Icono del sitio porciNews, la revista global del porcino

Misión Hernia

Escrito por: Laura Pérez Sala - Licenciada en Veterinaria por la UAB y Master en Sanidad y Producción Porcina por la UdL. Trayectoria profesional se desarrolló en el área del marketing de la industria del Petfood En la actualidad ejerce como Veterinaria especialista en producción porcina y Personal Coach

En la maratón de producir número de lechones en algunas ocasiones caemos en el abismo del “todo vale”, y descuidamos procedimientos que nos pueden ayudar a tener lechones más sanos y de más calidad.

Las hernias seria un claro ejemplo de un problema con el que convivimos, pero al que no le dedicamos demasiado tiempo, aunque tenga un impacto negativo directo sobre la rentabilidad.

Cierto es que la incidencia de hernias en las granjas puede ir de un 1 a un 5%, y que en muchas ocasiones el granjero tiene la sensación que va por oleadas. Seguramente por este carácter de “brote”, suele culparse de los problemas de hernias al macho, y hay varias líneas de investigación que tratan de identificar los marcadores que pueden estar asociados con la expresión de estos defectos.

Aun así, se ha observado que granjas que usan la misma línea paterna y materna tienen diferencias significativas en la  incidencia del problema, con lo que existe la hipótesis que la expresión del genotipo esté ligada a un determinado ambiente.

Si el ambiente condiciona, ¿Existen medidas que pueden ayudarnos a tener menos hernias en nuestros lechones?

En las granjas observamos tres tipos de hernias, escrotales, inguinales y umbilicales.

HERNIA UMBILICAL

La aparición de hernias umbilicales está directamente relacionada con el manejo del lechón en parideras.

“Puede haber una variabilidad genética que controla la musculatura del ombligo, y aquellos animales con una propensión a tener músculos del ombligo débiles, en un ambiente negativo, podrían desencadenar esta condición de ruptura del vientre” Ronald O. Bates.

Factores que pueden favorecer la aparición de hernias serán todos aquellos procesos que debiliten el tejido alrededor del ombligo e impidan una correcta cicatrización:

HERNIA ESCROTAL E INGUINAL

“La hernia inguinal en hembras es rara, y generalmente está asociada con la intersexualidad “Dr.Tianti

 

Se cree que las hernias escrotales son causadas por la fallida obliteración del proceso vaginalis después de la bajada del testículo (Clarnette et al., 1998), o de la involución fallida en el anillo inguinal interno (Clarnette Hudson, 1997), que no cierra correctamente después que los testículos descienden en el escroto.

Durante años la aparición de hernias escrotales ha sido ligada a determinadas líneas de verracos, pero los estudios concluyen que hay varios genes involucrados. Además se da otro hecho inusual, y es que  se puede apreciar más incidencia en cerdos cruzados que en las líneas puras,lo que sugiere que la heterosis puede afectar de forma negativa. Para acabar de complicarlo, una vez más, los factores ambientales tienen un papel fundamental, sin acabar de detectar cuales son los que interaccionan y estimulan la expresión de un genotipo en particular.

Ante este escenario, podemos pensar que poco podemos hacer con las hernias inguinales. Está claro que unas condiciones ambientales óptimas (temperatura adecuada para evitar aglomeraciones)  y un buen manejo (ser cuidadoso con los lechones, evitar caídas, no cogerlos de cualquier forma etc..) ayudará a sufrir menos incidencia.

También existe la posibilidad de reparar quirúrgicamente la hernia inguinal. Es un proceso quirúrgico que debería realizarse con el animal sedado, y con la mayor esterilidad posible. (teniendo en cuenta que estamos en una granja y no en un quirófano)

La técnica extraperitoneal es asequible y está teniendo éxito en las explotaciones en las que se está practicando, disminuyendo los daños del defecto, aunque el pronóstico está estrechamente ligado a la presencia de adherencias y complicaciones sépticas.

Descripción de la técnica: Una vez el animal anestesiado, se cuelga de las patas traseras, utilizando de soporte un gancho o una escalera. Esto nos permitirá trabajar solos. Se inciden las primeras capas del testículo, teniendo cuidado de no afectar la túnica vaginal. Se sujeta el testículo y se desgarra el ligamento escrotal. Sujetando el testículo, se enrosca el funículo, y con los dedos se desliza el contenido de la hernia hacia el interior del abdomen. Se realiza un punto de anclaje con la sutura, dando a continuación dos vueltas sobre el funículo.  Finalmente, se  cortar el testículo a 1,5 cm de la sutura y se cierra piel con un punto de sutura.

En conclusión podríamos decir, que aunque las hernias nos pueden parecer un mal menor, lo cierto es que al final son una pérdida económica para el ganadero.Estos animales tienen más tendencia a padecer enfermedades, y si llegan a edad de sacrificio, se decomisan o pagan menos dinero por ellos por el riesgo que supone de contaminación al abrir la canal. En muchos casos tenemos en nuestras manos herramientas para intentar minimizar su aparición, controlando aspectos ambientales y de manejo, y en algunos casos practicando reparaciones quirúrgicas. Como suele decir Manuel Toledo, quien me enseñó la técnica de reparación de hernias, “somos veterinarios, que se note”.

 

 

Salir de la versión móvil