Lawsonia intracellularis (L. intracellularis) es el agente causal de la enteropatía proliferativa porcina, o ileítis, una enfermedad que afecta a cerdos en todo el mundo (Lawson et al., 2000). En cerdos en crecimiento, las lesiones, los signos clínicos y las pérdidas de productividad pueden variar de leves a graves.
Los cerdos pueden verse afectados en cualquier momento durante la fase de crecimiento, pero las pérdidas de productividad relacionadas con la ileítis son más significativas en la etapa productiva de cebo, desde aproximadamente los 20 kg de peso vivo hasta el sacrificio (Bane et al., 2001).
Los signos clínicos de los cerdos afectados por la ileítis incluyen diarrea y adelgazamiento severo. Sin embargo, con frecuencia los cerdos afectados muestran un crecimiento más lento y requieren más alimento por unidad de ganancia de peso sin mostrar diarrea o pérdida de peso severa. Esto es lo que se suele denominar enfermedad subclínica, que significa que las pérdidas de productividad no se caracterizan por la presencia de signos clínicos evidentes.
En un estudio de 2006, donde se encuestó a veterinarios para categorizar y cuantificar las pérdidas económicas y productivas en relación con los principales desafíos sanitarios en 19 grandes empresas de producción porcina en EE. UU., la ileítis se calificó como un desafío sanitario en 14 de las empresas (Holtkamp et al., 2007). En el mismo estudio, se estimó que el valor económico que corresponde a las pérdidas productivas y al aumento de los costes sanitarios en los cerdos afectados por ileítis en la fase de cebo era de 4,20 € por cerdo comercializado, con unas pérdidas totales estimadas en 50,63 millones de euros anuales (datos no publicados).
ORIGEN DE LAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS
La principal fuente de pérdidas económicas asociadas con la ileítis surge de las pérdidas de productividad causadas por la enfermedad. Los cerdos afectados por ileítis crecen más lentamente y convierten de manera menos eficiente el alimento en ganancia de peso.
La enfermedad también puede dar como resultado un aumento en el porcentaje de cerdos que deben ser sacrificados y en algunos casos causa mortalidad, lo que genera un aumento en los índices de bajas y sacrificados.
Es difícil hacer buenas estimaciones de las pérdidas de productividad debidas a la ileítis, como consecuencia de la falta de datos suficientes recogidos por los productores de cerdos.
La falta de datos surge, en gran medida, debido a la dificultad de clasificar grupos de cerdos en crecimiento como afectados o no afectados por la ileítis.
Hay herramientas de diagnóstico disponibles para determinar si los cerdos están excretando L. intracellularis, si tienen anticuerpos frente a L. intracellularis que indican infección previa, y si la bacteria está asociada con lesiones. Sin embargo, las pruebas diagnósticas se suman a los costes de producción y se realizan con poca frecuencia, y rara vez de forma rutinaria. Cuando se realizan los diagnósticos, la industria carece de una definición ampliamente aceptada para clasificar los grupos de cerdos como afectados o no según los resultados diagnósticos.
Los estudios publicados proporcionan una base para estimar cuánto afecta la ileítis a la GMD y al IC (Tabla 1). Un estudio de caso-control que comparó poblaciones afectadas por la ileítis con poblaciones no afectadas por la enfermedad informó que la GMD en los sistemas de destete-venta se redujo en un 9 % y el IC se vio incrementado en un 7 % (Fourchon et al., 2000). Las explotaciones se clasificaron como positivas o negativas en función de su estado serológico.
También se han publicado varios estudios con infecciones experimentales, que comparan cerdos no infectados (control negativo) con cerdos infectados experimentalmente (control positivo). Todos los estudios, que se muestran resumidos en la Tabla 1, incluyeron un control negativo y como mínimo un grupo de cerdos infectados y ninguno de los estudios incluyó ningún grupo de animales vacunados o tratados con antimicrobianos.
La edad de los cerdos en el momento de la infección experimental y la dosis utilizada varía en cada estudio. En general, el impacto en GMD e IC es mayor en cerdos jóvenes y aumenta a medida que aumenta la dosis aplicada.
En estudios donde se realizó la infección experimental en cerdos menores de 42 días en el momento de la prueba (Guedes et al., 2003; Paradis et al., 2012; Shurson, 2002a) la reducción en GMD varió de 37 al 79% y el IC aumentó de 37 a 194%.
Las infecciones experimentales realizadas en cerdos con una edad de 42 días (6 semanas) o más, se asemejan más al momento de infección que se observa a nivel de campo.
La repercusión registrada sobre la GMD y el IC a partir de estudios de caso-control y de infecciones experimentales en cerdos de mayor edad, posiblemente proporcione estimaciones más similares a las pérdidas experimentadas en las condiciones de producción.
El rango del impacto en los cerdos afectados en la fase de cebo en los estudios donde los cerdos tenían 42 días o más en el momento de la infección fueron:
En las formas más graves de la enfermedad también pueden producirse bajas, especialmente en la parte final de la etapa de crecimiento.
En el estudio de casos controles realizado por Fourchon (Fourchon et al., 2000), la tasa de mortalidad en el sistema de destete-venta fue de 5,4% en granjas negativas y aumentó en 1,3% hasta el 6,7% en explotaciones positivas, un incremento del 24%.
El porcentaje de sacrificados también puede aumentar, ya que los cerdos más afectados pueden no crecer lo suficientemente rápido como para alcanzar el peso aceptado por los mercados principales.
Para estimar el valor de los cambios en la producción causados por la ileítis, se realizó un análisis económico utilizando un modelo productivo y económico.
Se modelaron tres escenarios:
- No afectado por ileítis
- Afectado por ileítis utilizando el límite inferior de las estimaciones de los estudios de caso-control e infecciones experimentales en cerdos de 42 días o más
- Afectado por ileítis utilizando el límite superior de las estimaciones de los estudios de casos y controles e infecciones experimentales en cerdos de 42 días o más
Para el escenario “No afectado por ileítis”, el valor inicial para GMD fue 900 g/día, 2,950 kg de alimento/kg de ganancia para IC y 4,0% para mortalidad. Los límites inferior y superior para la reducción en GMD fueron del 3 y 19%. Debido al número limitado de estudios con información sobre IC, el incremento del 7 % se utilizó para los escenarios de límite inferior y superior.
La tasa de mortalidad del límite inferior, establecida en un 4%, no cambió respecto al grupo de “no afectado” y se aumentó al 5,0% para el límite superior, un incremento del 24,0%, basado en los resultados del estudio de Fourchon (Fourchon et al., 2000).
Se utilizó un peso de inicio promedio de 22 kg y 115 días de consumo de alimento en todos los escenarios. Por lo tanto, a medida que la GMD disminuyó, el peso promedio al sacrificio también disminuyó. En el modelo se utilizó un precio de cerdo comercializado de 1,59 €/kg y un precio del alimento de 171,46 € por tonelada.
El precio del alimento fue un precio promedio considerando el precio de los diferentes piensos utilizados durante todo el periodo de engorde. Solo la GMD, el IC y la tasa de mortalidad cambiaron entre cada uno de los escenarios. Los valores de todos los demás parámetros se mantuvieron constantes para los tres escenarios.
Los resultados del análisis económico se presentan en la Tabla 2.
El valor de los peores IC, GMD y tasa de mortalidad se calcularon como la variación respecto al escenario de los “No afectados por la ileítis”.
El valor estimado asociado a las perdidas productivas causadas por la ileítis varió de 5,26 € para el escenario del límite inferior a 14,91 € para el límite superior.
En grupos de cerdos afectados por la ileítis, se produce una variabilidad individual en la ganancia media diaria de los cerdos, ya que algunos animales pueden verse más afectados que otros. Las limitaciones del sistema productivo contribuyen a las consecuencias económicas asociadas con esta variabilidad.
El coste de las intervenciones en salud animal, como las vacunas, los antimicrobianos, los servicios veterinarios y los diagnósticos, no son causados directamente por la ileítis, sino que ocurren en respuesta a la enfermedad.
El dinero gastado en estas intervenciones debe sopesarse contra el beneficio de reducir los impactos de la enfermedad descritos anteriormente. Un análisis de costo beneficio puede proporcionar información valiosa para ayudar a los productores y veterinarios a decidir qué intervenciones usar.
CONCLUSIONES
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