Larvicidas, pilar esencial en el control de insectos
La presencia casi constante de altas temperaturas y humedad ambiental en la región, traen consigo un aumento en las poblaciones de insectos, ya que dichas condiciones favorecen su desarrollo.
Esta situación se traduce en un acortamiento del tiempo necesario para que se complete el ciclo de vida, por lo que el número total de individuos crece de manera exponencial.
La presencia de insectos, y más concretamente de distintas especies de moscas en las explotaciones porcícolas, supone un desafío contra el que luchar. Esto es debido a que las moscas provocan tres grandes problemas:
Estrés productivo a los animales, lo cual va a implicar que se reduzca la Ganancia Media Diaria y aumente el Índice de Conversión.
Aumento de la diseminación de enfermedades, ya que las moscas son vectores de múltiples enfermedades infecciosas que afectan tanto a los animales como a las personas. Un ejemplo de ello puede ser Salmonella o PRRS.
Molestias a los trabajadores, a que las condiciones laborales no van a ser las ideales para su desempeño.
Es por ello que, combatirlas sólo cuando su presencia es notoria, en la mayoría de los casos será en vano.
Debemos atajar el problema ANTES de que se establezca
El mejor modo de que no ocurran superpoblaciones de moscas es anticiparse al problema. Para ello, el uso de larvicidas es fundamental.
Pero no sólo porque debamos atacar en todos los frentes del ciclo de vida del insecto, sino porque sólo los adultos suponen alrededor de un 15% del total de la población presente.
Las moléculas con actividad frente a formas no adultas (huevos, larvas) suelen inhibir o afectar procesos relacionados con el crecimiento o desarrollo de los insectos.
Podemos encontrar inhibidores de la síntesis de quitina, disruptores de la muda o análogos de la hormona juvenil, entre otros.
En el primer caso, los que actúan sobre la síntesis de quitina (principal componente del exoesqueleto de insectos), encontramos materias activas como el Diflubenzuron, cuyo efecto va a provocar que se produzcan malformaciones en el exoesqueleto al pasar el insecto al siguiente estadio larvario.
El producto Larvigen® 48 SC, está formulado con un 48% de Diflubenzuron como materia activa. Su alta concentración le permite actuar muy eficientemente y con un amplio espectro de acción frente a individuos no adultos.