Tabla1. Respuesta predictiva en rendimiento reproductivo anual y eficiencia de conversión alimenticia del hato (Smits, 2011)
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Actualmente y seguramente durante los próximos años se seguirá con la búsqueda de estrategias que ayuden a sobrellevar los altos costos de alimentación que competen a los sistemas de producción porcina.
Por lo tanto, el aprovechamiento de los recursos con los que cuenta el sistema para mejorar la eficiencia alimenticia no deben pasar desapercibidos. Es en este apartado donde la gestión del hato reproductor puede impactar sobre la eficiencia alimenticia global del hato.
Cabe destacar que la gestión del hato reproductor variará de acuerdo a cada sistema, así como de la recopilación e interpretación de información para tomar decisiones objetivas, lo que en última instancia se traducirá en eficiencia y competitividad.
A través del tiempo, la medida típica para evaluar la eficiencia alimenticia ha sido la alimentación por unidad de aumento de peso vivo: tasa de conversión alimenticia.
Debido a que la eficiencia alimenticia es el resultado tanto de la ingesta de alimento como de la ganancia diaria promedio, los nutriólogos tienden a centrar su atención en los factores individuales que afectan el consumo de alimento y la ganancia de peso.
Por lo tanto, no se consideran factores externos a la línea de producción como lo podrían ser:
Cabe destacar que, producto del entorno actual de altos costos de alimentación, se sigue poniendo énfasis sobre la eficiencia alimenticia.
Motivo por el cual, cada vez toma más importancia el hato reproductor para la mejora global de la eficiencia alimenticia del hato.
Actualmente para maximizar la eficiencia alimenticia se deben considerar múltiples indicadores productivos y no sólo ingesta de alimento y la ganancia diaria promedio como tradicionalmente se venía haciendo.
Tradicionalmente una práctica común en los sistemas de producción es medir el alimento de las cerdas por año con un objetivo típico de 1,000 a 1,090 kg/cerda/año.
Sin embargo, esta métrica no es un buen indicador de la eficiencia alimenticia para el hato reproductor.
Al examinar la eficiencia alimenticia de todo el hato, la productividad del hato reproductor determina de manera directa el número de cerdos que serán engordados, el uso del alimento y los costos se pueden distribuir.
El aumento en el número de lechones/cerda/año en una granja, de 25 a 30 lechones/cerda/año mejora la eficiencia alimenticia de los canales del hato entero en un 1.7% (Figura 2).
Aunque esto parece ser una mejora pequeña dado un aumento del 20% en la productividad de las cerdas, se debe tener en cuenta que la alimentación de las cerdas solo representa del 10 al 12% de la eficiencia alimenticia de todo el hato.
Los cerdos que componen los actuales sistemas de producción de todo el mundo tienen un potencial de crecimiento mayor y mejor capacidad para convertir el alimento en tejido magro libre de grasa que sus antecesores.
En lo que se refiere a las mejoras en la eficiencia alimenticia, ha habido una selección genética continúa dirigida principalmente a aumentar la deposición magra al tiempo que se reduce el nivel de grasa en el cuerpo.
Una alta tasa de reemplazo de cerdas tiene efecto directo en la eficiencia alimenticia de todo el hato debido a la cantidad de cerdas necesarias para mantener las metas de producción de lechones establecidas.
Cuando los productores requieren más cerdas para mantener la meta de tasas de servicio, la conversión alimenticia global del hato empeora inherentemente debido al mayor consumo de alimento para el hato y/o la reducción de la producción de cerdos.
Teniendo en cuenta lo reportado sobre las cerdas primerizas y su descendencia, la reducción de la tasa de reemplazo de cerdas mejorará la conversión alimenticia de todo el hato (Smits, 2011; Tabla 1).
Tabla1. Respuesta predictiva en rendimiento reproductivo anual y eficiencia de conversión alimenticia del hato (Smits, 2011)
&Escenario 1: 26 % de apareamientos de primerizas, tasa de parto del 82 %, 11.3 nacidos vivos, mortalidad antes pre-destete del 14 %, mortalidad de reproductoras del 17 %, peso de la cerda de desecho=175 kg de peso estándar de la canal en caliente. Escenario 2: 14 % de apareamientos de primerizas, 85 % de tasa de parto, 11.5 nacidos vivos, 12 % de mortalidad pre-destete, 8 % de mortalidad de reproductoras, peso de la cerda de desecho= 210 kg de peso estándar de la canal en caliente.
Estos datos (Tabla 1) comparan dos granjas de cerdas con diferentes tasas de reemplazo (65 vs. 40%). Al reducir la tasa de reemplazo, la conversión alimenticia del hato mejora en un 2%.
En conjunto, la gestión de la tasa de reemplazo del hato de cerdas tiene claramente efectos directos e indirectos en el rendimiento de su progenie y, en consecuencia, en la conversión alimenticia global del hato.
La variación individual existente en los cerdos para transformar el alimento en tejidos corporales es propiciada por múltiples factores, algunos de los cuales son de naturaleza ambiental y otros genéticamente programados.
Uno de esos factores es el peso del cerdo al nacimiento.
En todo animal proveniente de camada, existe variación fenotípica entre los individuos que la componen, siendo el peso corporal el más notable.
El peso al nacer se ha estudiado y reportado ampliamente en la literatura y referente a los efectos que tiene sobre la eficiencia alimenticia son variables (Johnson et al., 1999).
De acuerdo con lo antes mencionado, el impacto que tiene el mayor tamaño de camada en los genotipos actuales sobre el peso al nacer también debe considerarse en la ecuación de la economía del sistema de producción, y el progreso genético debe proporcionar mayor capacidad uterina para evitar el impacto negativo de bajos pesos al nacimiento con el continuo aumento del tamaño de camada.
Respecto a ello, se ha reportado:
Estas diferencias en la composición de la canal podrían resultar en última instancia en menor eficiencia alimenticia, ya que el tejido adiposo es más denso en energía que el magro y, por lo tanto, requiere más nutrientes por unidad de peso para acrecentarse.
La afirmación de que los cerdos más pesados en el destete crecerán más rápido y requerirán menos días para alcanzar el peso del mercado ha sido respaldada en una serie de estudios (Klindt, 2003).
Dos factores principales pueden crear variaciones en el peso de destete e impactar sobre el rendimiento del crecimiento:
Por lo tanto, los cerdos más pesados al destete deberían tener mayor oportunidad de sobrevivir a las tensiones que se encuentran en los sistemas de producción comerciales después del destete.
Los niveles más altos de mortalidad post-destete afectan negativamente la conversión y la rentabilidad de la alimentación de todo el hato; por lo tanto, la robustez en el destete siempre debe ser una consideración para un sistema de producción.
Debido al entorno actual de altos costos de alimentación, se seguirá poniendo énfasis en la eficiencia de la alimentación. Por lo tanto, es importante no solo evaluar correctamente la conversión alimenticia.
También se debe de considerar la conversión alimenticia del hato reproductor. Puesto que, a medida que los productores controlen en su mayoría los factores que inciden en la eficiencia alimenticia global del hato (P.ej., tasa de reemplazo de cerdas, mortalidad, peso al nacer, peso al destete entre otros) existe la oportunidad económica para reducir la brecha entre el rendimiento real y el potencial genético.