectados.
Tania Pérez
En numerosas ocasiones, si pensamos en la importancia que tienen los microorganismos, ya sean virus o bacterias -en la aparición de procesos patológicos en nuestras granjas-consideramos que este tipo de agentes infecciosos son los principales e incluso los únicos responsables de la presentación de patologías.
Sin embargo, la mayoría de enfermedades que se presentan en ganado porcino tienen un tipo de etiología multifactorial, en la que el agente infeccioso es un elemento más, que por supuesto tiene un papel relevante, pero no exclusivo en el desarrollo de la patología.
Evitar la presencia de un agente infeccioso en el ambiente de la granja, no tiene que ser complicado, simplemente debemos buscar cuáles son las principales vías de infección para saber dónde hay que poner en marcha las medidas que sean necesarias.
Agentes tan importantes y prevalentes como el virus del PRRS, no se caracteriza por ser altamente contagioso, pero sí infeccioso lo que facilita que el porcentaje de granjas en las que este virus circula sea elevado.
La prevalencia del PRRS se puede reducir mediante la implantación de una serie de medidas de bioseguridad debido al carácter poco contagioso del virus.
Las medidas de bioseguridad aplicadas deberían estar enfocadas a las rutas que utiliza este microorganismo para adentrase en ellas.
Tenemos numerosos ejemplos de agentes bacterianos que también están muy presentes en la producción porcina.
Las medidas de bioseguridad pueden ser una forma más para llevar a cabo su control, y en los casos que se pueda, su posterior erradicación.
Por ejemplo, la bacteria Haemophilus parasuis, no es capaz de producir un cuadro de enfermedad por sí misma y necesita una serie de factores para romper el equilibrio que se establece entre el animal, el ambiente y el propio microorganismo.
En este tipo de patologías parece que todo aquello que podamos hacer mediante medidas de control, dentro de lo que consideramos “ambiente”, cobra una especial importancia para evitar que se rompa dicho equilibrio.
Finalmente, a la hora de definir qué tipo de bioseguridad es recomendable poner en marcha para evitar que los agentes infecciosos accedan al interior de la granja, debemos considerar la naturaleza del germen que queremos controlar.
Elevada Si se trata de microorganismos con elevada resistencia ambiental, como pueden ser los patógenos de etiología bacteriana que desencadenan cuadros digestivos, debemos evitar que el material infectante pueda entrar en contacto con otros animales, incluso que pudiera llegar a otras explotaciones.
Baja Sin embargo para aquellos que son mucho menos resistentes, hay que evitar que de la reposición o las dosis seminales, los camiones o los propios útiles de la granja se conviertan en los vehículos de entrada de los agentes infecciosos.