En medio de un panorama global marcado por la expansión de grandes potencias productoras como Brasil y Estados Unidos, el sector porcino mexicano enfrenta un reto significativo este año: México importa más carne de cerdo de la que produce.
Según reportes oficiales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y del Servicio Agrícola Exterior (FAS), México abastece internacionalmente más carne de cerdo de la que puede producir este 2025, lo cual podría generarle un déficit para abastecer su demanda interna.
Proyecciones oficiales y tendencias
En el informe Livestock and Products Annual del USDA para México, se proyectó que para 2025 las importaciones de carne de cerdo aumentarían, aunque la producción nacional también registrara un crecimiento moderado. En particular, el informe estimó que la producción porcina alcanzaría aproximadamente 1,5 millones de toneladas (equivalente a carcasa), mientras que las importaciones hacia final de año podrían situarse en torno a 1,6 millones de toneladas. De confirmarse, esto implica que las importaciones superarían la capacidad de producción interna.
Dentro del reporte, también bajo el sello de la red GAIN / FAS, se señala que México proyectó un crecimiento en el consumo de carne de cerdo, lo que acompañará una mayor dependencia de importaciones. Además, en su análisis de mercados de carne, el USDA proyecta que las importaciones mexicanas de carne porcina crecerán durante la década 2023–2033.
Vale la pena recordar que en 2024 se registró un récord en las exportaciones de cerdo de EE. UU. hacia México: 1,15 millones de toneladas, lo que evidencia la magnitud del flujo comercial y la dependencia del mercado mexicano de proveedores externos. México también se ha consolidado como un destino principal de carne de cerdo estadounidense en términos de volumen.
Factores estructurales que explican la brecha
El que las importaciones proyectadas superen la producción nacional no es un resultado espontáneo. Varios condicionantes estructurales (y un tanto longevos) contribuyen:
Dependencia de insumos importados
La alimentación porcina en México depende en gran medida del maíz, la soya y productos complementarios que son importados. Las variaciones del tipo de cambio o los costos internacionales influyen directamente en el costo final de producción, reduciendo el margen de competitividad.
Incremento de la demanda interna
Las proyecciones del USDA apuntan a un aumento sostenido del consumo de carne de cerdo en México durante la próxima década, lo que presionará aún más la oferta local. Ese crecimiento del consumo puede tener mayor ritmo que la capacidad de expansión inmediata de la producción nacional.
Políticas arancelarias y trato preferencial
México mantiene beneficios arancelarios para la importación de carne de cerdo y productos porcinos, lo que reduce el coste de entrada de producto extranjero. En el reporte Poultry and Products Annual de FAS se menciona que los productos avícolas y porcinos brasileños siguen ingresando libre de aranceles bajo decretos comerciales vigentes. Esto favorece la competencia externa frente a productores nacionales.
Implicaciones y retos para el sector porcino en México
Si las importaciones exceden la producción nacional, el sector porcícola mexicano enfrentará varios retos:
- Necesidad de mejorar la eficiencia productiva y reducir costos, mediante innovación genética, alimentación optimizada y procesos más eficientes.
- Revisión de políticas públicas orientadas a insumos agrícolas locales para reducir la dependencia de importaciones de maíz, soya y otros.
- Fortalecimiento de infraestructura logística, transporte y planta de procesamiento, para que la producción interna pueda atender mercados locales con menores costos de traslado.
- Mayor énfasis en certificaciones sanitarias y trazabilidad, para que el producto nacional compita en calidad frente al producto importado.
Para revertir o mitigar ese escenario será indispensable que los actores del sector (productores, gobierno y cadenas comerciales) impulsen reformas, inversiones y estrategias de largo plazo que fortalezcan la capacidad productiva mexicana.
Fuente: con información del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, sigla en inglés) y el Servicio Agrícola Exterior (FAS)

