La producción porcina actual lleva unos años subida al tren de la hiperprolificidad, hecho que nos ha vuelto inmune a acontecimientos como partos de 23 lechones. Pero cuando hablas de ello con neófitos o ajenos al sector, ves reflejada en su cara desde el escepticismo a la estupefacción, y casi siempre va acompañado de la pregunta: ”¿pero cuántos pezones tienen las cerdas?”. Y si somos capaces de salir de nuestra burbuja, vemos que no les falta razón, los logros y la mejora genética son impresionantes, ¿dónde estará el límite?
Dentro del sector, estos mismos datos llegan a acomplejar a ciertos productores que afortunadamente no tienen súper hiperprolíficas. Digo súper hiperprolíficas, a falta de más superlativos, porque la mayoría de genéticas de hoy ya son hiperprolíficas a secas, y digo afortunadamente porque soy de las que piensa que las cerdas súper hiperprolíficas no son para todo el mundo. Necesitan un manejo, unas instalaciones y una atención determinada.
No todo el mundo tiene como principal objetivo el número de lechones, puede priorizarse la resistencia, la producción lechera, la aptitud maternal o el producto final que se quiere obtener.
Aun así, es frecuente visitar una granja, sea de la genética que sea, y escuchar al granjero decir:
“¡Me falta un lechón!”
y continuar diciendo: “Seguro que la culpa es del semen”. Y aunque, como veremos, problemas en el semen puede ser una de las causas de baja prolificidad, existen otras posibilidades.
Las posibles causas de camadas cortas son múltiples, y la mayoría interrelacionadas entre ellas.
TASA DE OVULACIÓN Y FERTILIZACIÓN
Podríamos definirla como el número de ovocitos liberados y fecundados con éxito.
La tasa de ovulación empieza siendo más corta en nulíparas, mejorando en el segundo y tercer parto y estabilizándose a partir de ese momento. La tasa de ovulación en sí se puede ver influenciada por:
- Condición corporal: Un ovario engrasado, en el caso de animales gordos, tendrá menos capacidad de liberar óvulos, con lo que afectará directamente en el tamaño de la camada. Y un animal extremadamente delgado, verá disminuida la secreción de GnRH, LH y FSH, repercutiendo directamente en la tasa de ovulación y supervivencia embrionaria. En el caso de cerdas destetadas, se incrementará el IDC.
- Línea genética
La tasa de fecundación u óvulos fecundados con éxito dependerá a su vez de:
- Sincronización entre inseminación y ovulación: En general el celo de una cerda dura de media entre 48 y 72h, siendo más largo en las cerdas que salen en celo antes desde el destete (tercer día post-destete), y más corto en las que salen después (5º día post-destete). Según varios estudios, la ovulación suele producirse a las 36-44 horas desde el momento que aparece el reflejo de inmovilización. Teniendo en cuenta que el semen necesita un tiempo de capacitación (6h), trasladarse hasta el oviducto para realizar la fecundación (2h) y que se mantiene vital durante 24-30h;
podríamos concluir que el momento ideal de inseminación sería entre 12 y 24h desde el reflejo de inmovilidad (dependiendo del índice destete-celo)
Para ello es imprescindible una correcta recela y detección del celo.
- Calidad seminal: En este caso hablaríamos de calidad cuantitativa y cualitativa. Hay estudios que demuestran que concentraciones altísimas de espermatozoides (>3.000 millones) no mejoran la tasa de fecundación. Actualmente las dosis suelen ser de 2.500-2.600 millones de espermatozoides. En cuanto a la calidad, habría que tener en cuenta tanto las morfoanomalías, así como la pérdida de vitalidad. Como norma general no se debería usar dosis con más de un 70% de espermatozoides no viables. En muchos casos la pérdida de calidad del semen está íntimamente relacionada con su conservación y refrigeración. El semen es muy sensible a la temperatura (16-18 ºC) y a la luz.
MORTALIDAD EMBRIONARIA
Cuando la muerte embrionaria se produce antes del día 35 de la gestación, se produce una reabsorción, y lo que observamos es repetición acíclica de las cerdas. (y en casos extraños y puntuales, cerdas vacías en parideras).
Cuando la muerte del embrión es a partir del día 35, aparecen momificados de diferente tamaño en función del momento de la muerte.
Existen causas fisiológicas de reabsorción embrionaria:
- Camadas de < de 4 lechones
- Camadas muy numerosas que no tienen espacio en el útero. Esto está directamente relacionado con la edad a la primera cubrición. Los veterinarios siempre recomendamos que las nulíparas no se cubran antes de los 220-240 días de vida, y siempre después de uno o dos ciclos. Entre otros motivos, porque hay estudios que aseguran un alargamiento del tracto reproductor de la cerda tras cada ciclo (a mayor espacio, menor reabsorción embrionaria)
- Lactaciones cortas (<18 días): Involución uterina incompleta
Otros factores que pueden causar mortalidad embrionaria:
- El macho: anomalías en el semen o poca vitalidad, edad del macho, anomalías genéticas
- Razas puras o híbridas
- Consanguinidad
- Factores propios de la cerda:
- Factores inmunológicos: respuesta inmunológica de la hembra contra el semen. Es uno de los motivos por los que se recomienda una primo inseminación a nulíparas con semen muerto.
- Factores endocrinos: niveles bajos de progesterona
- Patologías:
- Virus: Parvovirus, Aujeszky, PRRS…
- Bacterianas: Brucella, Streptococcus, Staphilococcus…
- Micotoxinas
A parte de todos estos factores, existen una serie de manejos básicos, que pueden influir directamente en la camada. Tras la cubrición, los embriones tardan en implantarse de 10 a 20 días. Durante este tiempo es importante evitar manejos bruscos, movimientos y cambios que provoquen estrés en la cerda y en consecuencia pérdida de embriones. Si hay que mover animales, es preferible hacerlo durante los 2-5 días post-cubrición, que después.
También hay que ser especialmente cuidadoso con otros aspectos como la temperatura, y la alimentación de las cerdas, pero estarán de acuerdo conmigo que esto se merece un capítulo aparte.