Esto se ha centrado en el uso de dietas bajas en PC que estén adecuadamente fortificadas con aminoácidos cristalinos (AA).
El uso de dietas bajas en PC minimiza la cantidad de proteína dietética no digerida que ingresa al intestino grueso y se somete a fermentación bacteriana.
Esto es importante porque la fermentación de proteínas conduce a la producción de metabolitos tóxicos y fomenta la proliferación de bacterias patógenas, lo que provoca problemas entéricos como la diarrea post-destete.
Se han realizado esfuerzos considerables para dilucidar los mecanismos subyacentes a los beneficios potenciales de alimentar a los lechones con dietas bajas en PC.
Además de afectar el microbioma intestinal y sus actividades asociadas, está claro que la alimentación con dietas bajas en PC interfiere con la adhesión de E. coli enterotoxigénica a la mucosa intestinal, minimizando así su capacidad de causar enfermedades.
Otra área de interés ha sido cómo utilizar dietas bajas en PC en combinación con otras manipulaciones dietéticas para mejorar aún más la salud intestinal de los lechones.
En este sentido, la evidencia existente sugiere que una dieta baja en PC puede usarse en combinación con otras intervenciones dietéticas, como probióticos y fibra dietética, para mejorar aún más los resultados de salud intestinal en lechones.
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