La producción de cerdos se ha incrementado a una velocidad vertiginosa a nivel mundial y Ecuador no se escapa de esa realidad; de acuerdo a Lassaletta y col. [19], la producción mundial de carne de cerdo se ha cuadruplicado en los últimos 50 años y se espera que continúe creciendo durante las próximas tres décadas. En tal sentido, debido a la selección genética para la prolificidad, las cerdas modernas experimentan una gran demanda metabólica de nutrientes para la producción de leche (PL) para satisfacer un gran tamaño de camada [31]; asimismo, el estrés por calor es un factor principal que influye negativamente en el bienestar y la eficiencia productiva de las cerdas en climas cálidos [6, 29].
Es así como ocurre una elevada mortalidad (M) de lechones principalmente en la etapa de lactancia, lo que traduce en pérdidas económicas sustanciales para la industria porcina. Al respecto, Salazar [25] indica que, la mayor parte de la M ocurre durante los primeros tres días de vida de los lechones y su supervivencia está ligada a factores relacionados directamente con:
Los prebióticos y probióticos a base de levadura, se han considerado una alternativa de interés debido a su potencial para modular positivamente la microflora intestinal, lo que puede conducir a una mejor inmunidad, digestión y absorción de nutrientes y rendimiento del crecimiento [11].
Por lo tanto, los cultivos de levadura se han utilizado ampliamente como:
- probiótico utilizando una pequeña cantidad de células de levadura vivas;
- prebiótico con metabolitos de levadura o componentes de la pared celular como aditivos para mejorar el rendimiento [31].
Su uso se ha incrementado en la última década, especialmente después de la prohibición de los antibióticos promotores del crecimiento en Europa [1, 18].
Aunado a esto, la producción y la calidad de la leche no solo proporcionan nutrientes para apoyar el crecimiento de los recién nacidos [28...