Aunque la palabra “Veroño” es tendencia y gran parte de la Península se encuentra instalada en unas condiciones climáticas excepcionales para la época en la que nos encontramos, algunos hemos sacado el nórdico del armario porque las noches y madrugadas son un poco más frías.
Un año más, el Complejo Respiratorio Porcino (CRP) nos acecha y viene reforzado con la convivencia con cepas virales de alta virulencia. |
A pesar del paso de los años, la profesionalización del sector y la normalización del uso de la vacuna frente a micoplasma, PCV2 y PRRS, los problemas derivados del complejo respiratorio porcino (CRP) sigue siendo origen de grandes pérdidas económicas. Éstas se derivan de:
El origen del CRP es multifactorial, con la contribución de factores infecciosos y no infecciosos. |
Este complejo síndrome está influido por:
Algunos autores apuntan una reducción del 6-16% en la tasa de crecimiento de los cerdos de engorde. No obstante, hay estudios que aseguran que las enfermedades que afectan las vías respiratorias prevalecen en gran medida y muy probablemente se subestiman en animales vivos.
Precisamente por ello, la inspección de pulmones en el matadero, sigue siendo una herramienta válida para estimar la incidencia de CRP en cerdos.
La evaluación de lesiones en lechones o cerdos necropsiados durante brotes de CRP, es una forma muy útil de estimar el tipo de lesiones agudas en una granja, su extensión y la posible afectación de otros órganos.
Como consecuencia, el tratamiento o el control de cada brote debe abordarse de acuerdo con la situación específica de la granja para limitar el uso genérico de antimicrobianos. |
Un estudio italiano (Riggeri et al., 2020) intentó asociar determinadas lesiones a determinados patógenos infecciosos para ver si podía enfocar mejor el protocolo y tratamiento a seguir.
El objetivo de este estudio fue analizar sistemáticamente las muestras remitidas al Laboratorio de Diagnóstico Veterinario (IZSLER, Brescia) con un protocolo de diagnóstico estandarizado en caso de sospecha de CRP. |
Durante la necropsia, se analizaron los pulmones y las canales para determinar la gravedad y extensión de las lesiones.
Finalmente, se investigó la presencia de agentes infecciosos para identificar los microorganismos involucrados en los casos estudiados.
Durante 3 años, se analizaron 1.658 muestras de pulmones y canales con CPR de 863 granjas. Entre ellos, 931 y 727 muestras fueron de lechones destetados y cerdos de engorde, respectivamente. La asociación entre la etapa de producción y el patógeno aislado fue estadísticamente significativa para Streptococcus suis, Pasteurella multocida, Actinobacillus pleuropneumoniae, PRRS, PCV- tipo 2, Mycoplasma hyopneumoniae, Mycoplasma hyorhinis y Haemophilus parasuis. |
Probablemente, un estudio similar en España obtendría resultados muy parecidos. Mi única duda seria qué sucedería con el papel del PRRS.
Según el estudio italiano, el virus del PRRS estuvo altamente relacionado con las lesiones pulmonares y de serosas, tanto del grupo de lechones destetados como del grupo de engorde.
En el caso de cepas como Rosalía, clínicamente observamos:
Resumiendo, genera más daño y de forma más rápida, por lo que es lógico suponer que su papel como agente primario en el CRP sea, si cabe, aún más virulenta. |
Ante esta situación, más que nunca, si sospechamos de CRP en nuestra granja debemos: